Esta es Gaza ahora: una tierra que ha quedado devastada tras 470 días de una ofensiva israelí implacable y genocida.
Al menos 46.800 palestinos han perdido la vida, incluidos miles de niños, en ataques que han destruido más del 60% de la infraestructura, dejando a cientos de miles sin hogar.
Hospitales, escuelas y refugios de la ONU han sido bombardeados, colapsando los sistemas de salud y educación. Con la población sitiada y sin acceso adecuado a alimentos, agua potable o medicinas, Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.
Reconstruir el sistema de salud devastado, con 30 de sus 32 hospitales dañados, requerirá al menos 10 mil millones de dólares y años de esfuerzo.
Gaza, a pesar de todo, sigue siendo un símbolo de resistencia frente a un intento por borrar su identidad y existencia.