La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, advirtió que la revisión del reciente estallido del cohete Starship de SpaceX, ocurrido el 18 de junio cerca de la frontera entre Texas y México, no es sólo un trámite de rigor. Señaló que la explosión provocó contaminación en territorio mexicano y adelantó que su gobierno podría emprender acciones legales contra la empresa de Elon Musk.
“No estamos revisando esto solo por revisar”, dijo la presidenta Sheinbaum el miércoles en referencia a la explosión durante una prueba de rutina en Texas.
La detonación generó una enorme bola de fuego que se elevó por el aire, esparciendo escombros a lo largo de la frontera sur de Texas con México.
Sheinbaum ordenó una investigación completa sobre los impactos ambientales y de seguridad de la explosión, y advirtió que se emprenderán acciones legales si se determina que se violaron leyes internacionales ambientales o de frontera.
“Estamos examinando todo lo relacionado con estos lanzamientos de cohetes tan cerca de nuestra frontera y los impactos que tienen en la zona. Dentro del marco del derecho internacional, presentaremos las acciones legales necesarias”, señaló Sheinbaum según medios locales.
Mientras que SpaceX sostiene que no existe riesgo para el área circundante y afirma que pruebas independientes preliminares sobre los materiales utilizados en Starship, incluyendo análisis toxicológicos, no encontraron riesgos químicos, biológicos ni toxicológicos, el gobierno mexicano opina diferente.
“Iniciaremos un proceso, porque sí hay contaminación”, aseguró Sheinbaum.
Los intentos de SpaceX por recuperar los escombros y realizar tareas de limpieza han sido interceptados por, según describió la empresa espacial, “personas no autorizadas que ingresaron a propiedad privada”.
De acuerdo a información reciente proporcionada por SpaceX el 26 de junio, los llamados a la cooperación no han recibido respuesta por parte del gobierno mexicano.
Las dos misiones anteriores del vehículo de lanzamiento más grande del mundo también terminaron de forma fallida, con la etapa superior desintegrándose sobre el Caribe, lo que pone en duda la seguridad y los impactos de estos lanzamientos.
Sin embargo, estos fracasos probablemente no afecten la visión a largo plazo de Musk de construir una colonia humana en Marte, ya que SpaceX ha apostado por su estrategia de “fallar rápido, aprender rápido” para impulsar su progreso en los vuelos espaciales.
La explosión se produjo dos meses después de que la Administración Federal de Aviación de EE. UU. aprobara un aumento en la frecuencia anual de lanzamientos del cohete Starship, pasando de cinco a 25, afirmando que este incremento no tendría impacto ambiental.
La aprobación se concedió a pesar de las advertencias de grupos conservacionistas, que señalaron que la expansión podría poner en peligro a tortugas marinas y aves costeras.
Una demanda contra SpaceX sería el último episodio de una serie de disputas legales entre México y grandes empresas tecnológicas estadounidenses. Esta posible demanda se suma a otras controversias recientes, como la acción legal que el gobierno de Sheinbaum inició contra Google por renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” en Google Maps para usuarios estadounidenses, en respuesta a una orden ejecutiva del presidente Donald Trump.