Las aguas celestes del Mediterráneo han sido escenario de innumerables momentos históricos, pero pocas campañas marítimas han generado tanta atención internacional sostenida como el movimiento de la Flotilla de la Libertad para Gaza.
Desde 2008, este esfuerzo continuado de misiones lideradas por civiles se ha posicionado en la intersección del activismo humanitario, el derecho internacional y la geopolítica de Oriente Medio.

El bloqueo israelí, aún más intenso desde el 7 de octubre de 2023, sigue restringiendo el movimiento de bienes y personas, generando una dificultad creciente para los palestinos en Gaza.
El intento más reciente de la coalición por llegar al enclave, a bordo del barco Madleen con bandera británica, sufrió otro ataque israelí este domingo, lo que provocó una fuerte condena de parte de grupos de derechos humanos y activistas.

Inicialmente, las flotillas fueron organizadas por el Movimiento Free Gaza (“Movimiento Gaza Libre”, en español) y más tarde por la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés), una red global de grupos de la sociedad civil. El objetivo de estas misiones es entregar ayuda humanitaria, romper el bloqueo y generar conciencia sobre la situación en el enclave palestino mediante acción directa no violenta.
Esta es una breve cronología de la Flotilla de la Libertad.
Agosto-diciembre de 2008
El Movimiento Free Gaza lanzó su primera misión en agosto de 2008 con dos barcos modestos, el Liberty y el Free Gaza, que transportaban a 44 activistas y suministros médicos.
Las embarcaciones lograron atracar en Gaza, marcando la primera llegada de barcos internacionales a este territorio en décadas. La segunda misión, “Dignidad”, zarpó más tarde ese mismo año. Estos esfuerzos iniciales tuvieron éxito en lo que amplias iniciativas diplomáticas fracasaron: ser los primeros barcos civiles internacionales que pudieron alcanzar Gaza en años.
Enero-junio de 2009
En 2009, la situación se tornó compleja con enfrentamientos más intensos cuando varios barcos, incluidos el Humanity y el Spirit of Humanity , intentaron misiones similares.
Las fuerzas israelíes comenzaron a interceptar sistemáticamente las embarcaciones, deteniendo a activistas e implementando procedimientos de deportación. Estos incidentes revelaron los mecanismos de control de Israel, al tiempo que desataron una mayor cobertura mediática internacional sobre las condiciones humanitarias en Gaza.
El patrón establecido durante este periodo marcaría las operaciones de flotillas posteriores: activistas civiles surcando aguas internacionales, fuerzas de seguridad israelíes respondiendo, y cada confrontación provocando repercusiones diplomáticas globales.
Mayo de 2010: incidente del Mavi Marmara
La misión más significativa de las flotillas se consolidó en mayo de 2010, organizada en conjunto por el Movimiento Free Gaza y la Fundación de Ayuda Humanitaria IHH de Türkiye.
Esta coalición sin precedentes reunió a seis embarcaciones, incluida la nave insignia Mavi Marmara, con aproximadamente 700 activistas de 40 países y 10.000 toneladas de suministros humanitarios.
El 31 de mayo de 2010, comandos navales israelíes realizaron una incursión al amanecer sobre la flotilla mientras se encontraba en aguas internacionales.
El enfrentamiento mató a nueve activistas en el momento, y un décimo falleció posteriormente debido a sus heridas. También hubo decenas de activistas heridos y diez soldados israelíes lesionados.
El Mavi Marmara desató una condena global, deteriorando gravemente las relaciones diplomáticas entre Türkiye e Israel. El ataque llevó a Tel Aviv a aliviar ciertas restricciones del bloqueo, al tiempo que dio lugar a múltiples investigaciones internacionales.
Julio de 2011
La Flotilla de la Libertad II, también llamada “Stay Human”, fue concebida para conmemorar el aniversario de la incursión israelí de 2010.
Sin embargo, esta misión encontró obstáculos sin precedentes antes de alcanzar aguas internacionales.
Solo dos barcos, el MV Saoirse y el MV Tahrir, lograron zarpar bajo el lema “Freedom Waves to Gaza”. Las fuerzas de Israel interceptaron ambas embarcaciones a unos 80 kilómetros de Gaza, detuvieron a los activistas e implementaron procedimientos estándar de deportación.
Mayo de 2015
La Flotilla de la Libertad III zarpó desde Suecia en mayo, a pesar de los reveses anteriores. La embarcación principal, el Marianne, fue interceptada por fuerzas israelíes en aguas internacionales, desviada al puerto de Ashdod y los activistas fueron detenidos.
La misión ejemplificó la resiliencia de la flotilla, que pasó de un activismo espontáneo a una estructura organizativa más sistemática, a pesar de los desafíos operativos persistentes.
Julio-agosto de 2018
La misión “Just Future for Palestine” de la Coalición de la Flotilla de la Libertad desplegó en 2018 cuatro embarcaciones, entre ellas el Al Awda y el Freedom.
Las fuerzas israelíes abordaron y confiscaron ambas naves el 29 de julio y el 3 de agosto de 2018, arrestando a los activistas, quienes posteriormente denunciaron abusos físicos, incluidos descargas eléctricas y golpizas.
Esta misión coincidió con el deterioro de las condiciones en Gaza, lo que aportó una urgencia adicional a los llamados de los activistas para una intervención internacional frente al impacto humanitario del bloqueo.
2023–2024
La misión Handala: For the Children of Gaza de la Coalición de la Flotilla de la Libertad adoptó un enfoque estratégico diferente, navegando por puertos europeos para generar conciencia sobre el prolongado asedio de Israel a Gaza.
La embarcación enfrentó retrasos sistemáticos debido a restricciones portuarias y retiradas de bandera, que los organizadores atribuyeron a la presión diplomática israelí.
Esta misión dejó claro que los niños de Gaza se encuentran entre las principales víctimas del costo humanitario del bloqueo.
Mayo-junio de 2025
Las misiones más recientes de la flotilla han enfrentado diversos obstáculos.
El 2 de mayo, la embarcación Conscience —que llevaba unos 12 tripulantes, 4 civiles y ayuda humanitaria, incluidos alimentos y suministros médicos— sufrió dos ataques con drones frente a la costa de Malta. Esta agresión provocó graves daños en el casco e incendios, lo que requirió operaciones de rescate marítimo de emergencia.
La Coalición de la Flotilla de la Libertad responsabilizó a las fuerzas israelíes del ataque, describiéndolo como un cambio en el patrón de ataques marcado por el uso de sistemas aéreos no tripulados en lugar de las habituales intercepciones navales.
La misión posterior del Madleen, nombrada en honor a la primera pescadora de Gaza, Madleen Culab, partió de Catania, Sicilia, el 1 de junio.
El Madleen transportaba suministros humanitarios esenciales como leche para bebés, harina, pañales, kits médicos y prótesis para niños. Los objetivos declarados de la misión incluían tanto el alivio humanitario inmediato como el establecimiento de un corredor de ayuda a largo plazo, independiente de las rutas diplomáticas tradicionales.

