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¿Por qué la cuenca del Caspio está en el centro de una disputa internacional?
La superficie del Caspio está regulada como un mar, pero el fondo marino y sus recursos minerales no están distribuidos con precisión. Fue un asunto que se dejó en manos de acuerdos bilaterales entre los estados que comparten sus costas.
¿Por qué la cuenca del Caspio está en el centro de una disputa internacional?
Buques de la Armada de Azerbaiyán e Irán se desplazan durante un ejercicio en el Mar Caspio, Irán, en esta imagen obtenida el 4 de noviembre de 2024
hace 10 horas

Las aguas tranquilas del Caspio reflejan no sólo las costas de cinco naciones, sino también sus ambiciones, esperanzas y cálculos estratégicos.

Esta antigua cuenca, el lago más grande del planeta, se ha convertido en un escenario de juegos geopolíticos modernos, donde se entrelazan los intereses de las grandes potencias, las rutas energéticas y los dilemas jurídicos.

Más que semántica: ¿mar o lago?

Desde el colapso de la Unión Soviética en 1991, los cinco estados con costas en el Caspio –Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Rusia y Turkmenistán— no han logrado alcanzar un consenso sobre el estatus legal del Caspio. Parece una pregunta simple: ¿es un mar o un lago? Pero responder uno u otro determina el destino de billones de metros cúbicos de gas, miles de millones de barriles de petróleo y corredores de transporte estratégicos.

Si el Caspio es un lago, su superficie y su lecho deberían dividirse en partes iguales entre todos los estados ribereños. Si es un mar, se aplica la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, según la cual la división sigue el principio de la longitud de la costa. En este caso, Kazajistán, con la costa más larga, recibe la mayor parte, mientras que Irán, con la costa más corta, obtiene la menor.

En este rompecabezas legal, cada país defiende la posición más ventajosa para sus intereses. Irán insistió en que el Caspio se considere un lago, lo que le daría una participación igualitaria del 20% de los recursos como a los otros estados.

Azerbaiyán, Kazajistán y Turkmenistán abogaron por el estatus de mar, lo que aumentaría sus participaciones de acuerdo con la longitud de sus costas. Rusia adoptó una posición especial, en desacuerdo con cualquiera de las definiciones, ya que reconocer el Caspio como mar la obligaría a conceder acceso a embarcaciones extranjeras a través del río Volga, algo que va en contra de sus intereses estratégicos.

Antes de su colapso, la Unión Soviética mantuvo acuerdos bilaterales con Irán que definieron las normas de navegación y comercio en el Caspio, el cual estaba cerrado a otros países. De manera que la aparición de nuevos estados independientes transformó por completo el mapa geopolítico de la región, convirtiendo la cuestión del estatus del Caspio en una disputa multilateral con mucho en juego.

Un tesoro energético

Y, en efecto, hay mucho en juego. Las estimaciones sugieren que la cuenca del Caspio contiene unos 48.000 millones de barriles de petróleo y 292 billones de pies cúbicos de gas natural. La región también alberga valiosos esturiones, que producen uno de los caviares más caros del mundo.

Durante décadas, el estatus indefinido del Caspio creó obstáculos para el desarrollo de estas riquezas. Particularmente polémicos fueron los yacimientos en el sur del Caspio reclamados por Azerbaiyán, Irán y Turkmenistán. Allí surgieron dos grandes conflictos territoriales: las disputas entre Turkmenistán y Azerbaiyán por el yacimiento de “Serdar-Kapaz”, y entre Azerbaiyán e Irán por el yacimiento de “Araz-Alov-Sharg”.

En ocasiones, estas disputas tomaron giros peligrosos. A principios de la década de 2000, las tensiones entre Irán y Azerbaiyán por los territorios del Caspio alcanzaron un punto álgido: Teherán amenazó a dos embarcaciones azerbaiyanas que realizaban investigaciones de campo para British Petroleum, obligándolas a regresar a Bakú, y eliminó los marcadores de límites marítimos azerbaiyanos. Artur Rasizade, primer ministro de Azerbaiyán, expresó su descontento al embajador iraní AhadGhazai y exigió explicaciones.

En el verano de 2001, la situación se agravó aún más. Aviones de guerra iraníes violaron el espacio aéreo azerbaiyano al menos ocho veces, penetrando hasta 100-180 km de Bakú, y realizando vuelos a baja altura sobre los asentamientos azerbaiyanos.

En este momento crítico, Türkiye intervino en la disputa, proporcionando a Azerbaiyán apoyo militar y político. Tras la demostración de fuerza de Ankara, que incluyó envío del equipo aéreo “Halcones Turcos” a Bakú el 24 de agosto de 2001, cesaron las sistemáticas violaciones fronterizas de Irán.

