Una nueva ola de violencia sacude Cisjordania ocupada: una serie de redadas del Ejército de Israel y ataques coordinados con colonos israelíes ilegales mataron al menos a cuatro palestinos e hirieron a varios más durante incursiones en zonas residenciales. En paralelo, más de 200 colonos, escoltados por la policía israelí, irrumpieron en la mezquita sagrada de Al-Aqsa.
Uno de los ataques más graves ocurrió cerca de Ramallah, en la localidad de Kafr Malik, donde decenas de colonos israelíes ilegales, protegidos por fuerzas del ejército de Tel Aviv, asaltaron el pueblo, incendiaron vehículos y agredieron a palestinos. Tres personas fueron asesinadas y al menos siete más resultaron heridas, una de ellas en estado crítico, según autoridades locales.
A su vez, un adolescente de 14 años falleció a causa de heridas provocadas por disparos del ejército israelí. Ocurrió en la localidad de Yamun, cerca de Jenín, indicó la organización humanitaria Media Luna Roja Palestina. Testigos relataron que soldados israelíes allanaron viviendas y comercios, lo que desencadenó enfrentamientos con los residentes.
La tragedia también alcanzó al campo de refugiados de Shuafat, en la Jerusalén Este ocupada, donde Zahia Jawda Al-Obaidi, una mujer palestina de 66 años, fue asesinada de un disparo en la cabeza durante una redada militar al amanecer. Según autoridades locales, fuerzas de ocupación israelíes allanaron varias viviendas y luego se llevaron al esposo de la víctima para interrogarlo.
Además, el Ejército de Israel llevó a cabo una operación militar que se extendió por 16 horas en la localidad de Yabad, también al norte de Cisjordania ocupada. Durante el asalto, las tropas impusieron un toque de queda, bloquearon todas las entradas y allanaron numerosas viviendas. Según el alcalde, Amjad Atatreh, algunas casas fueron convertidas en cuarteles militares y los soldados confiscaron bienes personales como dinero en efectivo y joyas de oro.
Colonos israelíes también agredieron a un residente palestino en Asira al-Qibliya, una aldea al sur de Nablus, lanzándole piedras y causándole heridas. Según autoridades locales, también incendiaron aproximadamente una hectárea de tierras agrícolas y abrieron fuego contra los granjeros que intentaban apagar el fuego. Por otro lado, en la ciudad de Jenín, soldados israelíes irrumpieron en varias tiendas, dispararon gases lacrimógenos contra la población civil y detuvieron a residentes tras registros domiciliarios.
En Cisjordania ocupada viven aproximadamente tres millones de palestinos bajo una ocupación militar israelí caracterizada por puestos de control, arrestos arbitrarios y restricciones de movimiento. Mientras tanto, los colonos, muchos de los cuales tienen doble ciudadanía estadounidense e israelí, gozan de los derechos plenos que otorga el estado de Israel.
Estas nuevas agresiones se suman a un patrón creciente de violencia contra la población palestina en este territorio ocupado, que ha experimentado una escalada dramática desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, los ataques de israelíes mataron al menos a 977 palestinos, y más de 7.000 han resultado heridos en Cisjordania ocupada a manos de tropas israelíes y colonos armados, según datos del Ministerio de Salud palestino.
Colonos ilegales irrumpen en el recinto de Al-Aqsa
En este contexto de continuos ataques israelíes, este miércoles más de 200 colonos ilegales, protegidos por la policía israelí, irrumpieron en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, en la Jerusalén Este ocupada, uno de los tres lugares más sagrados para los musulmanes.
Según fuentes del Departamento de Dotaciones Islámicas, al menos 217 colonos participaron en la incursión, divididos en dos grupos: 124 en la mañana y 93 en horas posteriores.
Los colonos realizaron rituales talmúdicos en los patios del complejo religioso, a pesar del rechazo continuo de las autoridades islámicas encargadas del sitio. La mezquita había permanecido cerrada por 12 días debido al estado de emergencia impuesto por Israel tras su ofensiva contra Irán.
La explanada de Al-Aqsa ha sido foco constante de tensión desde que Israel comenzó a permitir el ingreso de colonos en 2003. Para los musulmanes, Al-Aqsa representa el tercer lugar más sagrado de su fe. Para los judíos, el área se conoce como el Monte del Templo, aludiendo a antiguos templos judíos que supuestamente existieron en ese sitio.
En julio del año pasado, la Corte Internacional de Justicia calificó la ocupación israelí de los territorios palestinos como ilegal, instando a Israel a evacuar todos los asentamientos en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este.
La situación humanitaria en todos los territorios ocupados palestinos sigue deteriorándose, mientras la comunidad internacional continúa sin adoptar medidas vinculantes para frenar la expansión de los asentamientos ni para garantizar la protección del pueblo palestino bajo ocupación.
