Aunque Naciones Unidas reporta que los bombardeos israelíes han dejado sin refugio a más de 737.000 personas en Gaza desde marzo, la realidad sobre el terreno es aún más alarmante: desde octubre de 2023, casi toda la población ha sido forzada a huir de sus hogares. Y muchos lo han hecho más de una vez.
“(Sólo) entre el 8 y el 15 de julio, más de 11.500 personas fueron desplazadas”, declaró Stephanie Tremblay, portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU.
“Eso eleva el total de desplazados desde la escalada del 18 de marzo a más de 737.000 personas, lo que equivale aproximadamente al 35% de la población de Gaza”, señaló. Esa fue la fecha en que Israel rompió unilateralmente el alto el fuego acordado previamente con el grupo de resistencia palestino Hamás.
Mientras el desarraigo se repite, se impone en silencio otra forma de violencia: el hambre, como arma de guerra bajo un bloqueo que impide la entrada de alimentos, medicinas y combustible.
A pesar del aumento de las necesidades, Trembley apuntó que sólo una cantidad limitada de ayuda humanitaria está llegando al enclave.
Tremblay calificó como un “pequeño pero importante avance” la entrega reciente de benceno, esencial para ambulancias y servicios médicos, tras más de 135 días de bloqueo. Pero advirtió que los esfuerzos actuales están lejos de ser suficientes ante la magnitud del sufrimiento: “No es suficiente”.
“Esto no es un juego”, denuncia congresista estadounidense
Mientras tanto, en Estados Unidos, el eco de la brutalidad israelí en Gaza llegó al Congreso. “El gobierno israelí ha bloqueado deliberadamente la entrada de alimentos, medicinas y combustible a Gaza. Toda la población gazatí está atravesando una hambruna, y medio millón de palestinos enfrenta niveles catastróficos de inanición”, denunció la congresista Rashida Tlaib, desde el pleno de la Cámara de Representantes.
Tlaib señaló que al menos 66 niños palestinos ya han muerto de hambre. “El gobierno israelí está utilizando el hambre como un arma de guerra”, concluyó.
Además, pidió a los congresistas que dejen de apoyar el genocidio. “Tal vez, si mis colegas cerraran los ojos o fingieran que no se trata de palestinos (…) les importaría que los palestinos se han visto obligados a comer pasto (…) alimento para animales, mientras miles de camiones con comida permanecen bloqueados en la frontera”, declaró.
También acusó a las fuerzas israelíes de disparar contra palestinos hambrientos que hacían fila para recibir ayuda, provocando la muerte de 875 personas en tan solo seis semanas. Además, criticó a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por Israel y la administración Trump, y que desde que comenzó a funcionar fue ampliamente cuestionada por organizaciones internacionales.
“La ONU llama (a los puntos de distribución de ayuda de GHF) una trampa mortal. Incluso soldados israelíes han admitido que recibieron órdenes de disparar deliberadamente a palestinos desarmados, muchos de ellos niños”, afirmó.
“Esto no es un juego. Se trata de seres humanos… debemos detener esta locura y dejar de apoyar el genocidio en Gaza”, concluyó Tlaib.
Ben-Gvir se jacta de matar de hambre a los prisioneros palestinos en Israel
PPero el uso del hambre como arma de guerra no se limita al enclave, sino que se extiende hasta las cárceles israelíes donde palestinos detenidos viven en condiciones de extrema precariedad.
Según el Servicio Penitenciario de Israel, actualmente hay 10.762 palestinos detenidos en cárceles de Tel Aviv, donde organizaciones de derechos humanos han documentado repetidamente casos de tortura, negligencia médica grave y condiciones de detención inhumanas.
Sin ir más lejos, el propio ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, se jactó abiertamente este jueves de estar matando de hambre a los prisioneros palestinos en sus cárceles.
“Estoy aquí para asegurarme de que los ‘terroristas’ reciban el mínimo de lo mínimo (en comida)”, reconoció el ministro durante una audiencia en la Corte Suprema sobre una petición presentada por la Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI, por sus siglas en inglés), que exige el fin de la reducción sistemática de alimentos para los detenidos palestinos.
“En lugar de debatir cómo fortalecer la disuasión, están discutiendo si el menú es equilibrado, saludable y rico en vitaminas”, se burló, calificando el caso de “locura y delirio”.
“Mientras Israel está en guerra y nuestros soldados están dando la vida, la Corte celebra audiencias en nombre de un grupo de hipócritas”, añadió.
La audiencia judicial se produce en medio de crecientes críticas de organizaciones de derechos humanos por el deterioro de las condiciones en las cárceles para los detenidos palestinos, muchos de los cuales han perdido peso de forma significativa desde que Ben-Gvir asumió el cargo a finales de 2022.
En una publicación en Facebook, la institución ACRI declaró: “Pronto, Ben-Gvir comparecerá ante el tribunal como acusado”. La organización lo acusó de asistir a la sesión “para montar un espectáculo, quizás para interrumpir la audiencia o intimidar a los jueces, posar para fotos con agentes de policía y lanzar declaraciones populistas”.
Según ACRI, la petición se basa en “incontables testimonios que describen una política sistemática de reducción de alimentos hasta el punto de provocar hambre”, aunque aún no se ha emitido un fallo por parte del tribunal.
Israel mató a casi 100 palestinos en Gaza en 24 horas
En el marco de su ofensiva en curso en el enclave, Israel mató al menos a 94 palestinos e hirió a otros 367 en Gaza en las últimas 24 horas, según informó la agencia de noticias palestina WAFA.
Citando a autoridades sanitarias locales, WAFA señaló que el número de muertos desde que Israel reanudó su ofensiva el pasado 18 de marzo —tras una tregua de dos meses— ha ascendido a 7.843, además de 27.933 heridos. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
Solo durante la madrugada del viernes, 19 palestinos murieron y decenas resultaron heridos en una serie de ataques aéreos israelíes que tuvieron como objetivo zonas residenciales y refugios para desplazados en Jan Yunis, en el sur de Gaza, y en Yabalia, en el norte.
Según fuentes médicas, cinco personas —entre ellas tres mujeres y un niño— murieron y más de 20 resultaron heridas cuando aviones de guerra israelíes bombardearon tiendas de campaña que albergaban a familias desplazadas en la zona de Al-Mawasi, en Jan Yunis.
En otro punto de la ciudad, una mujer y su hijo murieron y otras nueve personas resultaron heridas en un ataque con dron contra la escuela Hanawi. También un niño murió y varias personas resultaron heridas cuando fue bombardeada una tienda de campaña que alojaba a desplazados cerca de Al-Ard al-Tayyiba, también en Al-Mawasi. Mientras tanto, dos civiles más murieron y otros resultaron heridos cuando aviones israelíes bombardearon una vivienda familiar en el área del campamento occidental de Jan Yunis.
Testigos también informaron que la artillería israelí bombardeó múltiples barrios de la Ciudad de Gaza. En Yabalia, en el norte del enclave, cinco palestinos, entre ellos un niño, fueron asesinados en un ataque contra un grupo de civiles.
Rechazando los llamados internacionales a un alto el fuego, el ejército israelí ha mantenido una brutal ofensiva sobre Gaza desde el 7 de octubre de 2023, que ha dejado hasta ahora cerca de 59.000 palestinos muertos, en su mayoría mujeres y niños. El incesante bombardeo ha devastado el enclave y provocado escasez de alimentos y la propagación de enfermedades.
En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza. Israel también enfrenta un caso por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia por su ofensiva en el enclave.