La excusa de Teherán para justificar su comportamiento fue su desacuerdo con la división de la porción soviética del Caspio entre cuatro estados postsoviéticos. Irán exigía para sí el 20% de las aguas y el lecho marino, independientemente de la longitud de la costa o de los derechos históricos.

El largo camino hacia un acuerdo

Los estados del Caspio comenzaron a discutir el estatus legal del Caspio en 2002 en la primera cumbre en Ashgabat. A esta le siguieron reuniones en Teherán en 2007, Bakú en 2010 y Astracán en 2014. Cada cumbre acercó a los países a un compromiso, pero el avance decisivo se produjo el 12 de agosto de 2018.

En la ciudad kazaja de Aktau, los líderes de los cinco estados del Caspio firmaron la Convención sobre el Estatuto Jurídico del Mar Caspio. Vladimir Putin consideró a esta reunión “histórica”, mientras que el presidente kazajo Nursultán Nazarbáyev la denominó “la Constitución del Caspio”.

La Convención representó una solución única en la práctica internacional. El Caspio no se definió como mar ni como lago, sino como “una masa de agua con un estatus legal especial” (el documento utiliza el término “mar Caspio”, pero el artículo 1 lo describe simplemente como una “masa de agua”). Esta decisión conceptual excluyó efectivamente la implementación de cualquier ley o instrumento internacional aplicable a mares o lagos, consagrando la incertidumbre jurídica y preservando el statu quo.

Según el documento, la superficie del Caspio está regulada como un mar: los estados tienen jurisdicción sobre 15 millas náuticas desde sus costas y derechos de pesca dentro de otras 10 millas. Sin embargo, el lecho marino y sus recursos minerales no se distribuyeron con precisión, dejando el asunto en manos de acuerdos bilaterales entre los estados litorales.

En esencia, la Convención no ofreció ninguna solución al problema de la división del lecho marino, simplemente confirmó la situación existente.

Ahora bien, el acuerdo estableció una regla importante: los buques militares de estados que no tengan costa en el Caspio no pueden estar presentes en sus aguas. Además, las partes de la convención no pueden proporcionar su territorio a otros estados para la agresión contra cualquier estado ribereño. Estos aspectos militares del acuerdo se alinean plenamente con los intereses de Rusia e Irán, preocupados por la posible presencia de la OTAN en la región.

Desde la perspectiva de Azerbaiyán, Kazajistán y Turkmenistán, una zona desmilitarizada sería ideal, pero Moscú rechazó hace tiempo esta posibilidad. El hecho de que los buques de guerra rusos en el mar Caspio atacaran objetivos en Siria y Ucrania subraya la importancia militar de esta cuenca para Moscú.

Los aspectos militares de la convención tienen consecuencias de largo alcance para el equilibrio de poder en la región. La prohibición de la presencia militar extranjera y del uso del territorio para la agresión contra los estados del Caspio consolida efectivamente la ventaja militar de Rusia, ya que posee la flota más grande de la cuenca. Como resultado, Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán pierden la capacidad de atraer aliados para la cooperación militar en la región.

Esto debilita directamente sus posiciones de negociación sobre la construcción del oleoducto transcaspiano y la división del lecho marino, pues se enfrentan a vecinos militarmente más fuertes y sin apoyo externo para cuando surjan disputas. Así, las disposiciones militares de la convención se convierten en un instrumento de presión indirecta para resolver cuestiones económicas y territoriales.

Gasoducto transcaspiano: ¿sueño o realidad?

Uno de los temas más controvertidos relacionados con el Caspio es la posibilidad de construir un gasoducto transcaspiano que conecte Turkmenistán y Azerbaiyán. Este proyecto, propuesto por primera vez en la década de 1990, permitiría a Turkmenistán, que cuenta con la cuarta reserva de gas más grande del mundo, suministrar sus recursos energéticos a Europa sin pasar por Rusia, un objetivo perseguido con entusiasmo por los países europeos que intentan dejar de depender del gas de Moscú.

La Convención de 2018 permitía, teóricamente, la construcción de gasoductos submarinos, requiriendo la aprobación solamente de aquellos países comprometidos con sus fondos marinos con el gasoducto. Sin embargo, el documento también contiene disposiciones de seguridad medioambiental que podrían utilizarse para bloquear tales proyectos.

Rusia, interesada en mantener su dominio en el mercado europeo del gas, se opuso durante mucho tiempo al gasoducto transcaspiano, alegando riesgos medioambientales.

Nuevas rutas y nuevas realidades

El 1 de marzo de 2025 se produjo un acontecimiento histórico: el gas turkmeno comenzó a fluir hacia Türkiye a través de Irán mediante un plan de sustitución SWAP. El acuerdo prevé entregas anuales de hasta 2.000 millones de metros cúbicos de gas, con la perspectiva de aumentar los volúmenes a 15.000 millones. Esto fue el resultado de intensas negociaciones entre Turkmenistán, Irán y Türkiye.

