Desde principios de esta semana, el volcán Poás, un atractivo turístico de Costa Rica a 50 kilómetros de la capital, registra un "aumento significativo de erupciones" con columnas de humo que se alzan, como grises rascacielos, a más de 4.000 metros y una expulsión de cenizas que ha complicado las condiciones en comunidades cercanas, tiñendo el verdor típico de Costa Rica de un sombrío gris apocalíptico.
En este contexto, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) decretó una alerta roja para el área Parque Nacional Volcán Poás; una alerta naranja para el área de Sarchí y Grecia, y el alerta amarilla para Alajuela, Poás, Naranjo, Río Cuarto y Zarcero, como previsión ante una posible expansión de la actividad volcánica.
La CNE hizo un llamado urgente a la población a no ingresar de forma ilegal al Parque Nacional Volcán Poás, destacando el riesgo extremo que representa la actividad volcánica actual. En un reporte oficial, la entidad indicó que la afectación dentro del parque va “más allá del cráter principal, con caída abundante de ceniza en sectores como el mirador principal, casa de visitantes y las terrazas ubicadas al norte y oeste”.
Desde su cuenta oficial en X, la institución advirtió “no acercarse a los cauces de los ríos Desagüe, Anono, Gorrión y Agrio, pues podrían transportar material volcánico, además, de ninguna manera el agua de estas cuencas debe ser consumida por personas o animales”.
Las columnas de humo, alertó la autoridad, “aportan grandes cantidades de ceniza a los ríos, y gases al ambiente", lo que afecta a varias comunidades cercanas.
El Poás, de 2.708 metros de altura, está ubicado en un área cubierta de bosque espeso, actualmente cerrada al paso de turistas por ser el "lugar de más peligro por bloques balísticos (fragmentos de lava incandescente de más de 64 mm de diámetro), cantidad de gases y ceniza", agregó.
En 2017, el Poás ya había registrado un intenso periodo eruptivo que provocó el cierre del parque durante más de un año, lo que dejó pérdidas considerables a las comunidades aledañas que viven del turismo.
Y desde marzo pasado, la CNE mantuvo alertas por la actividad constante del Poás con erupciones de gases, ceniza y rocas.
Las autoridades también pidieron a los pobladores de esa zona tomar medidas de precaución por la caída de ceniza y propagación de "gases que pueden ocasionar irritación", y recomendaron el uso de mascarillas.
Según la Red Sismológica Nacional, Costa Rica tiene más de 120 focos volcánicos, pero la mayoría están extintos y solo cinco se mantienen activos: el Poás, el Rincón de la Vieja, el Arenal, el Irazú y el Turrialba.