Fueron 12 años al frente de la Iglesia católica, suficientes para dejar en firme una posición urgente y contundente sobre la importancia del cambio climático y la preservación del medio ambiente. Durante su pontificado, el papa Francisco dedicó ponencias al tema e incorporó la problemática ambiental en una encíclica, que inspiró artículos científicos y se convirtió en referencia ineludible del activismo medioambiental.
El pontífice argentino llevó con “valentía y empatía” la causa climática, señaló el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo país será sede en noviembre de la COP30, la próxima cumbre de la ONU sobre cambio climático.

“Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”: el papa Francisco dejó un legado marcado por una denuncia constante contra la “globalización de la indiferencia”. Así fue su vida.
"Gracias a su incansable defensa, el papa Francisco nos recordó que no puede haber prosperidad compartida hasta que no hagamos las paces con la naturaleza y protejamos a los más vulnerables", destacó el secretario ejecutivo de ONU Clima, Simon Stiell. "Fue un inquebrantable defensor de la acción por el clima".
"No solo fue el papa del clima, sino de la Amazonía, de los bosques, de los océanos. Pero sobre todo un papa de esperanza", dijo a la agencia de noticias AFP Oscar Soria, un activista argentino, veterano de las negociaciones climáticas.
El sucesor del “papa verde”
La problemática ambiental no es un tema nuevo para el Vaticano. De hecho, Benedicto XVI, el predecesor de Francisco, fue llamado el “papa verde”, por su lucha y posición en defensa de los recursos naturales del planeta.
Aún así, el papa Francisco elevó la urgencia de esta tarea pendiente a nivel global. En 2015, la abordó en la primera encíclica sobre la necesidad de proteger el planeta, titulada “Laudato si”.

Durante años, el papa Francisco alzó su voz por Palestina, denunció la “crueldad” de Israel y dijo lo que otros no se atrevieron. En pocas palabras, fue una brújula moral en un mundo que le dio la espalda a Gaza cuando más necesitaba que la miraran.
Los expertos coinciden en que Francisco fue quien completó la “causa verde” de Benedicto. Y además, sumó referencias puntuales a la cultura amazónica y referencias a pueblos indígenas, además de establecer con claridad la responsabilidad del ser humano por el cambio climático.
"Siempre estuvo del lado de los más pobres y de las poblaciones indígenas", recuerda a el activista Soria.
“Laudato si”, el compromiso del papa con el cambio climático
La encíclica papal trascendió los círculos religiosos, y se posicionó en el centro del debate de la comunidad científica, en la que inspiró artículos y fue además una referencia central en las cumbres ambientales.
"'Laudato si' fue un texto fundacional del compromiso cristiano con la acción climática, que inspiró y marcó a una nueva generación", explica Laurence Tubiana, una de las arquitectas del Acuerdo de París, que logró establecer en 2015 la meta de contener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 grados Celsius.
El “papa ha sido una brújula moral en las negociaciones climáticas desde 2015", retoma Soria.
En 2023, bajo un mundo cada vez más azotado por las vicisitudes del cambio climático, el papa retomó el tema en el "Laudate Deum", una recomendación dirigida a los fieles, donde criticaba a los gobierno por quedarse de brazos cruzados ante la degradación ambiental y llamaba al mundo a una transición energética seria y comprometida.
Un año más tarde de 2024, desde Indonesia, el papa Francisco continuaba elevando un mensaje ambiental ante la falta de respuestas de los gobiernos de turno. "La crisis ambiental”, expresó allí, “se ha convertido en un obstáculo para el crecimiento y la convivencia de los pueblos". Hoy sus palabras siguen teniendo la misma urgencia en un planeta al que, como advirtió el papa, se le acaba el tiempo.