Israel ha intensificado su postura contra la nueva administración siria bajo el pretexto de proteger a una de las minorías del país: la comunidad drusa de la ciudad de Yaramana, ubicada al sur de la capital Damasco.
En este contexto el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó a las fuerzas militares de su país “prepararse para defender” a la comunidad, argumentando que la comunidad está bajo ataque del gobierno sirio. Sin embargo, líderes locales han rechazado cualquier intervención israelí, asegurando que nunca han solicitado su protección y que es el tejido social sirio el que garantiza su seguridad.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que la ciudad “está actualmente bajo ataque por parte de las fuerzas del régimen sirio”, en referencia a la nueva administración. “Si la administración siria ataca a los drusos, será golpeada por nosotros”, advirtió Katz.
Esta decisión marca una nueva escalada del gobierno de Netanyahu contra la administración siria, que exige el fin de las reiteradas violaciones israelíes a su soberanía. Yaramana, ubicada a unos 60 kilómetros de la frontera con Israel, es una ciudad diversa en la que conviven drusos, cristianos y musulmanes sunníes y chiíes.
El viernes por la noche, ciertamente Yaramana fue escenario de tensiones que culminaron con la muerte de un oficial de seguridad sirio a manos de una milicia armada vinculada al antiguo régimen, conocida como "Escudo de Yaramana".
"Nunca hemos pedido protección"
Por su parte, Rabie Munzer, miembro del Grupo de Acción Civil de Yaramana, rechazó la intervención israelí en los acontecimientos de la ciudad durante unas declaraciones televisadas. “Hemos vivido en Yaramana durante cientos de años, sin necesitar protección de nadie. Lo que nos resguarda es el tejido social sirio, del cual nos consideramos una parte integral”, afirmó.
Las agresiones de Israel sobre Siria
Israel, que se presenta como garante de la protección de los sirios, ha intensificado su ocupación en los Altos del Golán sirios tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad el 8 de diciembre de 2024. El país amplió su control al tomar la zona desmilitarizada, lo que constituye una clara violación del acuerdo de separación de fuerzas firmado con Siria en 1974.
Paralelamente, Israel intensificó sus ataques aéreos contra posiciones militares sirias en distintos puntos del país, contribuyendo al agravamiento de la crisis de seguridad en la región. Estos bombardeos no solo han afectado las capacidades militares del nuevo gobierno sirio, sino que también han incrementado las tensiones en una región ya marcada por décadas de conflicto.