En la Cisjordania ocupada, la violencia volvió a teñir de tragedia el pasado domingo, cobrando al menos dos vidas palestinas. Entre las víctimas se encontraban Sayfollah Musallet, un joven de 21 años con doble nacionalidad estadounidense-palestina, y Hussein Al-Shalabi, de 23 años.
La pequeña localidad de Al-Mazr'a Ash-Sharqiya, con apenas 3.000 habitantes, sintió el golpe con especial intensidad. Allí, muchas familias mantienen estrechos lazos con Estados Unidos y varios de sus residentes poseen doble nacionalidad. Sayfollah, acostumbrado a visitar su pueblo natal cada verano desde Tampa, Florida, había regresado hacía solo unas semanas para compartir tiempo con su madre.
Según los relatos de las autoridades sanitarias palestinas y los testimonios recogidos en la comunidad, Sayfollah falleció tras ser brutalmente golpeado, mientras que Hussein perdió la vida por un disparo en el pecho durante un enfrentamiento con colonos ilegales israelíes la noche del viernes.
El padre de Sayfollah, Kamel Musallet, viajó desde Estados Unidos para enterrar a su hijo y pronunció un reclamo cargado de dolor y frustración: “No hay rendición de cuentas. Exigimos que el gobierno de Estados Unidos haga algo al respecto… No quiero que su muerte sea en vano”.
La familia también denunció que la llegada de los servicios médicos se demoró tres largas horas, y que fue el propio hermano de Sayfollah quien, en un acto desesperado, logró llevarlo hasta una ambulancia. Para entonces, ya era demasiado tarde: Sayfollah murió antes de llegar al hospital.
“Estaba comenzando su vida”, recordó Juma, amigo cercano de Sayfollah, con voz quebrada. “Lo golpearon durante tres horas. No son humanos, son personas malvadas”, añadió, refiriéndose a los colonos ilegales responsables del ataque en la vecina aldea de Sinjil. Sayfollah iba a cumplir 21 años en apenas una semana y media.
La comunidad se reunió en la escuela local para rezar juntos, antes de cargar con los cuerpos cubiertos por la bandera palestina y los rostros descubiertos, en un último homenaje mientras los llevaban al cementerio del pueblo.
No es un hecho aislado
Pero esta tragedia no es un hecho aislado. En los últimos años, otros palestinos con nacionalidad estadounidense han perdido la vida en circunstancias similares, como la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, el adolescente Omar Mohammad Rabea o la activista turco-estadounidense Aysenur Ezgi Eygi. Cada uno de estos casos ha aumentado la presión para que Washington intervenga y exija responsabilidades.
Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense confirmó el viernes estar al tanto del caso de Sayfollah, pero evitó hacer declaraciones más profundas. La familia y la comunidad, sin embargo, esperan que el gobierno estadounidense abra una investigación exhaustiva y determine responsabilidades concretas.
El domingo, otro vocero estadounidense trasladó las preguntas sobre una posible investigación al gobierno israelí, asegurando que “no hay mayor prioridad que la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero”. Por su parte, el ejército israelí anunció que estaba investigando el incidente.
El miedo a sufrir la misma suerte que Sayfollah y Hussein ha calado hondo entre los palestinos con ciudadanía estadounidense en Cisjordania. En Al-Mazr'a Ash-Sharqiya, esta inquietud es evidente. Domi, un joven de 18 años que volvió hace cuatro años desde Estados Unidos, confesó que sus padres contemplan enviarlo de regreso por seguridad.
“Si alguien tiene un hijo como él, lo mandaría a Estados Unidos porque aquí no está seguro”, afirmó, aunque quiso quedarse cerca de las tierras familiares. Para él, Washington debería hacer más para proteger a los palestinos en la región, calificando la situación como “una traición”.
Malik, otro joven estadounidense que visitaba Cisjordania, expresó su desesperanza tras la muerte de su amigo: “Si muero así, nadie será procesado. Nadie rendirá cuentas”.

