Cumplió su advertencia: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prendió los motores de una guerra comercial al anunciar que los aranceles del 25% sobre Canadá y México entran en vigor este martes, y que los impuestos a los productos de China aumentarán del 10% al 20%. ¿La respuesta? Medidas similares de parte de los tres países.
Aunque Canadá y México intentaron negociar un acuerdo a toda velocidad para detener los aranceles durante la pausa de un mes que Trump concedió, ya el presidente había dicho desde la semana pasada que las tarifas aduaneras “seguirán adelante a tiempo, según lo programado".
Este lunes, desde la Casa Blanca, cerró la puerta a cualquier asomo de duda o esperanza sobre otra pausa en la implementación de las tarifas aduaneras. "No hay margen para México ni para Canadá, no. Los aranceles están listos y entran en vigor mañana", sentenció. “Tendrán que tener aranceles. Lo que tienen que hacer es construir sus plantas automóviles (...) y otras cosas en Estados Unidos, en cuyo caso no habrá aranceles", continuó.
Luego reiteró que “no había margen” para un acuerdo con sus vecinos que pudiera evitar los aranceles al frenar el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Justamente, Trump ha dicho que su medida aduanera busca obligar a México y Canadá a intensificar sus acciones contra el tráfico de esta droga y para reducir los niveles de inmigración irregular. "Enormes cantidades de fentanilo han entrado en nuestro país desde México y, como saben, también desde China, desde donde se envía a México y a Canadá", insistió Trump.
Tanto México como Canadá habían implementado desde hace semanas acciones para apaciguar las presiones de Washington y evitar las tarifas aduaneras que se hicieron realidad este martes. México, por ejemplo, no solo desplegó 10.000 militares en la frontera con Estados Unidos, sino que extraditó a 29 de sus más notorios narcotraficantes la semana pasada, en una operación “sin precedentes” y coordinada entre ambos países.
Los aranceles afectarán a más de 918.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses de ambos países.
México y Canadá, preparados para responder
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló este lunes, antes de que Trump confirmara sus aranceles, que su país tiene planes de contingencia listos. Y, en ese sentido, pidió “temple, serenidad y paciencia”.
"Hay comunicación constante en diferentes áreas, tanto de seguridad como de comercio, y esperaremos a ver qué sucede", añadió. Sheinbaum aseguró que el Gobierno de México ha hecho su parte y ha estado en comunicación, “hemos hecho los acuerdos y las coordinaciones necesarias”.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que su país impondrá aranceles proporcionales, del 25%, a productos estadounidenses por valor de 107.000 millones de dólares.
"Nuestros aranceles permanecerán vigentes hasta que se retire la acción comercial de Estados Unidos, y si los aranceles estadounidenses no cesan, estamos en conversaciones activas y en curso con provincias y territorios para buscar varias medidas no arancelarias", agregó Trudeau.
Trump duplica aranceles para China
El golpe arancelario de Trump no se limitan únicamente a sus vecinos. En su anuncio de este martes, el presidente también señaló que a partir de este martes los impuestos aduaneros a importaciones chinas aumentarán del 10%, impuesto desde el pasado 4 de febrero, al 20%.
La reacción, como era de esperar, fue inmediata. Beijing respondió anunciando el martes que impondrá gravámenes adicionales del 10 y el 15% a varias importaciones alimentarias de Estados Unidos como la soja, el trigo o el pollo.
Washington reprocha a China su "incapacidad" para "combatir la avalancha de fentanilo".
Ahora bien, las medidas contra China forman parte de una serie de aranceles que se han acumulado desde el primer mandato de Trump (2017-2021), que ya superan los 300.000 millones de dólares en productos chinos, la mayoría de los cuales siguen vigentes.
A través de estas acciones, Trump busca beneficiar a la manufactura estadounidense, especialmente al sector automotriz, que, según asegura el mandatario, se vio afectado por el traslado de empleos a otros países tras la implementación de acuerdos comerciales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en los años 90.
El impacto de los aranceles en Estados Unidos
Los aranceles que Trump impulsó probablemente complicarán las cadenas de suministro de sectores clave como la industria automotriz y los materiales de construcción, lo que podría llevar un aumento en los precios para los consumidores en Estados Unidos.
"Los aumentos de precios se han acelerado por los aranceles, lo que ha provocado retrasos en nuevos pedidos, interrupciones en los proveedores e impactos en los inventarios", declaró a la agencia de noticias AFP Timothy Fiore, encargado de la encuesta sobre el índice ISM, que mide la actividad del sector manufacturero.
Por su parte, empresas como Ford y Walmart han advertido sobre el impacto negativo que los aranceles podrían tener en sus negocios. De manera similar, múltiples análisis del Instituto Peterson de Economía Internacional y el Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale sugieren que una familia promedio podría enfrentar aumentos de precios de más de 1.000 dólares.
Analistas de JPMorgan advirtieron el viernes que los aranceles del martes "representarían un nuevo obstáculo importante para la actividad económica" y aumentarían los costos para los consumidores. Añadieron que los aranceles previstos para los tres países elevarían la tasa efectiva de aranceles de EE.UU. al 9%, en comparación con el 1,4% en 2017.
Por ahora, los aranceles impactan sobre todo a fabricantes de los sectores químico, transporte, máquinas, electrodomésticos y alimentario.
El Consejo Empresarial Estados Unidos-China, un grupo de alrededor de 270 compañías estadounidenses que hacen negocios en China, advirtió en un comunicado que los aranceles "perjudicarán a las empresas, consumidores y agricultores estadounidenses y socavarán" la "competitividad".
Aún así, la administración de Trump sigue confiada en que los aranceles son la mejor opción para impulsar la industria manufacturera estadounidense y atraer inversión extranjera. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo el lunes que el fabricante de chips informáticos TSMC había ampliado su inversión en Estados Unidos debido a la posibilidad de aranceles separados del 25%.