ECONOMÍA
8 min de lectura
¿Qué son las monedas estables? Avance financiero, riesgo global o carta bajo la manga de EE.UU.
Para unos, las “stablecoins” o monedas estables representan una innovación positiva que mejorará el sistema de pagos internacionales. Para otros, un peligro financiero que conviene controlar. ¿Qué son exactamente y por qué crecen con tanta velocidad?
¿Qué son las monedas estables? Avance financiero, riesgo global o carta bajo la manga de EE.UU.
La regulación de stablecoins marcará el rumbo de las finanzas internacionales. / TRT Español
1 de julio de 2025

Inicialmente, las llamadas “stablecoins” o “monedas estables” no fueron sino un tipo de criptomoneda aislado y minoritario, pero su uso está creciendo vertiginosamente. En enero de 2020, la oferta media de todas ellas fue de 3.910 millones de dólares, y a final de mayo de 2025 ya alcanzaban los 225.570 millones, según la plataforma de análisis Visa. Otra estimación de Artemis ofrece valores más elevados: 4.280 millones de dólares y 238.000 millones, respectivamente.

Solo en mayo se llevaron a cabo 946,7 millones de transacciones con monedas estables, por un valor de total de 4 billones de dólares, de acuerdo a Artemis. Por su parte, Visa reportó 966,3 millones de transacciones por valor de 3,5 billones en el mismo período. Estas cifras equivalen actualmente a 2,5 veces las que se realizaron con tarjetas VISA y cuatro veces las de Mastercard.

La extraordinaria expansión de las monedas estables está ligada, por un lado, a su uso creciente como medio de pago en la compra y venta de las demás criptomonedas. Por otro, porque representan más de la mitad de la liquidez que proporcionan las llamadas finanzas descentralizadas, es decir, las que se mueven al margen de la banca y la bolsa tradicionales. 

De hecho, hoy en día se utilizan en mayor proporción que las monedas oficiales convencionales para adquirir criptomonedas y el valor de sus operaciones incluso supera al de la negociación total de acciones en la bolsa de Nueva York. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de monedas estables?

El boom de criptomonedas “estables”

Una moneda estable es un token –es decir, algo que representa un valor, como una ficha o un código–, como el bitcoin o cualquier otra "criptomoneda", aunque con una característica fundamental que la diferencia: está respaldada por algún otro activo –una moneda oficial u otra criptomoneda– para conseguir que su precio no sufra tantas oscilaciones.

Para que eso ocurra, quien las emite (en principio, cualquier sujeto) crea al mismo tiempo herramientas de estabilización. Estas pueden ser los llamados "activos de reserva" que se podrían canjear por la moneda estable en todo momento, asegurando su valor, o bien algoritmos que llevan a cabo operaciones de compra y venta que estabilizan su precio. 

Uso complicado como medio de pago convencional

A pesar del crecimiento, las monedas estables apenas se usan como medio de pago en las transacciones convencionales, como le ocurre al resto de las criptomonedas, según expliqué en este artículo anterior. En este caso, no se debe a su inestabilidad puesto que son estables, sino a otras razones: menor aceptación en las plataformas de pago (sobre todo en Europa), mayor lentitud a la hora de realizar transacciones, costos de utilización más altos que los de las monedas oficiales o tarjetas de crédito más utilizadas y, sobre todo, porque –en contra de la esencia de las monedas estables– sus emisores están poniendo limitaciones a su canje por los activos de reserva.

En realidad, utilizar en estos momentos una moneda estable que, por ejemplo, está referenciada en dólares o euros y vale lo mismo que estos, no tiene mucho sentido cuando se pueden utilizar estas divisas tradicionales para realizar transacciones, con más rapidez y seguramente con menor comisión.

Como escribió hace poco Paul Krugman, galardonado con el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, estas monedas estables "no se pueden usar para realizar compras comunes, y no hay nada que se pueda hacer con ellas que no se pueda hacer de forma más económica y sencilla con tarjetas de débito, Venmo, Zelle, transferencias bancarias, etc. Es decir, ¿por qué no usar dólares en lugar de tokens que supuestamente están respaldados por dólares?".

La respuesta la da él mismo y es bastante obvia: sólo interesaría hacerlo si lo que se desea es utilizar un medio de pago que, a diferencia de lo que ocurre con el dinero oficial, no deje rastros, puesto que su uso es completamente anónimo.

Todas estas son objeciones o inconvenientes que se pueden poner, con razón, a las monedas estables. Pero es posible que rápidamente se produzcan mejoras tecnológicas que permitan aumentar la rapidez en su uso, disminuir el costo, aumentar la transparencia y facilitar aún más la accesibilidad, pues sólo necesitan conexión a internet y ningún tipo de cuenta bancaria. Quizá su expansión siga acelerándose y se conviertan en un auténtico medio de pago, incluso en transacciones minoristas.

