El genocidio contra los palestinos en Gaza no se detiene y sigue dejando tras de sí una estela de destrucción y muerte. Mientras tanto, las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás para alcanzar un alto el fuego avanzan con dificultad en Doha debido a los obstáculos impuestos por Tel Aviv, sin frenar los incesantes bombardeos que golpean a diario a la población civil y multiplican las víctimas.
A pesar del optimismo expresado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las exigencias impuestas por Israel —muchas de ellas inaceptables para el grupo de resistencia palestino Hamás, como la permanencia de tropas en Gaza— mantienen el acuerdo en suspenso. En paralelo, la cifra de muertos en Gaza supera ya los 58.000 y la crisis humanitaria no hace más que agravarse.
Trump: “Se puede alcanzar un acuerdo durante la próxima semana”
Aunque las negociaciones para un alto el fuego que se llevan a cabo en Doha, Qatar, no han avanzado significativamente, Trump manifestó este domingo una postura optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo en breve.
“Gaza... estamos en conversaciones, y esperamos poder resolver eso durante la próxima semana”, declaró Trump en diálogo con periodistas.
Sin embargo, el optimismo del mandatario estadounidense no es nuevo: hace dos semanas ya había afirmado que un acuerdo era inminente, anunciando que Israel ya había aceptado las condiciones necesarias para un cese al fuego de 60 días.
Casi de inmediato, Hamás expresó su disposición a avanzar en negociaciones indirectas para implementar el acuerdo de alto el fuego y proceder al intercambio de rehenes y prisioneros. Aunque Israel aseguró que el grupo palestino había añadido condiciones inaceptables a la propuesta, su delegación viajó a Doha para continuar las conversaciones.
Las discusiones se han centrado en un alto el fuego temporal de 60 días, la liberación de 10 rehenes israelíes vivos y 18 fallecidos, y un número indeterminado de prisioneros palestinos, así como en la necesidad de alcanzar una tregua permanente.
Desde entonces, se ha avanzado en varios puntos clave, pero persiste un obstáculo fundamental: Israel ha dejado claro que no tiene intención de retirarse completamente de Gaza y ha insistido en conservar el control de una zona de amortiguamiento alrededor del enclave. Esta exigencia es considerada inaceptable por Hamás y bloquea un acuerdo definitivo.
Además, Tel Aviv ha anunciado planes para mantener presencia militar en Rafah y establecer un “campamento de recolección” que, según denuncian autoridades palestinas, forma parte de un intento de deportar a la población gazatí a terceros países.
Hamás busca un acuerdo sostenible
Por su parte, los grupos de la resistencia palestina Hamás y la Yihad Islámica Palestina reiteraron este domingo lo que han afirmado desde el inicio de todas las conversaciones: que cualquier acuerdo debe desembocar en un fin completo de la ofensiva de Tel Aviv en Gaza, el retiro total de las fuerzas israelíes, la reapertura de los pasos fronterizos y la reconstrucción del enclave devastado por el conflicto.
En un comunicado, Hamás señaló que ambas partes evaluaron los “enormes sacrificios y el sufrimiento humanitario en curso” provocados por la ofensiva genocida, el hambre y las masacres que comete cada día Israel.
También revisaron los posibles caminos para avanzar en un acuerdo, a partir de las respuestas dadas por Israel.
El pasado miércoles, Hamás anunció que aceptó liberar a 10 rehenes israelíes vivos como muestra de flexibilidad para facilitar el avance hacia un acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros.
En contraste, Israel continúa obstaculizando el acuerdo, al igual que lo ha hecho desde el inicio de la ofensiva. Insiste en establecer una zona de amortiguamiento de entre dos y tres kilómetros de ancho en la zona de Rafah, y de entre uno y dos kilómetros en otras áreas fronterizas.
Más de 58.000 palestinos asesinados en la ofensiva
Mientras tanto, la cifra de palestinos asesinados en Gaza desde octubre de 2023 se vuelve cada vez más estremecedora: se estima que al menos 58.000 perdieron la vida por los brutales ataques perpetrados por Israel.
Desde el amanecer de este lunes, al menos 15 palestinos han sido asesinados y varios más resultaron heridos en una nueva ola de ataques, según fuentes médicas. Cinco personas murieron en el barrio Al Saftawi, al norte de Ciudad de Gaza, mientras que otras seis fallecieron y decenas resultaron heridas en los barrios de Tel Al-Hawa, Al-Tuffah y Shujaiya. En el centro del enclave, un ataque israelí contra un vehículo de distribución de agua en el campo de refugiados de Nuseirat dejó un muerto y varios heridos.
En el sur, drones atacaron una tienda de campaña que albergaba a desplazados en Al-Mawasi, Jan Yunis, matando a una persona. Además, dos civiles palestinos fueron abatidos por disparos mientras esperaban ayuda humanitaria. Estos puntos de distribución son gestionados por la Fundación Humanitaria de GAZA (GHF), organización respaldada por Estados Unidos e Israel, pero ampliamente cuestionada por organizaciones internacionales a nivel global.
Estos ataques se suman a una serie de bombardeos el domingo, que tuvieron como objetivo zonas residenciales y tiendas de desplazados y que se cobraron la vida de al menos 82 palestinos.
En uno de los ataques más letales, diez personas, incluidos seis de ellas niños, murieron en un punto de distribución de agua en el campo de refugiados Nuseirat. En la Ciudad de Gaza, once personas, incluido un médico y un menor de edad, perdieron la vida en una concentración civil alcanzada por un ataque aéreo. Otras zonas donde se concentraron los ataques fueron los barrios de Zeitoun y Al-Tuffah en la Ciudad de Gaza, así como Jan Yunis y el campo de refugiados Shati.
Desde el inicio de la ofensiva, el Ministerio de Salud de Gaza ha confirmado la muerte de al menos 58.026 personas y más de 138.500 heridos. Sin embargo, muchas víctimas siguen atrapadas bajo los escombros, sin que los rescatistas puedan acceder a ellas debido a la intensidad de los bombardeos y la destrucción de infraestructuras.
Asimismo, desde el 27 de mayo, al menos 833 palestinos han sido asesinados y 5.432 han resultado heridos mientras esperaban ayuda humanitaria.
La ofensiva se intensificó desde el 18 de marzo, cuando Israel rompió un acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros. Desde esa fecha, se han contabilizado 7.450 muertos y 26.479 heridos adicionales, entre ellos, se calcula que 833 palestinos han sido asesinados y 5.432 han resultado heridos simplemente mientras esperaban ayuda humanitaria.
A raíz de esta ofensiva, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el exministro de Defensa Yoav Gallant por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Israel también enfrenta un juicio por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.
Así, el genocidio contra el pueblo de Gaza continúa, incluso en medio de las conversaciones sobre un posible alto el fuego. Familias enteras son asesinadas, la historia y las tradiciones palestinas son borradas, y un territorio que alguna vez fue hogar de millones de personas queda reducido a ruinas.