La vida en Gaza se ha convertido en “una ruleta rusa con una bala en casi todas las recámaras”, advirtió el enviado de Palestina ante las Naciones Unidas, Majed Bamya, al describir el terror y la incertidumbre que a diario se extienden por el enclave.
“Más de 2 millones de palestinos, la mitad de ellos niños, llevan más de 650 días despertándose sin saber si sobrevivirán al día y acostándose sin saber si despertarán por la mañana”, sostuvo Bamya durante una sesión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU este miércoles.
“En Gaza, todos los caminos conducen a la muerte”, añadió, explicando que “Israel obliga a los palestinos a elegir entre la muerte y el desplazamiento. Israel quiere que ese camino sea salir de Gaza. Ese fue el plan desde el primer día”.
Además, Bamya señaló que el mundo se está insensibilizando ante el sufrimiento, al destacar que entre 90 y 130 palestinos son asesinados cada día, “simplemente por ser palestinos”.
También criticó la narrativa israelí que culpa a los propios palestinos por su opresión: “Quieren decir que elegimos irnos, que elegimos ser ocupados, que elegimos ser oprimidos. Siempre es nuestra culpa”.
Al pedir que se permita el acceso de ayuda humanitaria urgente, subrayó que esta debe llegar a toda Gaza y a gran escala: “Esto no es negociable. No es un asunto político”.
Bamya también condenó lo que calificó como el colapso de la rendición de cuentas en el derecho internacional. “¿En qué mundo vivimos, donde quienes defienden el derecho internacional son considerados culpables y los perpetradores nunca pueden ser llevados ante la justicia?”
“Salven Gaza”, urgió al Consejo de Seguridad, “o todos estaremos condenados. Salven Gaza, para que Gaza pueda salvarnos a todos”.
Destacado experto en el Holocausto concluye que Israel perpetra un genocidio en Gaza
A la voz de Bayma se suma un número creciente de expertos en genocidio y derecho internacional que ha llegado a conclusiones similares en los últimos meses: Israel está, indudablemente, perpetra un genocidio contra los palestinos en Gaza.
Recientemente, el destacado académico en estudios de genocidio e historiador del Holocausto, Omer Bartov, escribió un contundente en el diario The New York Times en el que afirma: “Soy un experto en genocidio. Sé reconocer uno cuando lo veo”.
En su artículo, Bartov afirma que la escala y la intención de los ataques militares israelíes no pueden justificarse bajo el derecho internacional.
Para mayo de 2024, tras la destrucción masiva de la ciudad de Rafah y el desplazamiento forzado de más de un millón de palestinos hacia la zona costera de Al Mawasi, Bartov ya concluyó que las acciones de Tel Aviv mostraban los rasgos de una campaña sistemática para hacer que Gaza fuera inhabitable.
“En ese momento, ya no era posible negar que el patrón de agresión del ejército israelí coincidía con las declaraciones de líderes israelíes que denotaban una intención genocida”, escribió Bartov.
Llamados al genocidio
De hecho, como prueba de dicha intención, el académico citó numerosas declaraciones públicas de responsables políticos y militares israelíes. Por ejemplo, el primer ministro Benjamín Netanyahu prometió que el enemigo pagaría “un precio altísimo”, y llamó a los habitantes de Gaza a “irse ahora porque vamos a actuar con fuerza en todas partes”.
También en ese momento hizo referencia a la historia bíblica de Amalec —a menudo interpretada como un llamado a exterminar a un pueblo entero— y prometió “convertir Gaza en escombros”. Otros funcionarios usaron un lenguaje incendiario, calificando a los palestinos de “animales humanos” y pidiendo su “aniquilación total”.
Un legislador israelí, Nissim Vaturi, escribió que la tarea de Israel debía ser “borrar Gaza de la faz de la Tierra”.
Bartov argumenta que esta retórica, combinada con los ataques militares de Israel —bombardeos sistemáticos, destrucción de infraestructura civil y la creación de condiciones que hacen inviable la vida en Gaza— constituye la evidencia clara de una intención y ejecución genocida.
“Creo que el objetivo fue —y sigue siendo— forzar a la población a abandonar el enclave o... debilitarla mediante bombardeos y privaciones extremas... hasta que sea imposible para los palestinos de Gaza mantener o reconstruir su existencia como grupo”, escribió.
Bartov describió esta conclusión como dolorosa y profundamente personal.
“Habiendo crecido en un hogar sionista, vivido la primera mitad de mi vida en Israel, servido en el ejército israelí y dedicado la mayor parte de mi carrera a estudiar crímenes de guerra y el Holocausto, esta fue una conclusión dolorosa de aceptar, y a la que me resistí todo lo que pude”, confesó.
“Pero llevo más de 25 años enseñando sobre genocidios. Sé reconocer uno cuando lo veo”, insistió.