¿Estabilidad asegurada o riesgo real de crisis y contagio?

Según dice su propio nombre, las monedas estables son estables pero, en realidad, su estabilidad no está completamente asegurada. De hecho, se han producido episodios de inestabilidad o de desvinculación temporal con sus activos de respaldo.

Si eso ocurriera, ¿se podría resolver la inestabilidad sin afectar al activo de respaldo y, en consecuencia, a todo el sistema? ¿Podría provocar ese riesgo eventos sistémicos de inestabilidad? Es decir, si en algún momento se produce una tensión sobre su precio, y el emisor debe operar sobre el activo de respaldo (una moneda oficial o bonos del tesoro de cualquier país) ¿podría eso producir, en cascada, la inestabilidad de esos otros activos de respaldo, del sistema financiero y de la economía en su conjunto? Si los emisores de una moneda estable necesitaran disponer de grandes cantidades de efectivo en un momento dado y tuvieran que vender masivamente los activos de reserva, ¿trasladarían a este último la caída que se estuviera produciendo en su token?

La respuesta no es clara. El Banco Central Europeo entiende que sí porque, si eso se produce, el emisor de la moneda estable afectada aumentaría la liquidez de modo descontrolado. Sin embargo, otros enfoques consideran que eso no tendría por qué producirse, teniendo en cuenta que la moneda estable mantiene en reserva otros activos por exactamente el mismo valor del monto correspondiente al token que ha emitido.

Estados Unidos, al acecho

Si no tiene mucho sentido utilizar monedas estables para transacciones (salvo, como hemos dicho, con el objetivo de ocultar la identidad en operaciones que por su naturaleza lo precisen), si ni siquiera están asegurados su canje y estabilidad, y si hay otros recursos más eficaces y rentables para especular, ¿qué puede explicar su expansión extraordinaria?

No es fácil dar respuesta a esta pregunta, pero se podría establecer una hipótesis.

Es sabido que el dólar está dejando de ser utilizado como moneda de referencia en la economía internacional. También que Estados Unidos tiene cada vez más dificultades para que, a cambio de su déficit comercial, los demás países destinen su ahorro correspondiente en dólares a la adquisición de bonos de su Tesoro.

Pues bien, si EE.UU. logra imponer la utilización generalizada de monedas estables con respaldo en dólares o en esos bonos, estaría logrando que, allí donde se utilizaran para realizar algún pago, se estuvieran usando, en realidad, dólares y se estuviera sosteniendo su deuda.

El propio presidente Donald Trump expresó claramente cuál es su estrategia monetaria en una orden ejecutiva de 23 de enero de 2025: frenar el desarrollo de monedas digitales emitidas por bancos centrales y promover la creación de monedas estables emitidas por entidades privadas. 

En estos momentos ya son muy variadas y numerosas las grandes corporaciones que han comenzado a desarrollar proyectos para su emisión o que incluso las han emitido, fuera y dentro de Estados Unidos, y en la mayoría de los casos respaldadas por dólares.

Si esta fuese, realmente, la estrategia de Estados Unidos podría obtener un resultado muy exitoso si lograse compensar el uso del dólar como moneda convencional con el aumento de la circulación de esas monedas estables que, en realidad, implican movilizar dólares, o bonos del Tesoro. El dólar seguiría teniendo el protagonismo de las últimas décadas, aunque ahora estaría sostenido descentralizadamente, gracias a esas monedas emitidas en cualquier lugar del mundo por cualquier tipo de empresa, fondo de inversión  o entidad financiera. 

Sin embargo, eso podría conllevar un riesgo más elevado de volatilidad pues las incidencias que afectan a cualquiera de ellas podrían terminar impactando sobre la estabilidad de la divisa estadounidense o sobre su deuda. 

Esto último dependerá en gran medida de cómo se regulen, y por eso Estados Unidos está dando los primeros pasos, al tratar de establecer reglas de juego que le sean favorables y condicionen desde el principio las que pudieran imponer otros países o zonas monetarias, como la del euro.

Es pronto para saber cómo terminará el proceso, pero sí se puede asegurar que en torno a estas nuevas monedas estables se va a librar una batalla decisiva no solo monetaria. Un duelo que determinará quién ostentará la hegemonía en las finanzas internacionales. Y de ahí se derivará muy posiblemente la de toda la economía internacional.

FUENTE:TRT Español
Echa un vistazo a TRT Global. ¡Comparte tu opinión!
Contact us