‘La información es poder’, dice la popular frase, y para continuar con otra cita también popular está la de que ‘todo poder conlleva una responsabilidad’. O algo así le dice el tío Ben a un joven Peter Parker. Esta máxima parafrasea el principio medieval noblesse oblige, que a su vez está basada en una mítica ‘espada de Damocles’.
Decía Cicerón que un joven poeta llamado Damocles elogió tanto al rey Dionisio II de Siracusa que este le propuso ocupar su lugar por un breve periodo. Al sentarse en un cómodo diván, rodeado de manjares y riqueza, Damocles vio que una espada pendía sobre él. Inmediatamente rechazó todo el lujo que se le ofrecía.
Lo que Damocles entendió fue, que, como dijo Shakespeare, “inquieta yace la cabeza que porta la corona”. Ahora, en plena era de la información todas nuestras cabezas yacen inquietas.
“El exceso de información nos agota, saltamos de titular en titular sin profundizar en nada y sin ser capaces de entender mejor el mundo para poder adaptarnos mejor a él. Esto afecta a nuestra toma de decisiones, productividad, creatividad y eleva los niveles de estrés”, asegura el Dr. David López, psiquiatra y director de menteamente, a TRT Español.
La información nos permite tomar decisiones informadas y útiles. “Tiene una función fundamental y obligada para los seres humanos: hacerlos sobrevivir”, comenta a TRT Español Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Necesitamos entender el mundo porque es la forma de adaptarnos y sobrevivir en él. “Aprender cosas nuevas y comprender mejor el entorno ha sido fundamental para la supervivencia de las especies, como la alimentación o la reproducción” afirma el Dr. López.
De hecho, la alimentación es otro elemento que entra en juego aquí. Sí, es fundamental, pero no todos los alimentos tienen el mismo valor nutricional. Preferimos las comidas altamente calóricas, como el azúcar, porque nos aportarán más energía que, en teoría, nos dará más posibilidades de sobrevivir.
Por la misma razón tenemos una preferencia de atención por la información potencialmente negativa, como tener conocimiento de una carretera en mal estado o que existe un conflicto en algún lugar. Es lo que se conoce como ‘sesgo de negatividad’. Nuestros cerebros están programados para “recompensar” esta información como lo hacen con un dulce.
Una dieta informativa saludable
Al igual que una alimentación saludable es clave para una buena salud física, una dieta informativa saludable es una de las bases de una buena salud psicológica.
“No cabe duda de que estamos expuestos a un exceso de información. Hay tanta información que no la podemos procesar toda y, lo que es peor, nos cuesta priorizar aquella que es más importante y de la que podríamos sacar ventaja (como sociedad y como individuos)”, opina el Dr. López.
Los alimentos, como la información, están desigualmente repartidos, no solo en cantidad, sino también en calidad. A pesar de la falta de alimentos en muchos lugares, vivimos en un momento histórico donde más gente muere de obesidad que de malnutrición en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En las sociedades donde existe un exceso de alimentos también existe un exceso de información, pero no quiere decir que toda esa información sea útil, lo que la convertiría en saludable. Según la psicóloga Mireia Cabero “vivimos en la era de la sobreinformación que nos llega a través de los cinco sentidos sin que podamos cortar esta captación de información fácilmente”.
La abundancia de alimentos no quiere decir que tengamos que consumirlos todos, como tampoco debemos consumir toda la información a la que tenemos acceso. “La clave está en el equilibrio. Puede ser interesante estar al día, pero es necesario priorizar: en qué sector queremos estar actualizados o a través de qué medios. En muchos casos, deslizamos la pantalla del móvil con nuestro pulgar para saltar de un titular a otro sin profundizar en ninguna noticia que nos permita comprender mejor un conflicto geopolítico, por ejemplo”, explica el Dr. López.
