GENOCIDIO EN GAZA
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‘Fundación Humanitaria de Gaza’: así utilizan Israel y EE.UU. la ayuda como arma de castigo
Organizaciones de derechos humanos denuncian que el nuevo mecanismo de distribución de ayuda humanitaria elude las normas internacionales y le otorga a Israel un mayor control sobre quién vive y quién muere de hambre.
‘Fundación Humanitaria de Gaza’: así utilizan Israel y EE.UU. la ayuda como arma de castigo
Israel continúa sus ataques sobre Gaza / AA
hace 11 horas

Israel y su aliado incondicional, Estados Unidos, avanzan en un nuevo y controvertido programa de ayuda para palestinos, denominado “Fundación Humanitaria de Gaza”, a pesar de la amplia condena, oposición y alarma que ha generado la iniciativa.

Se espera que la fundación comience a operar esta semana en el enclave sitiado, donde desde el 2 de marzo Israel impuso un devastador bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria, llevando a millones de personas al borde de la hambruna y la muerte.

Promovido como un mecanismo para agilizar la asistencia humanitaria a los palestinos, el plan ya ha sido rechazado por las Naciones Unidas y condenado por organizaciones de derechos humanos que lo señalan de estar éticamente comprometido y tener motivaciones políticas.

“Este plan de distribución en particular no se ajusta a nuestros principios fundamentales, incluidos los de imparcialidad, neutralidad e independencia, y no participaremos en él”, dijo la semana pasada Farhan Haqm, portavoz adjunto de la ONU.

El jefe humanitario de la ONU, Tom Fletcher, también criticó la estrategia de ayuda respaldada por EE.UU. e Israel, advirtiendo desde la semana que no es un esfuerzo genuino por ayudar a los civiles necesitados.

“Es una cortina de humo para más violencia y desplazamiento”, dijo ante el Consejo de Seguridad de la ONU. “Es una distracción cínica. Un espectáculo deliberado”.

Incluso dentro de la misma fundación ha habido diferencias y resistencia. 

Jake Wood, quien se desempeñó como director ejecutivo de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) durante dos meses, renunció un día antes del lanzamiento de la iniciativa, señalando que la operación no podía sostener los principios humanitarios fundamentales —humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia—, los cuales él no estaba dispuesto a abandonar.

La junta directiva de la fundación expresó rápidamente su “decepción” por su salida, pero insistió en que la misión continuaría.

“Nuestros camiones están cargados y listos para salir”, afirmaron los directivos comprometiéndose a llegar a más de un millón de palestinos antes de que termine la semana mediante entregas directas de ayuda.

Sin embargo, los grupos de ayuda argumentan que ningún sistema de asistencia puede funcionar bajo las condiciones actuales.

Múltiples agencias de la ONU reiteran las condiciones creadas por Israel desde principios de marzo con el bloqueo total a la ayuda alimentaria humanitaria en Gaza.

Imágenes satelitales muestran cientos de camiones con suministros vitales detenidos en el cruce de Rafah, sin poder ingresar al enclave. En los pasos controlados por Israel, la ayuda es obstruida o gravemente retrasada, con restricciones arbitrarias sobre quién puede entregar alimentos y a dónde pueden ir.

Según un informe reciente de Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria de la ONU (IPC, por sus siglas en inglés), medio millón de palestinos, es decir uno de cada cinco habitantes de Gaza, enfrenta ahora niveles de hambre equivalentes a hambruna.

Estos niveles de privación son, de hecho, el resultado de una política israelí deliberada que ha convertido el hambre en un arma de guerra.

¿Por qué la fundación ha desatado controversia?

La Fundación Humanitaria de Gaza es un mecanismo de financiamiento respaldado por Estados Unidos y creado en coordinación con Israel, supuestamente para centralizar el flujo de ayuda hacia Gaza.

Según los detalles del plan, la fundación dependerá de contratistas radicados en EE.UU. para establecer una red de “centros de ayuda” en todo el territorio, aparentemente operando sin la participación directa de fuerzas israelíes sobre el terreno.

Sin embargo, el embajador de EE.UU. en Israel, Mike Huckabee, ha declarado que las tropas israelíes estarán ubicadas “a cierta distancia” de estos centros para brindar protección adicional.

El modelo de distribución contempla entregar ayuda solo una o dos veces al mes en lugares designados, principalmente en forma de comidas preenvasadas, kits de higiene y suministros médicos básicos.

No obstante, las organizaciones de derechos humanos son profundamente escépticas respecto al plan, argumentando que está diseñado no para ayudar a los palestinos sino para controlarlos, eludiendo los marcos humanitarios establecidos, careciendo de transparencia y socavando principios humanitarios fundamentales.

En una declaración conjunta la semana pasada, importantes organizaciones humanitarias condenaron enérgicamente la recién lanzada GHF, calificándola de “farsa peligrosa y politizada”.

La Fundación Humanitaria de Gaza depende completamente de la coordinación con Tel Aviv y utiliza puntos de acceso controlados por Israel como el puerto de Ashdod y el cruce de Karem Abu Salem.

Esta estructura refuerza los mismos mecanismos responsables de bloquear suministros esenciales como alimentos, combustible y medicinas que deben llegar a Gaza.

Además, al limitar la ayuda a puntos de recogida centralizados, el plan excluye a heridos, ancianos y personas con discapacidad, quienes son precisamente los menos capaces de desplazarse entre escombros para recoger suministros.

Asimismo, la iniciativa protege efectivamente a Israel de rendir cuentas al plantear que el problema es la falta de infraestructura de ayuda, cuando en realidad el punto es que Tel Aviv está bloqueando, bombardeando y matando de hambre a una población bajo ocupación militar.

“Seamos claros: el mayor obstáculo para el acceso humanitario en Gaza no es la ineficiencia ni la corrupción, es la restricción deliberada de ayuda por parte del gobierno israelí. La restricción de ayuda se está utilizando como arma de guerra”, destacó la declaración de importantes organizaciones humanitarias.

¿Un sistema creado para fracasar?

Se teme que, al crear estructuras paralelas fuera del sistema de la ONU, EE.UU. y sus aliados intenten construir un nuevo orden político en Gaza sin levantar el asedio.

Pero como han advertido repetidamente los grupos humanitarios, ningún sistema de ayuda puede funcionar mientras Gaza siga bajo bloqueo israelí.

Los camiones no pueden circular libremente. Los trabajadores están siendo asesinados. Los almacenes están siendo bombardeados. El problema, dicen los grupos de ayuda, no es la coordinación. Es la privación intencionada.


FUENTE:TRT Español y agencias
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