La destrucción en Gaza alcanza niveles cada vez más extremos. Más del 90% de los hogares en el enclave quedaron destruidos o con daños severos por cuenta de las bombas israelíes, según alertó la Organización Mundial de las Migraciones (OIM), citando datos de la ONU. Mientras, la actual ofensiva de Tel Aviv en el enclave ha empujado a la población civil a una catástrofe humanitaria sin precedentes.
"Sin ningún lugar seguro a dónde ir, las familias se refugian en ruinas inseguras", señaló la OIM a través de su cuenta oficial en X. "Tenemos lista ayuda para los refugios: los puntos de entrada deben abrirse AHORA", instó la organización.
Desde el 2 de marzo, Israel cerró los cruces de entrada y salida en Gaza, bloqueando de manera devastadora el ingreso de suministros esenciales como alimentos, agua y medicinas, pese a los crecientes reportes de hambruna en el territorio asediado.
La ONU exige independencia para la labor humanitaria en Gaza
En medio de la emergencia humanitaria, la ONU reiteró este miércoles que las operaciones de asistencia en Gaza deben regirse por los principios humanitarios y desarrollarse de manera independiente. La declaración surge en respuesta a reportes que apuntan a que la ayuda en el enclave podría ser distribuida por el Ejército de Israel o por empresas estadounidenses.
Consultado sobre el tema en una conferencia de prensa, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, sostuvo que la organización no estuvo presente en la reunión del gabinete de seguridad israelí y no puede confirmar las afirmaciones. Sin embargo, dejó claro que “las operaciones humanitarias de la ONU solo funcionarán con base en nuestros principios de humanidad, imparcialidad e independencia”.
Dujarric advirtió también sobre el deterioro acelerado de las condiciones de vida en el enclave. “En toda Gaza, los suministros de alimentos están escaseando peligrosamente y la desnutrición está empeorando rápidamente”, señaló.
En esa línea citó un análisis reciente de una organización asociada, que encontró más de 80 casos de desnutrición aguda entre 1.300 niños en el norte del enclave, el doble respecto a semanas anteriores.
Asimismo, denunció que el acceso a instalaciones clave, como los almacenes de Unicef en Rafah, continúa “fuertemente restringido” debido al bloqueo de ayuda y a los obstáculos logísticos impuestos por Israel.
Dujarric instó a los Estados miembros a garantizar que los suministros puedan distribuirse “dondequiera que la gente los necesite, con pleno respeto a los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”.
Continúan los ataques y el desplazamiento masivo en Gaza
Mientras tanto, las bombas israelíes no dejan de caer sobre Gaza. Al menos 30 palestinos murieron este jueves como consecuencia de una nueva oleada de ataques en distintos puntos del enclave, según informaron fuentes médicas y medios locales.
En el barrio de Zeitoun, en el este de la Ciudad de Gaza, cuatro personas fallecieron tras un bombardeo que tuvo como objetivo un grupo de civiles, de acuerdo con reportes médicos.
Horas más tarde, un ataque sobre un mercado en la ciudad de Yabalia, en el norte del enclave, provocó la muerte de al menos 10 personas y dejó varios heridos. Yabalia, una de las zonas con mayor concentración de desplazados, ha sido impactada repetidamente desde el inicio de la ofensiva.
En el sur, la emisora local Al-Aqsa informó que cuatro personas, incluidos dos menores, perdieron la vida en dos ataques distintos: uno contra una vivienda y otro sobre una tienda improvisada utilizada por desplazados en Jan Yunis. Más tarde, otro bombardeo en la misma ciudad mató a una mujer y a dos niños.
En el centro de Gaza, tres personas murieron tras un ataque contra una tienda situada en la zona occidental del campo de refugiados de Nuseirat.
Uno de los episodios más trágicos del día se registró en el barrio de Sheij Redwan, en la Ciudad de Gaza, donde un misil impactó una vivienda, matando a una pareja y a sus cuatro hijos.
Estos ataques se producen en el marco de la reanudación de los ataques israelíes contra Gaza, que comenzó el pasado 18 de marzo tras el colapso de un acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros que tuvo lugar en el mes de enero.
Desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023, se estima que han muerto cerca de 51.400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según datos de las autoridades locales.
En consecuencia a estas acciones, Israel enfrenta acusaciones por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. La Corte Penal Internacional emitió en noviembre órdenes de arresto contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa Yoav Gallant. Además, Israel es acusado ante la Corte Internacional de Justicia por genocidio.

Las imágenes de satélite de Google y Apple, disponibles al público, muestran instalaciones secretas de Israel y operaciones militares con una claridad sin precedentes.