Prioriza la información saludable
La información saludable es aquella que podemos digerir y que nos ayuda a entender mejor el mundo. Consumir titulares sin profundizar en ninguno que nos ayude a entender la noticia es adictivo, puesto que libera dopamina y activa los circuitos de recompensa del cerebro. Si embargo, es tan poco saludable como alimentarse solo de comida rápida.
“La costumbre de leer únicamente los titulares, sin profundizar en la información, tal como ocurre a menudo en las redes sociales, intensifica la polarización y fomenta la radicalización de las personas, máxime cuando los algoritmos actuales refuerzan los sesgos y preferencias de cada usuario”, comenta el Dr. López.
Imagina que tuvieras una máquina dispensadora de comida a tu alcance, que presionaras un botón e inmediatamente obtuvieras lo que te apeteciera. Tendrías que imponerte una férrea disciplina o de lo contrario estarías en peligro de padecer un cólico. La tecnología moderna nos proporciona algo similar, pero con información.
Según el Dr. López, “esta forma de consumir noticias, si bien libera dopamina y activa el circuito de recompensa, no suele ser muy positiva en términos de crecimiento personal y desarrollo de un pensamiento crítico”.
El pensamiento crítico es como nuestro estómago, al que llegan los alimentos y tiene que digerir y discernir qué va dónde, y qué es útil y qué hay que descartar. Si a nuestro estómago solo llegan alimentos de bajo valor nutritivo hará su trabajo, pero el resultado no será óptimo. Y si llegan demasiados alimentos, especialmente si no están en buen estado, podemos sufrir una intoxicación.
Intoxicaciones informativas
Controlar y restringir los alimentos que ingerimos es relativamente más fácil que la información que consumimos. Para que un alimento llegue a nuestro estómago debemos hacer una serie de acciones conscientes. En cambio, para recibir información no.
Si esta recepción de información se produce sin límite y sin filtro, “el sistema cognitivo y de captación-proceso-asimilación de información se colapsa” dice Cabero, “a este fenómeno se le llama también ‘infoxicación’”.
Para prevenir una ‘infoxicación’, Cabero recomienda “selección motivada, consciencia, límites, equilibrio, relativizar y escoger”. Es decir, no consumas inconscientemente toda la información disponible. Sé consciente de lo que vas a ver, leer o escuchar, elígelo con un motivo y si no te aporta, descartalo.
¿Y qué hago si me siento ‘infoxicado’?
Por mucho cuidado que pongamos no podemos estar seguros de que todos los alimentos que consumimos están en perfecto estado o que estemos preparados para digerirlos. En ocasiones algo puede sentarnos mal, incluso causarnos una indigestión.
Esto también nos puede pasar con la información. No podemos asegurarnos de que no estaremos expuestos a una información que nos cause conmoción emocional. Por esta razón el Dr. López recomienda que, antes de exponernos, por ejemplo en redes sociales, lo primero es “preguntarte si estás preparado para escuchar malas noticias en ese momento”.
Añade que “en el mundo habitamos miles de millones de seres humanos y las redes sociales nos conectan a todos. Es inevitable que aparezca una tragedia cuando entramos en una red social”.
Si esto sucede, la psicóloga Mireia Cabero, recomienda la siguiente estrategia: en primer lugar “respira profundamente para asegurar que ayudas al cuerpo a mantener el equilibrio emocional”. En segundo lugar la psicóloga recomienda que observes tu reacción emocional, si ves que la intensidad emocional te supera “despersonaliza: la experiencia ha sucedido pero no te está sucediendo a ti. Tú no estás en peligro”.
Despersonalizar la información no quiere decir que no tengas empatía con las personas que están sufriendo. Solo le pone “límite, no llegues a padecer lo que las protagonistas de la tragedia están padeciendo. Es innecesario, no te ayuda y no les ayuda”, añade Cabero.
Y por último, si aún así la reacción emocional te supera “pide ayuda. Primero a tus personas de confianza, que te ayuden a relativizar, a separarte de la información; si no lo consigues, pide ayuda a expertos de referencia”.