El plan de sustitución SWAP funciona de la siguiente manera: el gas turkmeno entra en Irán, que envía un volumen equivalente de su gas a Türkiye. Legalmente, esto se considera gas turkmeno, eludiendo las sanciones internacionales contra Irán.

Sin embargo, Ankara también está interesada en recibir gas turkmeno a través de Azerbaiyán y Georgia. El presidente Recep Tayyip Erdogan ha declarado que el suministro de gas de Turkmenistán a Türkiye y Europa, junto con la ampliación de la capacidad del gasoducto Transanatolio (TANAP), es “solo cuestión de tiempo”.

La implementación de esta ruta requiere la construcción de un gasoducto transcaspiano bajo el agua. Y entonces aquí volvemos al problema del estatus del Caspio.

Estado actual de la disputa

A pesar de la firma de la Convención de 2018, algunas cuestiones siguen sin resolverse. La convención estableció principios generales, pero los detalles de la división de los fondos marinos aún requieren acuerdos bilaterales.

El norte del Caspio ya estaba completamente demarcado entre Rusia, Kazajistán y Azerbaiyán según los acuerdos de 2001 y 2003 utilizando el principio de la línea media. Pero las disputas territoriales entre Azerbaiyán, Irán y Turkmenistán continúan en el sur.

Tras la firma de la convención, muchos ciudadanos iraníes acusaron a su gobierno de “vender” el Caspio, ya que la parte de Irán era menor que en una división equitativa. El presidente iraní, Hassan Rouhani, hizo hincapié en que para la división de fondos marinos se necesitarían acuerdos adicionales.

La cuenca del Caspio y la geopolítica mundial

La disputa sobre el estatus del Caspio va mucho más allá de los intereses regionales. Afecta a la seguridad energética mundial, a la competencia entre Rusia y Occidente, y a la creciente influencia de China en Asia Central.

Estados Unidos y la Unión Europea apoyan la diversificación de rutas energéticas y la reducción de la dependencia del gas ruso. Por lo tanto, están interesados en implementar el gasoducto transcaspiano y otros proyectos que podrían llevar los recursos energéticos de Asia Central a los mercados occidentales sin pasar por Rusia.

Mientras tanto, China ya se ha convertido en el mayor importador de gas turkmeno a través del gasoducto Asia Central-China. Beijing busca fortalecer su posición en la región como parte de la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”.

Rusia e Irán, que enfrentan sanciones de Occidente, están reforzando su asociación estratégica y luchan por mantener su influencia en el Caspio. La Convención de 2018, que prohíbe la presencia militar de potencias no regionales, se alinea con sus intereses.

El futuro del Caspio

El fortalecimiento de los estados del Caspio y el cambiante entorno geopolítico pueden conducir a nuevos acuerdos sobre cuestiones en disputa en el Caspio. Es muy posible que la Convención de 2018, aunque no sea un marco regulador integral, siente las bases para futuras negociaciones.

El proyecto del gasoducto transcaspiano sigue siendo una posibilidad real, especialmente a la luz de las aspiraciones europeas de diversificación energética y los intereses de Turkmenistán en la expansión de las rutas de exportación. Sin embargo, su implementación aún depende de un complejo entretejido de intereses económicos, consideraciones ambientales y cálculos geopolíticos.

Los suministros de gas turkmeno a Türkiye a través de Irán demuestran que las soluciones pragmáticas son posibles, incluso en medio de sanciones y tensiones regionales. Este modelo podría servir de ejemplo para otros proyectos en la región.

En cualquier caso, el destino del Caspio y sus riquezas no solo vendrá determinado por formulaciones legales, sino también por la capacidad de los estados ribereños para encontrar compromisos mutuamente beneficiosos en el turbulento siglo XXI.

Como señaló acertadamente el presidente de Kazajistán, la Convención sobre el Estatuto Jurídico del Mar Caspio se convirtió en una especie de “Constitución del Caspio”. Y como cualquier constitución, crea un marco dentro del cual deben desarrollarse nuevas relaciones.

Quizás no se satisfagan las ambiciones de todas las partes, pero se han sentado las bases para la coexistencia pacífica y el uso conjunto de las riquezas de esta cuenca única.

Mientras las grandes potencias continúan su juego, el Caspio, como lo ha hecho durante miles de años, transporta sus aguas entre Europa y Asia, albergando en sus profundidades no solo tesoros energéticos, sino también historias de antiguas civilizaciones que florecieron en sus costas mucho antes de que el petróleo y el gas comenzaran a determinar el destino de las naciones.


FUENTE:TRT Russian
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