Francesca Albanese, relatora Especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, enfrenta una creciente presión de grupos y políticos proisraelíes que exigen el fin de su mandato, según informó el medio The New Arab.
El mandato de Albanese, que consta de un período de tres años, concluye esta semana, y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU deberá votar sobre su renovación el viernes 4 de abril.
Varios países se han mostrado reacios a apoyar su reelección debido a las abiertas críticas de la relatora frente a Israel.
Consistentemente, Albanese ha denunciado lo que describe como una limpieza étnica y genocidio contra los palestinos en sus informes oficiales y declaraciones a los medios de comunicación.
Las críticas contra la relatora han sido alimentadas por figuras como el diputado laborista británico David Taylor, quien la acusó de justificar la incursión de Hamás del 7 de octubre de 2023 y de retratar a Israel como una "invasión colonial", durante una entrevista con The Jewish Chronicle, un periódico proisraelí.
Además, organizaciones proisraelíes como UN Watch han encabezado la campaña en contra de Albanese.
Justamente, UN Watch publicó un informe de 60 páginas en el que acusa a la relatora de promover el antisemitismo y el terrorismo en el marco de su función en la ONU. La organización también lanzó una petición instando al Consejo de Derechos Humanos a rechazar su reelección.
En una reciente sesión de este consejo, el director de UN Watch, Hillel Neuer, pidió terminar inmediatamente del mandato de Albanese.
Otros grupos, como el Congreso Judío Mundial y la organización juvenil sionista Betar, también han atacado a Albanese.
Betar habría amenazado con atacarla durante una visita reciente que hizo Londres, con el mismo método que Israel empleó en el Líbano el año pasado.
Oposición política
La oposición política a la reelección de Albanese también va en aumento.
En Francia, 42 parlamentarios firmaron una declaración que insta a su gobierno a impedir que la relatora continúe en el cargo, bajo el argumento de que su retórica socava la credibilidad en materia de derechos humanos, según la organización proisraelí UN Watch.
En Estados Unidos, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Brian Mast, encabezó las demandas del Congreso para que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU rechazara su reelección, asegurando que Albanese "se puso del lado de los terroristas de Hamás y acusó a Israel de genocidio".
En Países Bajos, la ministra de Relaciones Exteriores, Kajsa Ollongren, declaró, en respuesta a preguntas del partido protestante fundamentalista SGP, que el país no apoya un segundo mandato de la relatora.
Decidida a quedarse
Albanese, sin embargo, se mantiene desafiante ante estos esfuerzos.
En su último informe a la ONU, publicado hace dos semanas, advirtió que los palestinos corren el riesgo de una limpieza étnica masiva a medida que Israel busca apoderarse de más territorios bajo el pretexto de la ofensiva. La relatora comparó las acciones actuales de Tel Aviv con la Nakba de 1947-1949 y la Naksa de 1967, al argumentar que la historia se repite mientras el mundo mira hacia otro lado.
También instó a la comunidad internacional a tomar medidas concretas, exigiendo la aplicación de una opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia que declara ilegal la ocupación israelí.
Además exigió medidas vinculantes para prevenir el genocidio en Gaza, enfatizando que solo una intervención internacional decisiva puede proteger a los palestinos de nuevos desplazamientos y más violencia.