Desde el Vaticano, y con la mirada puesta sobre los oprimidos del planeta, la primera dama de Türkiye, Emine Erdogan, reiteró el mensaje que varias veces ha lanzado el propio presidente Recep Tayyip Erdogan: “El mundo es más grande que cinco”, en referencia a los países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
No se trata solo de una consigna, sino de lo que la primera dama calificó como “el manifiesto de los marginados”, durante su intervención en la conferencia “Economía basada en la fraternidad: ética y multilateralismo”, organizada por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales en el Vaticano.
“Este es el manifiesto de los marginados del mundo: un llamado a la justicia. Nos invita a preocuparnos por cada ser humano sin excepción y a ver los intereses ajenos como propios. Espero que esta visión se convierta en el lente compartido con el que veamos el mundo, solo así podremos responder al profundo anhelo de fraternidad de la humanidad”, señaló Emine Erdogan.
La conferencia reunió a figuras destacadas como el profesor Jeffrey Sachs, presidente de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU; el cardenal Peter Turkson; la hermana Helen Alford, y Miguel Ángel Moratinos, alto representante de la ONU para la Alianza de Civilizaciones. Se abordaron temas como el multilateralismo, la multipolaridad, la reforma de la ONU y la ciudadanía global.
Durante el panel, la primera dama expresó su gratitud por estar entre un grupo distinguido que cree que la humanidad es más fuerte en todos sus colores y voces.
“En nuestra fe, todo ser humano es un tesoro confiado al otro”
Emine Erdogan también enfatizó que la humanidad es una gran familia: “Todos somos miembros de la familia humana reunidos en torno a la mesa de la Tierra. Por eso llamamos al mundo nuestro hogar común. Como dijo Mevlana (Rumi): ‘El cielo es mi cúpula, la humanidad es mi familia’. Nuestras razas, lenguas, culturas y creencias forman un mosaico magnífico. Es esta diversidad la que hace que el mundo sea más significativo y habitable. En nuestra fe, todo ser humano es un tesoro confiado al otro”.
También reflexionó sobre el actual estado del mundo: “En el primer cuarto del siglo XXI, la familia humana está en crisis. Hay más de 150 millones de niños huérfanos. En África, 32 millones de personas han muerto debido al hambre crónica. Mientras el 1% de la población posee la mitad de la riqueza mundial, 3.000 millones de personas viven con menos de 5,50 dólares al día. Hay 244 millones de niños sin acceso a la educación. Cerca de 70 millones de personas están desplazadas. Millones más viven sin hogar, sin trabajo, sin escuelas ni acceso a médicos —despojados de toda esperanza. Y en Gaza, mujeres, hombres y niños han muerto, llenando un informe de defunciones de 1.516 páginas, incluidas 27 páginas de bebés que ni siquiera habían celebrado su primer cumpleaños”.

“Necesitamos nuevas soluciones para elevar a la familia humana”
En esa línea, la primera dama criticó la mentalidad derrochadora y consumista que domina el mundo moderno: “Estas son señales de que los sistemas que prometieron un mundo próspero han fracasado. No es posible construir un mundo justo con un sistema que ha decepcionado a la humanidad una y otra vez. Por eso, necesitamos nuevas soluciones que eleven a la familia humana”.
Después explicó que Türkiye aborda los problemas globales desde la sabiduría ancestral de Anatolia: “Nos apoyamos en nuestra experiencia histórica de siglos. Desde el primer día de la guerra en Siria, abrimos nuestras puertas y nuestros corazones a nuestros vecinos. En Anatolia, siempre hay un lugar en la mesa para el huésped inesperado. Hoy seguimos acogiendo a casi cuatro millones de refugiados. No obligamos a nadie a irse. Y para quienes desean regresar, ofrecemos un retorno seguro, voluntario y digno. En proporción a nuestro ingreso nacional, somos el país más generoso del mundo, porque creemos que una vela no pierde nada al encender otra”.
“Debemos darle un nuevo significado a la ciudadanía global”
Además, basándose en el legado de coexistencia de Anatolia entre cristianos, musulmanes, judíos y diversas comunidades étnicas, Emine Erdogan señaló: “Por nuestra experiencia, sabemos que la erosión del multiculturalismo está en la raíz del aumento de la polarización, la islamofobia y los crímenes de odio. Por eso debemos abordar con cuidado la idea de ciudadanía global. No debe buscar borrar diferencias ni homogeneizar a las personas”.
También advirtió sobre un mundo uniforme: “En un planeta donde se hablan 7.000 lenguas, desaparece una cada semana. Esto conlleva la pérdida de identidades únicas y de una riqueza cultural invaluable. Debemos redefinir la ciudadanía global”.
“Ningún país puede enfrentar solo las crisis actuales”
La primera dama afirmó que las crisis interconectadas de nuestro tiempo revelan la urgente necesidad de solidaridad y sabiduría colectiva: “Ningún problema hoy es local. Ningún país puede enfrentar por sí solo múltiples crisis. Por eso necesitamos asociaciones fundamentadas en el multilateralismo ético más que nunca”.
Asimismo, señaló la desigualdad en la distribución de cargas al señalar que “lamentablemente, la carga no se reparte de manera equitativa entre las naciones. El cambio climático es el ejemplo más claro. Algunos países casi no contribuyen al problema, pero sufren las peores consecuencias: convirtiéndose en refugiados climáticos, perdiendo sus recursos alimentarios o incluso enfrentando la extinción”.
“Nuestro proyecto de Residuo Cero nace de la lealtad a la humanidad”
Finalmente, Erdogan también destacó el Proyecto Residuo Cero lanzado por Türkiye en 2017, que hoy es una iniciativa global respaldada por la ONU.
“Nuestro Proyecto Residuo Cero nace de nuestra lealtad a la humanidad. Lo vemos no solo como una responsabilidad ambiental, sino también como una prueba de justicia entre sociedades y generaciones. Creemos que la naturaleza es un depósito sagrado. Si la vemos solo como un recurso a explotar, los compromisos globales quedarán en palabras vacías. Pero si unimos el conocimiento técnico con las enseñanzas espirituales, podemos lograr algo verdaderamente histórico para la humanidad”.
