Suenan rumores de posibles avances para un alto al fuego en Gaza. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró optimista y afirmó que podría alcanzarse un acuerdo esta misma semana. También el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, alimentó las expectativas, mientras Egipto y Türkiye redoblan sus esfuerzos diplomáticos. Aunque se trata del indicio más claro desde que Israel rompió la tregua en marzo, no sería la primera vez que se genera esperanza sin resultados concretos. Y al mismo tiempo, la situación de los palestinos en el enclave sigue siendo devastadora: crisis humanitaria, órdenes de evacuación masivas y masacres indiscriminadas.
Tras las declaraciones de Trump, quien aseguró que ha mantenido contacto con actores clave, Netanyahu sostuvo que la reciente guerra de 12 días con Irán —que culminó con un alto el fuego el pasado martes— ha abierto “muchas oportunidades” para avanzar en negociaciones con el grupo de resistencia palestino Hamás y lograr la liberación de los rehenes que permanecen en Gaza.
Según medios israelíes, el ministro de Asuntos Estratégicos de ese país, Ron Dermer, llegará este lunes a Washington, donde se enfrentará a una creciente presión de la Casa Blanca para cerrar un acuerdo. El periódico Haaretz, citando a altos funcionarios de EE.UU., informó que el equipo de Trump presionará a Dermer para pactar “el fin de los ataques sobre Gaza y la devolución de los rehenes restantes”.
Por su parte, el diario The Times of Israel subraya que uno de los principales obstáculos sigue siendo la condición de Hamás de poner fin de forma definitiva al genocidio. En contraste, Israel exige un alto el fuego temporal orientado a “recuperar a los rehenes” y que deje abierta la puerta a reanudar la ofensiva.
Egipto y Türkiye redoblan esfuerzos diplomáticos
Mientras tanto, Egipto ha propuesto una tregua de 60 días a cambio de la liberación parcial de rehenes israelíes y la entrada urgente de ayuda humanitaria a Gaza. Así lo anunció el ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, quien calificó la iniciativa —coordinada con Qatar y Estados Unidos— como “un primer paso” hacia una solución duradera.
Türkiye también ha intensificado su papel en las negociaciones. El jefe de la Organización Nacional de Inteligencia, Ibrahim Kalin, se reunió este domingo con una delegación de Hamás, encabezada por Muhammad Darwish, jefe del Consejo de Liderazgo del grupo. Durante el encuentro, Kalin reafirmó el respaldo político de Ankara al pueblo palestino y destacó los esfuerzos diplomáticos ante la comunidad internacional para poner fin a la destrucción, garantizar la entrada de ayuda y fomentar la unidad entre los actores palestinos en esta fase crítica.
Nuevas masacres y desplazamientos
Sin embargo, mientras los diversos actores reiteran la necesidad de retomar las conversaciones, sobre el terreno la realidad es mucho más cruda. Las operaciones militares israelíes se intensifican: este domingo, el Ejército ordenó el desplazamiento forzoso de los residentes de Yabalia y varios barrios de la Ciudad de Gaza —entre ellos Zeitun, Sabra y Al Tuffah— bajo la amenaza de una nueva ola de bombardeos.
A lo largo de la jornada del lunes, al menos 45 personas murieron en nuevos ataques israelíes que impactaron dos escuelas convertidas en refugios para desplazados y otras zonas del norte y del centro del enclave, según fuentes médicas citadas por la agencia de noticias EFE.
En Rafah, al menos 10 personas resultaron heridas en un ataque contra un centro de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), respaldada por Israel y Estados Unidos y ampliamente cuestionada a nivel internacional.
Desde que a finales de mayo Tel Aviv y Washington impulsaron este modelo de distribución humanitaria, gestionado por contratistas privados de la GHF, más de 580 gazatíes han muerto y alrededor de 4.200 han resultado heridos en las cercanías de estos centros o de los pocos camiones de la ONU que consiguen permiso de Israel para ingresar al enclave.
El diario israelí Haaretz reveló la semana pasada que soldados israelíes cuentan con permiso de sus comandantes para disparar a palestinos desarmados en estos lugares, incluso si no representan amenaza alguna, según una investigación basada en testimonios directos.
Además, esta semana se ha revelado un dato mucho más alarmante: Israel está introduciendo de contrabando oxicodona —un analgésico sintético altamente adictivo— en la Gaza palestina ocultando las pastillas en sacos de harina enviados como "ayuda", según el Comité Antidrogas de Gaza.
Informes del Dr. Jalil Mazen Abu Nada y del farmacéutico Omar Hamad, en Gaza, revelaron que se encontró oxicodona escondida en la ayuda humanitaria, y que en ocasiones la harina estaba adulterada con la droga. Este opioide se utiliza para tratar dolores intensos en pacientes con cáncer o después de cirugías. Es altamente adictivo y puede provocar graves riesgos para la salud.
Al menos 100.000 muertos en Gaza, según Haaretz
Por otro lado, la cifra total de muertos desde que Israel inició su ofensiva sobre el enclave ha sido abordada en un informe publicado por Haaretz, que estima que al menos 100.000 palestinos fueron asesinados de forma directa o indirecta por Israel. Es decir, cerca del 4% de los aproximadamente 2,2 millones de habitantes de Gaza.
Aunque portavoces israelíes, periodistas e influencers insisten en desacreditar las cifras del Ministerio de Salud de Gaza —que ha contabilizado 56.500 muertes—, Haaretz señala que cada vez más expertos internacionales consideran que estos podrían quedarse cortos. Su balance incluye tanto víctimas directas de los ataques como fallecimientos causados por hambre, frío y enfermedades, en medio del colapso total del sistema sanitario.