Denuncias de violaciones de derechos humanos. Campañas callejeras señalando daños ambientales y trabajo esclavo. Escraches a marcas internacionales en las redes. Venetia La Manna —activista británica radicada en Londres— ha convertido su vida en una lucha quijotesca contra los gigantes de la moda.
Esta exproductora de televisión con 330.000 seguidores en redes, y videos virales a cada momento, es una portavoz aguerrida de la moda ética.
“Mi serie ‘Receta para el Desastre’ nació como una forma de ‘cocinar’ a las grandes corporaciones de moda, exigiéndoles responsabilidades por su impacto en las personas y en el planeta”, explicó Venetia a TRT Español.
En sus videos, La Manna prepara recetas caseras mientras revela hechos ocultos sobre las prácticas carentes de ética de grandes empresas: violaciones de derechos laboral, daños ambientales y vínculos de estas empresas con la ocupación israelí.
“Empecé mi carrera en televisión. En 2016 comencé a interesarme más por la sostenibilidad, pero los ejecutivos me dijeron que ese tema no tenía cabida en la tele, así que decidí centrarme en las plataformas digitales, donde encontré una audiencia global con la que comparto esta pasión”, añadió.
En 2020, cofundó “Remember Who Made Them” (que traduce “Recuerda quién los hizo”), una campaña de solidaridad con las trabajadoras del sector textil y un podcast que recoge conversaciones con trabajadoras y sindicatos de todo el mundo.
Estas charlas, explica ella, pusieron de manifiesto cómo “la moda está intrínsecamente ligada al racismo, el colonialismo y la lucha de clases”, y sentaron las bases para que Venetia ampliara su activismo hacia la defensa de los derechos humanos del pueblo palestino.
De la moda a Palestina
En la primavera de 2023, mientras investigaba para un video sobre la multinacional alemana Puma, Venetia encontró información que marcaría el inicio de su activismo por Palestina. “Me topé con un artículo de (la organización) Human Rights Watch que pedía a la FIFA tomar una postura firme contra los clubes de fútbol en asentamientos israelíes", explica.
Este descubrimiento la llevó también a conocer el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) que por entonces llamaba al boicot contra Puma. “Hasta ese momento, había conocido a muchos israelíes y sionistas”, recuerda, “pero a muy pocos palestinos”.
Ese primer hilo —el patrocinio de Puma a la Asociación de Fútbol de Israel (IFA)— fue el punto de partida para terminar involucrándose en una serie de luchas interconectadas.
“Cada vez más personas, yo incluida, estamos despertando a cómo la justicia climática y la explotación corporativa están profundamente ligadas a las luchas por una Palestina libre, un Congo libre y un Sudán libre”, añade.
A partir de ahí, Venetia participó en una manifestación organizada por Friends Of Al Aqsa y se convirtió en firmante de la campaña Anti Sweatshop Activists Against Apartheid. También se unió a protestas por Palestina en Londres, así como a acciones, manifestaciones y vigilias en su comunidad.
Cuando Erréas y Puma terminaron sus patrocinios a la IFA, Reebok intervino con un nuevo acuerdo de dos años. La Manna reaccionó de inmediato con un video en el que llamaba a “centrarse en las campañas del movimiento BDS, intensificar las protestas y presionar al gobierno para que ponga fin a su complicidad, mientras Israel intensifica su genocidio contra el pueblo palestino en Gaza”.
Su campaña subrayaba la brutal realidad que hay detrás del acuerdo de patrocinio: el genocidio en Gaza por parte de Israel, que ha provocado la muerte de más de 61.000 palestinos, incluidos al menos 715 atletas, y ha destruido o dañado todas las instalaciones deportivas palestinas en Gaza.
“He aprendido que, ante cualquier crisis, lo primero es acudir a las comunidades que están en primera línea y preguntar: ¿cómo puedo solidarizarme con ustedes?”, afirma Venetia.
“Empecé a ver testimonios en primera persona sobre el genocidio del pueblo palestino, que retransmitían en directo la realidad diaria de una ocupación y un régimen de apartheid”, comparte.
“No podía creer lo que estaba viendo. El mensaje de los palestinos era siempre el mismo: ‘Comparte nuestra historia’ y ‘amplifica nuestro mensaje’”.
Exponiendo la hipocresía de los gigantes del “greenwashing”
Ante la devastación continua en Gaza, Venetia denunció públicamente a la marca española Zara, señalando sus vínculos con la deforestación en la región del Cerrado de Brasil, así como su campaña publicitaria de 2023 que guardaba un parecido sorprendente con la destrucción en Gaza.
