Las negociaciones indirectas entre Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear sufrieron un retraso significativo esta semana. Teherán confirmó que la cuarta ronda de conversaciones, prevista para este sábado, fue aplazada, aunque aseguró que sigue dispuesta a avanzar en el diálogo. Washington también expresó su intención de mantener el proceso diplomático abierto, pero al mismo tiempo prometió imponer nuevas sanciones.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, informó este jueves en X que, junto a sus homólogos de Estados Unidos y Omán, acordaron posponer la cuarta ronda de negociaciones indirectas, originalmente programada para el 3 de mayo en Roma, por motivos logísticos y técnicos.
Desde Omán, país que actúa como mediador en el proceso, confirmaron que el aplazamiento se produjo por razones logísticas. “Estamos reprogramando la reunión entre Estados Unidos e Irán prevista provisionalmente para el sábado 3 de mayo. Las nuevas fechas se anunciarán cuando se alcance un acuerdo mutuo”, publicó en su cuenta oficial de X el ministro de Relaciones Exteriores omaní, Badr Albusaidi.
En Washington, sin embargo, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, sostuvo que ni la fecha ni el lugar del encuentro habían sido definidos previamente, y aseguró que “otra ronda de conversaciones se celebrará próximamente”.
A pesar del retraso, el gobierno iraní reiteró este jueves su voluntad de diálogo. “Estamos más comprometidos que nunca a lograr un acuerdo justo y equilibrado”, afirmó Araghchi. “Nuestra determinación por una solución negociada no ha cambiado”, añadió.
Trump vuelve a amenazar con sanciones
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en 2018 se retiró del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015, busca ahora renegociar un nuevo pacto que limite el programa nuclear iraní.
Teherán y Washington reanudaron las conversaciones indirectas en abril, tras un intercambio de cartas entre Trump y el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei. La primeras y terceras rondas se celebraron en Mascate, capital de Omán, mientras que Roma acogió la segunda ronda el pasado 19 de abril. La cuarta reunión, ahora pospuesta, también iba a celebrarse en la capital italiana.
Sin embargo, el clima se tensó el jueves, cuando Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra siete empresas señaladas de transportar productos petrolíferos de origen iraní. En paralelo, Trump advirtió en las redes sociales contra la compra de petróleo iraní.
"¡Todas las compras de petróleo o productos petroquímicos iraníes deben cesar ya!", escribió en su plataforma Truth Social. "Cualquier país o persona que compre cualquier cantidad de petróleo o productos petroquímicos a Irán estará sujeto, de inmediato, a sanciones secundarias", agregó.
“No se le permitirá hacer negocios con los Estados Unidos de América de ninguna manera”, sostuvo Trump.
Asimismo, el miércoles, el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, lanzó una advertencia directa a Teherán por su apoyo a los hutíes en Yemen, quienes han sido objeto de ataques aéreos estadounidenses tras lanzar misiles en el mar Rojo en solidaridad con los palestinos. “Ustedes saben muy bien de lo que son capaces las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y fueron advertidos. Pagarán las consecuencias en el momento y lugar que elijamos”, escribió Hegseth.
Tras estas declaraciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán indicó que existe "un enfoque contradictorio de los responsables estadounidenses y su falta de buena voluntad y seriedad al avanzar en la vía diplomática". Las sanciones, afirmaron, son una forma de “terrorismo económico” destinado a perturbar las relaciones legales entre países en desarrollo.
El enviado especial de EE.UU. Steve Witkoff, que encabeza las conversaciones, ha expresado optimismo sobre el clima con los iraníes. Witkoff había insinuado previamente una mayor flexibilidad en las conversaciones, pero el secretario de Estado, Marco Rubio, ahora también asesor de seguridad nacional de Trump, ha insistido en que el objetivo es el desmantelamiento completo del programa iraní. Teherán, por su parte, insiste en que su programa solo tiene fines pacíficos.