En un momento histórico para la independencia energética de Türkiye, la plataforma flotante Osman Gazi de producción de gas comenzó a operar en el mar Negro, marcando un hito que los expertos describen como un “salto cuántico” en el camino del país hacia la autosuficiencia energética.
Este proyecto de gas en alta mar, que duplicará la producción nacional de Türkiye, representa tanto una maravilla de la ingeniería como un triunfo estratégico en el esfuerzo de Ankara durante más de una década por reducir su dependencia de la energía extranjera.
El pasado 29 de mayo, la fortaleza flotante Osman Gazi, de 298 metros, atravesó el estrecho de Estambul en una ceremonia simbólica a la que asistió el presidente Recep Tayyip Erdogan.
“No es solo infraestructura: es una declaración de soberanía energética”, afirmó Oguzhan Akyener, presidente del Centro de Investigación en Estrategias y Políticas Energéticas de Türkiye (TESPAM), en una entrevista con TRT World.
La plataforma ahora está anclada a 100 millas de la costa, donde procesará 10 millones de metros cúbicos de gas al día. Al sumarse a la producción existente, la cifra total pronto alcanzará los 20 millones de metros cúbicos diarios, cantidad suficiente para cubrir cerca del 30% de la demanda nacional.
“Antes importábamos el 99% de nuestro gas. Ahora estamos reescribiendo las reglas de la geopolítica energética en nuestra región”, añadió Akyener.
La plataforma Osman Gazi, con una inversión de 1.200 millones de dólares, cuenta con tecnología avanzada, incluyendo extracción en aguas profundas, monitoreo en tiempo real de 140 ingenieros y un gasoducto submarino de 161 kilómetros hasta la planta de procesamiento de Filyos.
Se espera que Osman Gazi comience sus operaciones completas en el mar Negro en 2026.
Del descubrimiento al dominio
“La genialidad de la obra Osman Gazi radica en su eficaz solución a un problema complejo”, explicó el profesor Dr. Oktay Tanrisever, académico de relaciones internacionales en la Universidad Técnica de Oriente (METU) en Ankara, subrayando la importancia técnica del proyecto.
“Sin esta instalación flotante, llevar el gas del mar Negro a tierra sería económicamente inviable. Ese gasoducto de 160 kilómetro es el puente dorado entre nuestras reservas y nuestra economía”, explicó en entrevista con TRT World.
El desarrollo del yacimiento de gas Sakarya en Türkiye sigue un enfoque cuidadosamente planificado y por fases.
La capacidad máxima de procesamiento de gas natural de la plataforma Osman Gazi es de 10,5 millones de metros cúbicos y su capacidad máxima de transferencia de gas es de 10 millones de metros cúbicos. Los recientes descubrimientos han añadido 75.000 millones de metros cúbicos a las reservas probadas de Türkiye, que ahora alcanzan un total de 710.000 millones de metros cúbicos, suficientes para abastecer al país durante décadas.
“El enfoque por fases es una genialidad,” señaló Akyener. “No solo estamos construyendo infraestructura; estamos creando conocimiento institucional. Cada etapa facilita, abarata y acelera la implementación”, explicó.
El Ministerio de Energía estima que el proyecto reducirá la factura de importación energética de Türkiye en 12.000 millones de dólares anuales para 2027; creará 15.000 empleos directos e indirectos y atraerá 8.000 millones de dólares en inversiones en infraestructura relacionada.
De igual manera, Tanrisever destaca un beneficio a menudo subestimado: “No se trata solo de ahorrar en importaciones. Cada metro cúbico de gas nacional fortalece nuestra moneda, estabiliza nuestra economía y nos da ventaja en las negociaciones internacionales”.
Un cambio geopolítico
Por otro lado, los analistas apuntan a que el avance energético de Türkiye está cambiando la dinámica regional en cuanto a nuevas alianzas, ya que varios países se han acercado a Ankara para negociar acuerdos de exploración conjunta.
Y Akyener agregó: “El éxito de Türkiye en la exploración de gas en aguas profundas ha atraído la atención internacional. Varios países han manifestado interés en proyectos conjuntos de exploración, un reflejo de la creciente experiencia técnica y capacidad operativa turca. Además, Türkiye se está posicionando como un centro energético regional, con actividades de exploración que se extienden más allá del mar Negro, incluyendo el Mediterráneo, Somalia y Pakistán”.
Estambul se está posicionando como un centro de comercio de gas. La reducción de la vulnerabilidad energética reforzará la autonomía estratégica de Türkiye.
“Osman Gazi es solo el primer capítulo”, añadió Tanrisever. “Las tecnologías y conocimientos que estamos desarrollando pronto serán exportados. En esta década, podríamos ver a empresas energéticas turcas liderando proyectos desde África hasta Asia Central. Esa es la verdadera medida de esta transformación”.
Ahora que la plataforma comienza sus operaciones completas, una cosa queda clara: Türkiye no solo ha descubierto gas, ha descubierto su potencial como líder energético. En un mundo de alta tensión frente a la geopolítica energética, Ankara juega una nueva partida, y tiene todas las cartas en la mano.