“Una trampa política”: así calificaron varios grupos de resistencia palestinos la posibilidad de una tregua en Gaza que no contemple garantías sólidas sobre el fin del genocidio de Israel en el enclave. A través de un comunicado difundido por Hamás, la coalición de las Fuerzas Nacionales e Islámicas Palestinas señaló que cualquier alto el fuego sin condiciones que apunten a terminar la brutal ofensiva, retirar por completo las tropas israelíes, suspender el bloqueo y reconstruir el enclave afianzaría la ocupación.
El comité señaló este martes que había revisado los reportes sobre una nueva propuesta de Israel para un cese del fuego, que exige el desarme de la resistencia palestina y la entrega de rehenes israelíes. Sin embargo, destacaron que las condiciones no plantean garantías para detener el genocidio en Gaza ni asegurar una retirada completa del enclave.
En ese sentido, el comunicado de los grupos palestinos condenó el énfasis en las "armas defensivas rudimentarias" de la resistencia, mientras que Estados Unidos suministra a Israel "armas letales y bombas pesadas lanzadas sobre nuestro pueblo indefenso".
Justamente, la coalición acusó a Israel de orquestar una “gran maniobra de engaño” al centrar la atención en desarmar a la resistencia, que sostuvo es la “víctima”, mientras evade un acuerdo en tres fases que los palestinos ya habían aceptado y cumplido.
Ante la posibilidad de que una eventual tregua sin garantías suficientes perpetúe la ocupación israelí, la coalición instó a los mediadores y a la comunidad internacional a presionar a Tel Aviv, conocido por incumplir históricamente los acuerdos.
Las declaraciones de las facciones palestinas se dan en medio de un intento por avanzar en las negociaciones hacia una tregua. Este lunes, medios egipcios informaron que El Cairo envío a Hamás una propuesta de Israel con el objetivo de alcanzar un cese del fuego permanente en Gaza. La organización palestina confirmó en su momento que evaluaba cuidadosamente dicha propuesta.
Varios reportes sobre la propuesta de alto el fuego que Israel envió a Hamás indican que exige el “desarme” y la “rendición” de los grupos de resistencia palestinos, mientras continúa bombardeando Gaza sin piedad.
Presión sobre Netanyahu
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, había declarado este martes que había “intensas negociaciones” para asegurar la liberación de los rehenes israelíes en Gaza, según un comunicado de su oficina, citado por el periódico Maariv. Mientras tanto, aumenta la presión pública en su contra, luego de que rompiera un acuerdo de alto el fuego y reanudara la ofensiva en el enclave.
Así, miles de israelíes, incluidas las familias de los rehenes, protestan cada día contra él, acusándolo de bloquear un alto el fuego por intereses políticos.
A pesar de ello, Netanyahu declaró ante las fuerzas militares en Gaza que “Hamás seguirá sufriendo golpe tras golpe”. Según un comunicado, el mandatario insiste en la liberación de los rehenes israelíes y en “lograr todos sus objetivos” bélicos.
En paralelo, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró este miércoles que no se permitirá la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, a pesar de que la catástrofe humanitaria sigue agravándose.
También añadió que las fuerzas del ejército permanecerán en “zonas de seguridad” dentro de Gaza “como un colchón entre el enemigo y las comunidades israelíes, ya sea en una situación temporal o permanente”, admitiendo que el ejército “no está evacuando las zonas que han sido despejadas y tomadas”.
Mientras se estima que quedan 59 rehenes israelíes en Gaza, de los cuales 24 estarían vivos, más de 9.500 palestinos continúan detenidos en cárceles israelíes. En un fuerte contraste, enfrentan torturas, hambre y negligencia médica, lo que ha provocado múltiples muertes, según organizaciones de derechos humanos tanto palestinas como israelíes.
La matanza de Israel continúa: al menos 21 muertos en un día
Con todo, los ataques israelíes continúan sin tregua. Durante el día del martes y la madrugada del miércoles se reportaron numerosos bombardeos israelíes en Gaza que acabaron con la vida de al menos 21 personas.
Por un lado, un ataque aéreo israelí impactó una tienda de campaña dentro del Estadio Yarmouk, en el centro de Gaza, matando a tres palestinos e hiriendo al menos a ocho.
Testigos relataron a la agencia de noticias Anadolu que el ataque alcanzó a palestinos que vivían en tiendas improvisadas tras la destrucción de sus hogares durante el genocidio de Israel, junto con otros cientos que se refugiaban el estadio.
Otro de los objetivos de los bombardeos fue un apartamento cerca del cruce de Al-Saraya, en el centro de la Ciudad de Gaza, causando la muerte de dos personas, entre ellas una mujer de edad avanzada.
También en el centro de la ciudad, un único y mortal ataque dirigido a la vivienda de la familia Hassouna, mató a 10 personas, según informó la agencia oficial de noticias palestina Wafa, citando a fuentes médicas.
Otras tres personas fueron asesinadas en un ataque israelí contra una vivienda en el barrio de Al-Tuffah, en el este de la ciudad, añadieron las fuentes.
En otro ataque, un dron bombardeó una tienda donde se refugiaban personas desplazadas en el oeste de Gaza, matando a un palestino y dejando a otro herido.
Mientras tanto, durante la noche se reportaron intensos bombardeos de artillería sobre la localidad de Abasan, al este de Jan Yunis, en el sur de Gaza, según fuentes locales.
Israel ha matado a más de 51.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, durante su ofensiva contra el enclave.
En marzo, Netanyahu puso fin unilateralmente a la tregua en Gaza, reanudando la ofensiva que ha reducido a ruinas la mayor parte del enclave y ha desplazado a casi toda su población.
Tel Aviv también impuso un asedio total, bloqueando la entrada de alimentos, agua, medicamentos, electricidad y otra ayuda humanitaria urgente.
La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto en noviembre contra Netanyahu y su entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza.
Israel también enfrenta un juicio por genocidio en la Corte Internacional de Justicia por su ofensiva en el enclave.
Dos misiles impactaron el Hospital Al-Ahli, destruyendo las áreas de admisión y urgencias, y dejándolo fuera de servicio. Mientras, el ejército israelí culminó el asedio de Rafah, con el riesgo de una catástrofe humanitaria a la vista.