AMÉRICA LATINA
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Paraguay se abre camino en Oriente Medio en medio de su búsqueda por nuevas alianzas
Paraguay busca posicionarse como proveedor global y confiable de carne, granos y productos agrícolas, por lo que espera encontrar en Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes socios claves para su agenda exterior. ¿Qué éxitos y qué retos enfrenta?
Paraguay se abre camino en Oriente Medio en medio de su búsqueda por nuevas alianzas
EAU y Paraguay reafirman su voluntad de cooperación. Foto:Emirates News Agency / TRT Español
hace 10 horas

La diplomacia paraguaya ha ampliado su radio de acción durante los últimos años, incorporando áreas geográficas antes periféricas en su agenda exterior. Países con los que históricamente existieron vínculos limitados, incluso sin representación diplomática directa, han comenzado a ocupar un lugar creciente en la estrategia de inserción global del país. Y es así cómo Paraguay ha comenzado a mirar hacia Oriente Medio como un espacio de oportunidad.

Este giro coincide con un fenómeno mayor, vinculado al creciente interés de los países del Golfo en América Latina. En un contexto global marcado por la transición energética, la necesidad de diversificación económica y el reposicionamiento de potencias intermedias, países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar han intensificado sus lazos con la región, en particular con economías proveedoras de materias primas, alimentos y recursos estratégicos, pero también necesitadas de inversiones en infraestructura, logística y tecnología. 

En este escenario, la diplomacia paraguaya busca ofrecer una serie de complementariedades valiosas: estabilidad macroeconómica, recursos naturales y una ubicación con gran potencial en el corazón de América del Sur.

Impulso al comercio desde una perspectiva más amplia

La apertura de Paraguay, enmarcada en una  activa diplomacia económica, combina la promoción comercial con una visión más ambiciosa: atraer inversiones que consoliden al país como un socio estratégico en el Cono Sur.

En el centro de esta estrategia se encuentra la idea de complementariedad. Mientras Paraguay ofrece estabilidad macroeconómica, alimentos y recursos naturales, los países del Golfo cuentan con capital, fondos soberanos y una creciente voluntad de expandirse hacia nuevas regiones, en particular hacia América Latina. 

El interés es mutuo. Los países árabes enfrentan desafíos estructurales en términos de seguridad alimentaria, y Paraguay busca posicionarse como proveedor confiable de carne, granos y productos agrícolas, a la vez que promueve su inserción en cadenas globales de valor.

En este contexto, se han impulsado acuerdos de cooperación técnica y sanitaria, que apuntan a facilitar el acceso a mercados en Oriente Medio y garantizar estándares de calidad que hagan competitivos los productos paraguayos. La sostenibilidad también es un factor clave, evidenciado en la firma de un Memorándum de Entendimiento entre Paraguay y Emiratos Árabes sobre cooperación en créditos de carbono. No obstante, más allá del intercambio comercial, el verdadero foco está puesto en la posibilidad de que estos vínculos habiliten el financiamiento de proyectos de infraestructura estratégica.

El Corredor Bioceánico: la ruta que conectará dos océanos

El proyecto estrella es el Corredor Bioceánico, que recibió un aval clave en 2023 con la declaración conjunta de Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Emiratos Árabes. Este acuerdo busca atraer inversiones del sector privado emiratí para desarrollar la ruta que conectará los océanos Atlántico y Pacífico. Paralelamente, la modernización del Aeropuerto Silvio Pettirossi, contemplada en un memorándum firmado con Abu Dabi para evaluar su viabilidad técnica y financiera, podría convertir a Asunción en un nodo de conexión aérea.

Estos proyectos, de gran escala y alto costo, requieren financiamiento internacional sostenido. Es allí donde entra en escena el interés de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, cuyos fondos soberanos y agencias de cooperación han comenzado a establecer canales de colaboración con Paraguay. Un ejemplo significativo se dio en marzo de 2025, cuando el presidente Santiago Peña anunció la aprobación de 85 millones de dólares en financiamiento por parte del Fondo Saudí para el Desarrollo (SFD) destinados a obras de infraestructura urbana en el departamento de Ñeembucú. Este proyecto marca un punto de inflexión: los intensos contactos bilaterales comienzan a traducirse en una cooperación efectiva con Oriente Medio en materia de desarrollo.

Intereses convergentes y obstáculos estructurales

En paralelo, Paraguay ha intentado traducir esta relación bilateral en beneficios multilaterales. Ha presionado dentro del Mercosur para que la negociación de un acuerdo de libre comercio con Emiratos Árabes sea una prioridad, ofreciendo su territorio como puerta de entrada al mercado sudamericano. Además, ha expresado su respaldo diplomático en foros globales, como quedó demostrado con el apoyo a la candidatura de Arabia Saudí para la Expo 2030, señal clara de una voluntad política de largo plazo.

Sin embargo, las promesas no siempre se traducen en hechos concretos. A pesar del entusiasmo inicial, la implementación efectiva de los acuerdos ha sido limitada. Proyectos como el envío de petróleo desde Qatar, por ejemplo, han enfrentado repetidas postergaciones, mientras que las propuestas de inversión relacionadas al Corredor Bioceánico y al Aeropuerto Pettirossi no han pasado de ser expresiones de intención.

Un vínculo aún en construcción

La experiencia paraguaya con socios extrarregionales muestra un patrón recurrente: entusiasmo diplomático inicial, acompañado de visitas oficiales y memorandos, pero con escasa implementación posterior. La falta de presencia diplomática sostenida, los problemas de conectividad aérea y marítima, y una débil arquitectura institucional de promoción de inversiones limitan el alcance real de estas iniciativas.

La relación entre Paraguay y Oriente Medio representa una apuesta de mediano y largo plazo. Tiene sentido estratégico, tanto por las aspiraciones de proyección regional del país sudamericano como por el interés de los países árabes en diversificar sus alianzas fuera de los tradicionales centros de poder. No obstante, para que esta relación pase de las palabras a los hechos será necesario fortalecer los canales diplomáticos, institucionalizar mecanismos de seguimiento de acuerdos y resolver trabas estructurales que entorpecen la concreción de inversiones.

El camino hacia una alianza efectiva con Oriente Medio está aún en construcción. Pero su trazado sugiere un cambio en la forma en que Paraguay se piensa a sí mismo en el mundo: ya no solo como proveedor de materias primas, sino como plataforma de integración regional y socio confiable en una economía global cada vez más multipolar.


FUENTE:TRT Español
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