La violencia continúa
La violencia por parte de los colonos en Cisjordania ocupada no cesa. Durante la madrugada, las fuerzas israelíes llevaron a cabo redadas en varias localidades, arrestando al menos a 15 palestinos, mientras colonos ilegales incendiaron una estructura agrícola en la zona.
Las tropas israelíes irrumpieron en diferentes áreas de Salfit, Nablus, Yenín, Ramala, Belén y Hebrón, donde además de arrestar a palestinos, agredieron a residentes y saquearon viviendas, según informó la agencia de noticias palestina Wafa.
En paralelo, Wafa reportó que un grupo de colonos israelíes ilegales incendió una estructura agrícola en el pueblo de Deir Dibwan, al este de Ramala, en un ataque que se suma a una serie de agresiones recientes en la zona, incluyendo el robo de varias ovejas días atrás.
Estos hechos forman parte de un patrón más amplio: durante la primera mitad de este año, los colonos llevaron a cabo 2.153 ataques en Cisjordania ocupada, que han dejado cuatro palestinos muertos, de acuerdo con la Comisión de Resistencia contra el Muro y la Colonización de la Autoridad Palestina.
Israel planea construir 2.400 asentamientos más en Cisjordania ocupada
Además de la violencia diaria sobre el terreno, la expansión de los asentamientos ilegales continúa avanzando. A pesar de las reiteradas denuncias de la comunidad internacional, el gobierno israelí planea construir 2.339 nuevas unidades en la Cisjordania ocupada, según reveló el sábado un informe de la Oficina Nacional para la Defensa de la Tierra de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
El plan contempla 1.352 nuevas viviendas en Qalqilya, al norte del territorio, 430 en asentamientos existentes en Ramala y al noroeste de Jerusalén, 407 más en Belén, en el sur, y otras 150 al oeste de Ramala.
La oficina advirtió que este proyecto busca establecer una continuidad territorial entre los asentamientos exclusivamente judíos en la zona de Qalqilya, lo que supondría un mayor aislamiento para las aldeas palestinas, confinándolas en guetos rodeados por enclaves israelíes.
El informe también señala una colaboración estructural entre el ministro de Finanzas israelí, el ultraderechista Bezalel Smotrich, principal impulsor de la expansión, y el ministro de Defensa, Israel Katz, a quien acusan de brindar cobertura y protección a los colonos ilegales y sus ataques.
“Israel mata palestinos en Cisjordania ocupada todos los días”, denuncia ex primer ministro
Incluso desde dentro de Israel surgen voces que alertan sobre la magnitud de la violencia. El ex primer ministro Ehud Olmert aseguró el sábado que los colonos israelíes ilegales están matando a palestinos cada día en la Cisjordania ocupada.
En declaraciones al canal Channel 13, Olmert afirmó que los ataques diarios contra palestinos en “Judea y Samaria” —el término bíblico que Israel utiliza para referirse a la Cisjordania ocupada— constituyen crímenes de guerra, particularmente por parte del grupo extremista “Hilltop Youth” (Juventud de las Colinas).
“Decir que son una minoría es una mentira”, denunció Olmert. “No son pocos: cuentan con apoyo. Si no lo tuvieran, no podrían hacer lo que están haciendo”.
Según el Ministerio de Salud palestino, al menos 998 palestinos han sido asesinados y más de 7.000 han resultado heridos por disparos del ejército israelí y ataques de colonos ilegales en la Cisjordania ocupada desde el inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza en octubre de 2023.
Actualmente, unos 700.000 colonos israelíes viven entre los 2,7 millones de palestinos que habitan en la Cisjordania ocupada y Jerusalén Este, territorios ocupados por Israel desde 1967 y cuya ocupación es considerada ilegal según el derecho internacional.
El máximo tribunal de la ONU dictaminó en 2023 que esta ocupación, que ya se prolonga por 57 años, es ilegal. Exigió a Israel desmantelar los asentamientos, reparar a las víctimas palestinas y poner fin a la ocupación.