Türkiye denuncia genocidio en Gaza y exige acción de la ONU
En la misma línea, el ministro de Relaciones Exteriores de Türkiye, Hakan Fidan, condenó enérgicamente el genocidio de Israel en Gaza durante un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, asegurando que el enclave se ha convertido en un “campo de concentración”, y acusando a Israel de atacar sistemáticamente a civiles.
“Mientras nos reunimos hoy en esta sala, la ofensiva genocida de Israel contra el pueblo palestino continúa sin cesar”, declaró Fidan este miércoles.
“Los civiles están siendo asesinados indiscriminadamente en puntos de distribución de ayuda mientras intentan acceder a alimentos y agua. El hambre está siendo utilizada como arma de guerra”, denunció.
“No importa si eres un niño buscando agua o una madre buscando comida: eres un objetivo de la máquina de guerra israelí”, afirmó. “Es una máquina alimentada por el odio y la impunidad”.
Israel ataca iglesia católica en Ciudad de Gaza
Aviones de combate israelíes impactaron la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, la única iglesia católica dentro del enclave, matando a dos mujeres e hiriendo a varias más, según informaron médicos del Hospital Árabe Al Ahli.
La agencia de noticias italiana ANSA informó que seis personas resultaron gravemente heridas, mientras que el párroco, el padre Gabriele Romanelli —quien solía informar regularmente al fallecido papa Francisco sobre la ofensiva— sufrió heridas leves en una pierna. Varios civiles desplazados se refugiaban en el lugar, según un corresponsal de la agencia de noticias Anadolu.
En un comunicado de prensa, el Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó el ataque y las heridas, incluida la del párroco, y declaró que la iglesia sufrió daños materiales. A pesar de los reportes médicos, informó que no se registraron muertes en el ataque.
Además, las autoridades italianas han denunciado fuertemente el ataque. La primera ministra Giorgia Meloni escribió en redes sociales que “los ataques contra la población civil que Israel lleva realizando desde hace meses son inaceptables”, añadiendo que “ninguna acción militar puede justificar lo que está haciendo Israel”.
El ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, también calificó el ataque como “un acto grave contra un lugar de culto cristiano”. Y agregó que “es hora de detenerse y encontrar la paz”. “Los ataques del ejército israelí contra la población civil en Gaza ya no son aceptables”, añadió Tajani en X.
Al menos 90 palestinos asesinados: los ataques continúan
Los ataques israelíes han matado al menos a 90 palestinos en la asediada Gaza en las últimas 24 horas, incluidos niños y bebés, según medios palestinos. Los bombardeos apuntaron contra tiendas de campaña de desplazados, viviendas y multitudes de civiles cerca de centros de distribución de ayuda gestionados por la polémica Fundación Humanitaria de Gaza.
El jueves, fuentes médicas reportaron la muerte de al menos 17 personas, incluidos niños, y varios heridos a manos del ejército israelí en toda Gaza. Ocho de ellas murieron en ataques contra civiles reunidos para recibir ayuda en Ciudad de Gaza, y otros cuatro murieron en un bombardeo a un apartamento residencial. Además, aviones de combate israelíes atacaron un apartamento residencial en el barrio de Zeitoun, dejando cuatro civiles muertos.
Por otro lado, 15 gazatíes se murieron asfixiados con los gases lacrimógenos disparados por el ejército israelí cerca de un punto de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza en Jan Yunis, como detalló el Ministerio de Salud.
“Por primera vez se han registrado muertes por asfixia y estampidas masivas de ciudadanos en los centros de distribución de ayuda”, añadió el ministerio.
Otros ocho palestinos, incluidos tres niños, murieron en bombardeos israelíes contra tiendas de campaña de familias desplazadas en la zona de Al Mawasi, en Jan Yunis. En el barrio de Sabra, dos personas perdieron la vida en un ataque a una casa. Además, en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave, el ejército bombardeó un apartamento residencial y una cafetería, dejando al menos tres muertos.
En la Ciudad de Gaza, dos personas murieron tras un ataque aéreo en una vivienda, y otras dos, incluida una niña, fallecieron por un bombardeo contra un grupo de civiles en la calle. Otros tres murieron en ataques en el barrio de Tuffah y otras áreas de la ciudad. En Yabalia, otro ataque israelí contra una casa dejó cuatro muertos y 12 heridos.
En el campo de refugiados de Bureij, ocho palestinos murieron, incluido un menor, y varios resultaron heridos en varios ataques contra civiles. En Deir al-Balah, siete palestinos murieron en dos ataques aéreos israelíes distintos. El primero impactó contra un grupo de civiles cerca de la escuela Al-Mazra’a, donde murieron cuatro miembros de una misma familia. Un segundo ataque dejó tres muertos más. Además, cuatro palestinos también fueron asesinados en un bombardeo cerca de un centro de distribución de ayuda.
Rechazando los llamados internacionales a un alto el fuego, el ejército israelí ha mantenido una ofensiva brutal sobre Gaza desde octubre de 2023, dejando más de 58.000 palestinos asesinados, en su mayoría mujeres y niños.
En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza.
Israel también enfrenta un proceso por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia por su ofensiva contra el enclave.