En un cambio de estrategia ante la guerra en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su gobierno enviará sistemas de defensa aérea Patriot a Kiev para reforzar su capacidad de defensa frente a los ataques rusos.
El envío de armas a Ucrania se concretará con el respaldo financiero de la Unión Europea, según aseguró el mandatario. “Vamos a enviarles Patriots, que necesitan desesperadamente. La Unión Europea pagará por ello. Nosotros no estamos pagando nada, pero será un buen negocio para nosotros”, declaró Trump el domingo desde la base aérea de Andrews, en el estado de Maryland.
Tensiones con Moscú
El anuncio marca un giro en la postura de Trump, que hasta hace poco buscaba mantener abiertas las vías diplomáticas con Moscú. La Casa Blanca ha señalado que la relación con Moscú se ha tensado debido a la negativa de Putin a aceptar una tregua y a continuación lanzar ataques contra Ucrania. “Putin no está tratando a los seres humanos de forma correcta. Está matando a demasiada gente”, dijo Trump en una reunión de gabinete el martes pasado. “Por eso estamos enviando armas defensivas a Ucrania. Lo he aprobado”.
Trump se reunirá este lunes con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien inicia una visita de dos días a Washington. En el encuentro también participarán el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, así como legisladores del Congreso. Entre los temas centrales está el acuerdo por el cual la Alianza Atlántica asumirá el costo total de los equipos militares que Estados Unidos transferirá a Ucrania.
“Vamos a entregarle varias piezas de equipo militar muy sofisticado. Ellos van a pagarnos el 100 % por ello. Así es como queremos que funcione”, insistió Trump, quien también criticó el desequilibrio en el reparto de la ayuda a Ucrania. Según sus cifras, Washington ha entregado 350.000 millones de dólares, mientras que Europa solo ha aportado 100.000 millones.
La decisión de enviar misiles Patriot, uno de los sistemas de defensa aérea más avanzados del ejército estadounidense, llega en un momento crucial del conflicto. Estos sistemas pueden interceptar misiles y ataques aéreos, lo que representa un refuerzo significativo para Ucrania, que ha enfrentado intensos bombardeos rusos.
Aunque Trump no ha especificado el número exacto de sistemas que se enviarán, su administración considera que la operación tendrá un impacto tanto estratégico como económico, al consolidar la industria militar estadounidense y al mismo tiempo fortalecer a sus aliados sin asumir directamente el costo financiero.
¿Sanciones para Rusia?
En la misma línea, el senador republicano Lindsey Graham, aliado cercano a Trump, indicó que el conflicto ha llegado a un “punto de inflexión” y anticipó un aumento récord en el flujo de armas hacia Ucrania. “La idea de que Estados Unidos venda armas para ayudar a Ucrania está muy presente”, declaró el domingo en CBS News.
Graham también reveló que junto al senador demócrata Dick Durbin han logrado sumar a 85 legisladores en el Senado para un proyecto de sanciones económicas. La propuesta, conocida como la Ley de Sanciones contra Rusia de 2025, prevé un arancel del 500% a productos importados de países que compren petróleo, gas o uranio ruso, así como otras medidas económicas severas.
“Eso le dará a Trump un mazo para ir tras la economía de Putin y contra todos los países que sostienen su maquinaria de guerra”, afirmó Graham, quien compartirá una cena este lunes con Rutte y otros legisladores.
Expectativa por anuncios adicionales
Mientras crece la expectativa en torno al anuncio que Trump hará este lunes sobre Rusia, sus declaraciones y acciones recientes apuntan a una política exterior más confrontativa hacia el Kremlin. Legisladores republicanos, como Graham, consideran que se ha cerrado el margen para la diplomacia y que Washington debe intensificar la presión sobre Moscú.
“Trump ha intentado durante meses llevar a Putin a la mesa de negociaciones. Esa puerta está a punto de cerrarse”, afirmó el senador.
El panorama indica que Estados Unidos se encamina hacia una fase de mayor involucramiento en el conflicto ucraniano, mediante la provisión de armamento y la aplicación de sanciones más duras. Todo ello mientras redefine su papel dentro de la OTAN y exige a sus socios europeos una mayor participación económica en la defensa común.