La mesa puesta y una región entera en sus manos: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se reunieron este lunes en la Casa Blanca, con la mira puesta en Oriente Medio. Hablaron del desplazamiento masivo de palestinos fuera de Gaza, asediada por 21 meses de genocidio, también de la solución de dos Estados –que Netanyahu fue rápido en descartar–, de una posible tregua con Hamás, y de negociaciones con Irán tras la escalada con ataques de hace unas semanas.
El primer ministro israelí declaró a los periodistas que su gobierno está "trabajando muy de cerca con Estados Unidos para encontrar países que estén dispuestos a hacer realidad lo que siempre dicen: que quieren dar a los palestinos un futuro mejor. Creo que estamos cerca de lograrlo con varios países". Es decir, otras naciones con las que puedan contar para su plan de desplazar masivamente a los palestinos de Gaza.
En la misma línea, Trump añadió que han encontrado "una gran cooperación por parte de los países vecinos" de Israel. “Algo bueno ocurrirá”, apuntó. Sin embargo, cabe destacar que países árabes vecinos han rechazado la idea de Trump y la han catalogado de limpieza étnica. También han denunciado que un plan así imposibilitaría la solución de los dos Estados.
Ante una pregunta de la prensa sobre el plan que Trump reveló en febrero pasado para desplazar a los habitantes de Gaza, Netanyahu respondió que la salida del enclave sería “voluntaria”. Y reiteró que están cerca de un acuerdo para que los países de la región les acojan. "Si la gente quiere quedarse, puede quedarse, pero si quiere irse, debe poder hacerlo", apuntó el primer ministro.
Este martes, horas después de las declaraciones de Trump y Netanyahu, la oficina de derechos humanos de la ONU advirtió que esa propuesta que Israel estaría abordando con otros países para sacar a los palestinos de Gaza podría constituir un traslado forzoso según el derecho internacional.
"Esto genera preocupación con respecto a los traslados forzosos", declaró la portavoz Ravina Shamdasani a la prensa en una rueda de prensa de la ONU en Ginebra. "El concepto de traslados voluntarios en el contexto actual de Gaza es muy cuestionable", añadió.
Netanyahu entierra la solución de dos Estados
En Washington, cuando se le preguntó si la solución de dos Estados seguía siendo posible, Trump respondió con un simple “no lo sé”. Entonces, le dirigió la pregunta a Netanyahu, quien ha manifestado reiteradamente su oposición a la existencia de un Estado palestino.
Y, como era de esperarse, el primer ministro israelí enterró la idea: “Algunas personas nos piden que demos a los palestinos un Estado”, dijo. “Pero eso sería una plataforma para nuestra destrucción”.
Netanyahu insistió en que cualquier Israel debe “mantener el control” de la seguridad en los territorios palestinos: "Creo que los palestinos deberían tener todos los poderes para gobernarse a sí mismos, pero ninguno que nos amenace. Eso significa que algunas competencias, como la seguridad, siempre estarán en nuestras manos", zanjó.
Tregua en Gaza
Sobre la brutal ofensiva israelí sobre Gaza, Trump afirmó que Hamás “quiere reunirse y lograr ese alto el fuego”, aunque no dio más detalles sobre las negociaciones.
La propuesta de alto el fuego que se está negociando, diseñada por el enviado especial de EE.UU. en Oriente Medio, Steve Witkoff, contempla una tregua de 60 días en la ofensiva israelí. A cambio, Hamás liberaría a 10 rehenes vivos y devolvería los restos de 19 más, a cambio de la liberación de prisioneros palestinos que siguen en las cárceles israelíes.
Durante ese periodo de tregua, ambas partes negociarían los términos para un cese definitivo de las hostilidades. No obstante, las posiciones siguen muy distantes: Israel insiste en la disolución de Hamás, y plantea confinar a la población de Gaza en una ciudad al sur del enclave. El grupo de resistencia palestino, por su parte, exige la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza.
Vuelta al diálogo con Irán
Los dos líderes también se refirieron a la escalada con Irán. Por su parte, Trump afirmó que espera que la guerra entre Tel Aviv y Teherán haya terminado, mientras expresó su disposición a levantar las sanciones contra Irán “en el momento adecuado”.
Esta reunión entre Netanyahu y Trump fue la primera desde que Estados Unidos se sumó a los ataques israelíes contra Irán, el pasado 22 de junio, cuando bombardeó tres instalaciones nucleares de ese país, una operación que el líder israelí pedía desde hace tiempo.
Durante la cena, Trump volvió a reivindicar los resultados de la operación y aseguró que esta ha forzado a que Irán pida a Washington volver a sentarse para negociar un acuerdo nuclear. Así, confirmó que ya hay conversaciones programadas con funcionarios iraníes para la próxima semana.
“Tenemos programadas conversaciones con Irán, y ellos quieren dialogar”, afirmó a los periodistas. “Han solicitado una reunión... y si podemos dejar algo por escrito, eso estará bien. Será bueno. Veremos qué pasa”, añadió.
Steve Witkoff, sentado en la misma mesa, señaló que la reunión tendrá lugar “en la próxima semana o algo así”.
Sin embargo, horas después Irán negó la afirmación de Trump sobre la solicitud de Teherán para regresar a la mesa de diálogo. "No hemos presentado ninguna solicitud a la parte estadounidense con respecto a una reunión", señaló el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Esmaeil Baqaei, en declaraciones publicadas por la agencia de noticias estatal Tasnim.
Netanyahu nomina a Trump al Nobel de la Paz
A pesar de que estaba previsto que Trump presionara a Netanyahu para que firme un acuerdo de alto el fuego en Gaza esta misma semana, la cena arrancó con el primer ministro israelí anunciando que había nominado al líder estadounidense al Premio Nobel de la Paz. De hecho, le entregó la carta que envió a Oslo.
El propio Trump ha reivindicado recientemente que merece ese premio por su mediación en conflictos como el de Irán e Israel.
“Te lo mereces”, le dijo Netanyahu a Trump, quien respondió agradecido: “Viniendo de ti, eso significa mucho”.