Un avión con 199 personas deportadas desde Estados Unidos aterrizó en Venezuela el lunes, mientras el presidente Donald Trump continúa las deportaciones masivas contra migrantes. Proveniente de Honduras, la aeronave llegó al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en las afueras de Caracas. Se trata de la más reciente de una serie de repatriaciones que Venezuela ha aceptado desde enero.
El vuelo forma parte de un nuevo acuerdo con Estados Unidos, anunciado por el presidente venezolano Nicolás Maduro, para reanudar los vuelos de repatriación de ciudadanos de ese país. “Gracias a la perseverancia del gobierno, reanudaremos los vuelos para seguir rescatando y liberando a los migrantes de las cárceles en Estados Unidos”, declaró Maduro en un discurso televisado el sábado.
Además, el gobierno venezolano ha resaltado los esfuerzos diplomáticos para garantizar el regreso de sus ciudadanos, que se dan en el marco de una política migratoria estricta en EE.UU.
La medida llega tras varias semanas de tensión diplomática. El primer acuerdo de repatriación fue negociado por el enviado especial de EE.UU., Richard Grenell, pero fue suspendido temporalmente. En ese contexto, Washington trasladó a 238 migrantes venezolanos a El Salvador, donde fueron recluidos en una prisión de máxima seguridad y campo de trabajos forzados.
Llamado del Gobierno venezolano a El Salvador
Durante su discurso, Maduro también se dirigió al presidente salvadoreño Nayib Bukele. “Usted debe garantizar su salud y, más temprano que tarde, debe liberarlos y entregarlos”, dijo.
“Migrar no es un delito”, agregó Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. “Y no descansaremos hasta que todos los que deseen regresar estén de vuelta, y rescatemos a nuestros hermanos secuestrados en El Salvador”.
Familiares protestan por la situación de deportados en El Salvador
Esta semana, familiares de los migrantes que fueron trasladados desde Estados Unidos a una prisión salvadoreña protestaron en Venezuela para exigir su liberación, asegurando que muchos fueron engañados al creer que serían deportados a su país.
El 16 de marzo, más de 200 venezolanos fueron enviados desde EE.UU. a El Salvador como parte del programa de deportaciones aceleradas de la administración Trump. Varios denuncias de familiares se hicieron públicas, entre ellas, la de Maikel Rojas Olivera, de 36 años: sus parientes denuncian que fue informado de su repatriación a Venezuela, pero posteriormente fue trasladado a El Salvador sin juicio previo.
Por su parte, la administración estadounidense ha afirmado que los deportados eran miembros del grupo Tren de Aragua. No obstante, el Ministerio del Interior de Venezuela negó tales acusaciones.
Hasta la fecha, Washington no ha revelado las identidades de los deportados ni ha presentado pruebas de presuntos vínculos criminales.
Familiares y abogados aseguran que, en muchos casos, los migrantes no contaban con antecedentes ni procesos judiciales pendientes y que fueron engañados para entregarse voluntariamente, creyendo que serían repatriados directamente a Venezuela.
Debate legal en EE.UU. por las deportaciones
Las deportaciones han provocado un enfrentamiento legal en Washington. El juez federal James Boasberg intentó bloquear los vuelos mediante una orden verbal, argumentando que el uso de la Ley de Extranjeros Enemigos de 1798 podría no ser apropiado en este contexto.
A pesar de esa orden, los vuelos se llevaron a cabo. La Casa Blanca negó haber incumplido la decisión judicial. Sin embargo, Boasberg ha solicitado aclaraciones adicionales a los abogados del gobierno y ha programado una audiencia para la próxima semana.