También criticó los comentarios sionistas realizados por la diseñadora principal de la marca, Vanessa Perilman.
El activismo de Venetia ha ido más allá del ámbito de la moda. En uno de los videos de su serie “Receta para el desastre”, denunció al gigante petrolero Equinor por gastar millones en campañas de “greenwashing”, es decir estrategias de publicidad que presentan a las empresas contaminantes como respetuosas con el medio ambiente para lavar su imagen.
También denunció su contribución a los asentamientos ilegales israelíes y suministro de combustible a las fuerzas de la ocupación.
Como respuesta, La Manna amplió su serie “Receta para el desastre” para incluir empresas a las que apunta el movimiento BDS, como SodaStream, Sabra Hummus, Coca-Cola y McDonald’s.
“También empecé a leer todo lo que pude sobre la causa palestina, especialmente a Ilan Pappé, Rashid Khalidi y Edward Said”, comenta.
Para La Manna, la conexión entre el activismo por una moda justa y la liberación palestina no es algo forzado ni tangencial: es esencial.
“La explotación en la industria textil está profundamente enraizada en modelos de negocio racistas que dependen de mano de obra mal pagada en el sur global, perpetuando el legado del colonialismo”, explica.
“Esto incluye al sector textil palestino que en su día fue próspero y que ahora sufre gravemente las consecuencias de una ocupación prolongada”, añadió.
Para ella, la relación entre la ética en la moda y los derechos del pueblo palestino es evidente e inseparable. “Todas las luchas por la liberación están intrínsecamente conectadas”, afirma.
El descubrimiento de Nol Collective, una marca de moda palestina que documenta técnicas textiles tradicionales desarrolladas bajo la ocupación, reforzó aún más estas conexiones. “Personalmente, no creo que se pueda luchar por la justicia en la moda, ni por la justicia climática, sin defender también una Palestina libre”, añade.
Sin embargo, alzar la voz no ha estado exento de consecuencias. “Amenazas de muerte. Acoso constante en redes. Amenazas a mi seguridad”, enumera cuando se le pregunta por las represalias. “He perdido amistades. También he perdido mucho trabajo”.
Más allá del algoritmo
Aunque el activismo digital suele medirse en función de métricas como los “me gusta” o el número de seguidores, el enfoque de Venetia La Manna para evaluar el impacto refleja su compromiso con un cambio real y significativo.
“Quiero dejar claro que no mido el impacto de mi activismo por la cantidad de seguidores. Mucha gente ha dejado de seguirme y otra nueva ha llegado. Intento no prestar demasiada atención a esas estadísticas”, afirma.
En su lugar, La Manna se centra en resultados tangibles: el número de marcas que han firmado la campaña Speak Volumes impulsada por The Or Foundation —una organización benéfica con sede en Ghana que trabaja por la justicia medioambiental y lucha contra las crisis generadas por el exceso de producción de la industria de la moda—, o las firmas recogidas en la petición Say No To Shein, de la cual es cofundadora y organizadora, o cuando una marca como Puma decide abandonar su patrocinio a la Asociación de Fútbol de Israel.
Una de sus acciones más exitosas tuvo como objetivo al minorista de moda rápida Boohoo, que había sido denunciado por pagar sueldos de apenas 4,65 dólares por hora.
Cuando la empresa intentó organizar un evento de autopromoción en Londres en 2023, titulado El futuro de la moda ética, La Manna ayudó a coordinar una acción de protesta que logró captar la atención de los medios nacionales. “Las acciones de Boohoo cayeron 73 millones de dólares de la noche a la mañana”, señala.
El doble discurso de los medios
La Manna explica que la “información sesgada” que difunden los medios occidentales es una de las razones por las que ha dedicado tantos videos a Palestina.
Para ella, el enfoque mediático occidental respecto a Palestina guarda un claro paralelismo con el “greenwashing” corporativo, algo que lleva años denunciando.
“Del mismo modo que las marcas intentan vendernos productos supuestamente ‘verdes’”, concluye, “también se nos venden mentiras a través de los medios, que apoyan el proyecto sionista de mantener el statu quo y expandir la colonia de colonos de Israel”. Y eso, para una cruzada de la verdad como Venetia, es algo que no va a permitir sin antes volver a las calles, volver a las redes, y seguir dando pelea.