Estados Unidos y Rusia concretaron un nuevo intercambio de prisioneros en Emiratos Árabes Unidos este jueves, mientras sus delegaciones se reunían por segunda vez en Estambul, Türkiye, para tratar asuntos diplomáticos vinculados al funcionamiento de sus embajadas.
Washington entregó a Arthur Petrov, un ciudadano ruso-alemán acusado de exportar ilegalmente componentes electrónicos fabricados en EE. UU. a empresas proveedoras del ejército ruso. Por su parte, Moscú liberó a Ksenia Karelina, una bailarina de ballet radicada en Los Ángeles, condenada en ese país por “traición” tras haber realizado una donación única de aproximadamente 50 dólares a una organización benéfica pro-ucraniana. Karelina posee doble ciudadanía estadounidense y rusa.
“La ciudadana estadounidense Ksenia Karelina ya está en un avión rumbo a casa”, escribió el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, en la red social X. “Fue detenida injustamente por Rusia durante más de un año”, señaló Rubio y añadió que “Trump seguirá trabajando para lograr la liberación de todos los estadounidenses”.
Los prisioneros fueron intercambiados en el aeropuerto de Abu Dabi, donde se encontraban presentes una docena de personas vestidas con trajes, según un video difundido por el servicio de inteligencia ruso FSB.
En el video del FSB, Petrov aparece sentado en un avión tras ser liberado, y declara ante un entrevistador fuera de cámara que no ha dormido en dos días, aunque asegura no tener quejas.
Se trata del segundo intercambio realizado bajo la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, en medio de intentos de Moscú y Washington para reconstruir sus relaciones. Desde que regresó a la Casa Blanca a finales de enero, Trump ha buscado restituir los lazos con el Kremlin, deteriorados drásticamente tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania hace tres años.
El director de la CIA, John Ratcliffe, fue el principal negociador del canje, en coordinación con servicios de inteligencia rusos y socios internacionales, según indicó la agencia.
Ratcliffe agradeció a Emiratos Árabes Unidos por facilitar el intercambio. “Aunque lamentamos que otros ciudadanos estadounidenses sigan detenidos injustamente en Rusia, consideramos que este intercambio es un paso positivo y continuaremos trabajando por su liberación”, señaló un portavoz de la CIA.
Los otros intercambios
En los últimos meses, el Kremlin y la Casa Blanca han concretado varios intercambios de prisioneros. A mediados de febrero, tras una conversación telefónica entre Putin y Trump, Rusia liberó a Kalob Wayne Byers, un ciudadano estadounidense de 28 años arrestado en un aeropuerto de Moscú por transportar gomitas con cannabis.
A principios de ese mismo mes, Washington y Moscú también intercambiaron al profesor estadounidense Marc Fogel por el experto informático ruso Alexander Vinnik.
El mayor intercambio de prisioneros entre Occidente y Rusia desde el fin de la Guerra Fría tuvo lugar el 1 de agosto de 2024, y fue mediado por Türkiye. Entre los liberados estuvieron periodistas –incluido el reportero del Wall Street Journal Evan Gershkovich– y disidentes detenidos en Rusia, a cambio de presuntos espías rusos retenidos en países occidentales.
En ese momento, la inteligencia de Türkiye anunció que el intercambio involucró a 26 personas que estaban en cárceles de siete países diferentes. Como parte de la operación, las personas fueron trasladadas a Türkiye en siete aviones, incluidos dos de Estados Unidos y uno de Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Rusia.
Negociaciones en Estambul
Simultáneo al intercambio de este jueves, delegaciones de EE. UU. y Rusia volvían a reunirse en Estambul, en un encuentro que duró aproximadamente seis horas en el Consulado General de Rusia. Durante la conversación trataron la reanudación de las actividades de sus respectivas embajadas.
Tras la reunión, la delegación estadounidense abandonó el Consulado General de Rusia en Estambul y no se hizo ninguna declaración sobre los resultados de la reunión, según informó la agencia de noticias Anadolu.
La delegación rusa estuvo encabezada por el embajador en Washington, Aleksander Darchiyev, mientras que la delegación estadounidense estuvo encabezada por la subsecretaria de Estado adjunta para Rusia y Europa Central, Sonata Coulter.
Esta reunión siguió a una ronda inicial de discusiones celebrada el 27 de febrero, también en Estambul, como parte de un canal diplomático establecido entre el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, durante su encuentro en Arabia Saudita.
Ambas delegaciones continuaron con el “enfoque constructivo”, según un comunicado del Departamento de Estado de EE. UU. "Estados Unidos reiteró sus preocupaciones sobre la política de la Federación Rusa que prohíbe el empleo de personal local, lo que constituye el principal obstáculo para mantener niveles estables y sostenibles de personal en la Embajada de EE. UU. en Moscú", señaló el comunicado.
Durante la reunión, se discutió la posibilidad de celebrar una reunión de seguimiento en el corto plazo, con fecha, ubicación y representación aún por determinar, agregó el comunicado.
El embajador ruso Darchiev, quien habló con los periodistas tras la reunión, aseguró que las conversaciones permitieron avanzar en las consultas sobre la normalización del trabajo de las misiones diplomáticas en los respectivos países.
Confirmando que ambas partes intercambiaron notas sobre un acuerdo para garantizar los servicios bancarios y financieros sin obstáculos para las misiones diplomáticas de Rusia y Estados Unidos, el enviado afirmó que acordaron "medidas adicionales para facilitar el movimiento de los diplomáticos en el país anfitrión, así como el procesamiento de sus visas".