El 5 de junio, fuerzas israelíes interceptaron al Madleen cuando estaba aproximadamente a 160 kilómetros de la costa de Gaza, desviando la embarcación hacia puertos israelíes según el precedente establecido.
El pasado domingo, Israel secuestró a un total de 12 activistas a bordo del Madleen, según informó la relatora Especial de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, quien declaró haber escuchado a soldados israelíes en el fondo antes de que se cortara abruptamente la comunicación. “Perdí la conexión con el capitán justo cuando me decía que otro barco se estaba acercando”, añadió.
Más allá de las aguas
Cada misión de la flotilla pone a prueba los límites del derecho internacional y desata consecuencias políticas mucho más allá del mar Mediterráneo.
Estos viajes representan una resistencia sostenida contra un asedio que ha dejado a Gaza cada vez más aislada.
A pesar de las repetidas interceptaciones y la presión estatal, la coalición ha mantenido sus esfuerzos, demostrando cómo la acción civil organizada puede romper la inercia diplomática.
Este impulso ahora se expande más allá del mar. Una caravana terrestre a gran escala por el Magreb comenzó este lunes desde Túnez, con la expectativa de que miles se unan al esfuerzo por romper el bloqueo israelí por carretera y reafirmar la solidaridad con los palestinos bajo asedio.
Las cifras en Gaza dejan al descubierto las consecuencias de un bloqueo que continúa restringiendo el movimiento, los bienes y los suministros médicos.
Para mayo de 2025, 1,95 millones de personas, el 93% de la población, enfrentan inseguridad alimentaria en niveles críticos o aún peores. Alrededor de 500.000 están en riesgo inmediato de hambruna.
Las opiniones legales sobre el bloqueo siguen divididas.
Un informe de la ONU de 2011 respaldó la postura israelí, pero expertos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU lo han calificado de “excesivo e irrazonable”. Además, la Corte Internacional de Justicia lo considera una forma de castigo colectivo que viola el derecho internacional.
Israel sostiene que su bloqueo busca impedir envíos de armas al grupo de resistencia palestino Hamás, ofreciendo redirigir la ayuda a través de sus propios puertos, una opción que los organizadores de la flotilla rechazan por considerarla políticamente comprometida e insuficiente.
El ataque al Mavi Marmara de 2010 sigue siendo un punto de inflexión. El acuerdo posterior de Israel para pagar 20 millones de dólares a las familias de las víctimas como compensación reconoció el costo de ese enfrentamiento, aunque no puso fin a la campaña más amplia.
Misiones como la del Madleen continúan a pesar de los riesgos, transportando suministros que se necesitan en Gaza con urgencia.
Cada viaje es tanto una entrega de ayuda como una denuncia de las políticas que han convertido al enclave en lo que muchos describen como una prisión al aire libre.
La persistencia de la flotilla mantiene a Gaza en la agenda internacional y sus travesías desafían la legitimidad de un bloqueo que ha empujado a casi toda una población al colapso humanitario.