Tras protestas en México, la gentrificación vuelve al centro del debate: ¿qué implica para el país?
AMÉRICA LATINA
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Tras protestas en México, la gentrificación vuelve al centro del debate: ¿qué implica para el país?El problema de vivienda avanza en Ciudad de México y otras regiones del país, transformando barrios históricos en negocios para algunos sectores de la sociedad. Activistas alzan la voz contra este fenómeno, pero ¿qué dicen los expertos?
Anuncio de departamento en renta en la colonia Roma norte. Las rentas en esa zona suelen oscilar entre los mil y los 2 mil dólares / TRT Español
23 de julio de 2025

CDMX, México - “Gentrificación no es progreso, es despojo” y “¡Gringos, go home!”. Así gritaban en Ciudad de México los miembros de colectivos antigentrificación una tarde de principios de julio donde se movilizaron para denunciar uno de los fenómenos que, según ellos, más ha cambiado la fisonomía social y urbana de la ciudad: la gentrificación. Este proceso ocurre cuando un barrio urbano se transforma debido a la llegada de residentes con mayor poder adquisitivo, lo que eleva los precios y desplaza a los habitantes originales.

Las colonias Roma y Condesa, epicentros del debate y también de la transformación, se convirtieron en el escenario de una manifestación que buscaba generar un diálogo sobre lo que organizaciones sociales afirman que es la creciente preocupación por el aumento sostenido en las rentas, el encarecimiento de la vida y la transformación de los comercios tradicionales.

Decenas de testimonios de vecinos y de colectivos antigentrificación señalan que miles de personas han sufrido el desplazamiento ante la imposibilidad de costear los crecientes precios de la vivienda, los servicios y los alimentos. Y algunos denunciaron que la llegada masiva de extranjeros era parte del problema.

Aunque la mayor parte de la manifestación transcurrió en un ambiente pacífico, también se registraron actos de vandalismo en restaurantes y comercios de la zona, según medios locales. Algunas paredes fueron pintadas con frases como “La vivienda no es mercancía” o “Fuera gentrificadores” y algunos vehículos fueron dañados. Pero, ¿cuál es el trasfondo de este descontento?

La respuesta oficial: condenas, omisiones y promesas

Este rechazo a la gentrificación refleja una problemática social compleja que las autoridades han buscado abordar. 

“Sabemos que la gentrificación puede excluir a quienes han vivido toda su vida en sus barrios, pero de ninguna manera avalamos la violencia para enfrentar este problema”, declaró la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, en un comunicado.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también se centró en condenar los lemas xenófobos que surgieron durante la protesta. “Somos un país abierto al mundo, solidario, fraterno. Así es nuestro pueblo y así hay que ser”, declaró la mandataria. Rechazó que una demanda legítima como la lucha contra la gentrificación se utilice para pedir la expulsión de personas de cualquier nacionalidad.

Hoy, muchos ciudadanos manifiestan preocupación por los riesgos que enfrentan los barrios de perder su identidad cultural y de los desalojos diarios que, según denuncian, dejan a cientos de mexicanos sin hogar. También critican lo que perciben como la falta de una política clara de vivienda y señalan que otras ciudades, como Monterrey, Oaxaca y Guadalajara, también están siendo afectadas.

Ante esto, colectivos y organizaciones sociales de la ciudad de Oaxaca, en donde este mes se realizó el Encuentro Nacional Contra la Gentrificación, exigieron a las autoridades dejar de usar el discurso del odio al extranjero y enfocarse en abordar el problema de fondo.

Mario Quintero, de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y del Territorio (APIIDTT), criticó como las autoridades deslegitimaran la protesta en la Ciudad de México acusándola de xenofobia, cuando en realidad, sostuvo, es un rechazo al modelo extractivista que convierte el suelo, la vivienda y la cultura en mercancía.

“La gentrificación y la turistificación continúan devastando nuestras ciudades, pueblos y territorios”, señala Quintero, quien tiene una postura firme al respecto.

Para la abogada especializada en vivienda y ciudad, Carla Escoffié, es fundamental no confundir el análisis de la protesta con la discusión de fondo sobre la gentrificación. “Podemos debatir si la marcha estuvo bien o mal, pero lo que no podemos hacer es negar que existe un proceso de gentrificación en varias partes de México y que hay una crisis de vivienda en el país”, afirma en diálogo con TRT Español.

¿Quién se beneficia de la gentrificación?

Según Escoffié, gran parte del problema radica en cómo los espacios urbanos se han convertido en mercancía, lo que deja la toma de decisiones sobre el desarrollo de la ciudad en manos de quienes concentran poder político y económico. “Ciertos grupos y ciertas personas con poder deciden para qué se utilizan los espacios, para quiénes y cómo se prioriza el desarrollo urbano. Tenemos que hablar de un modelo de ciudad y de una política de vivienda que no están funcionando”, insiste.

Pero estos grupos con poder no siempre son los mismos. “Cada ciudad tiene su proceso y sus síntomas propios, no está ocurriendo de la misma manera en todos lados, pero sí hay una crisis generalizada de vivienda en el país y eso lo vemos a través del descontento que se va generando en varios lugares”, añade la abogada. 

La profesora de sociología urbana Lorena Umaña coincide en que la gentrificación en México es un fenómeno “diferenciado y multidimensional”, donde cada ciudad, e incluso cada barrio, presenta actores beneficiados y perjudicados. “En el caso de México está marcado por una vinculación muy particular entre política pública y capital privado”, explica a TRT español. 

Umaña afirma que en la Ciudad de México, en barrios como Roma y Condesa los propietarios se benefician porque rentan a precios más elevados, aprovechando la demanda turística. Detalla que, ante la llegada de nómadas digitales y turistas, es más rentable alquilar a través de plataformas como Airbnb que a inquilinos permanentes.

Añade que, en otras regiones de México, como Oaxaca o Chiapas, la gentrificación ha transformado barrios populares o pueblos, desplazando a la población local en beneficio de inversionistas privados y cadenas hoteleras.

La experta agrega que en todo México, en barrios históricamente marginados, el discurso del rescate y la mejora urbana es utilizado para atraer inversiones inmobiliarias, encarecer el territorio y justificar el desplazamiento de los habitantes originales. “El beneficio es diferenciado, igual que el proceso, depende de cada caso”, reitera.

Escoffié puntualiza que, en términos generales, en México quienes tienen cierto perfil socioeconómico y político son quienes se benefician. “El sector inmobiliario, funcionarios, constructoras y en general personas que tienen una mayor ventaja económica sobre aquellos que se desplazan”, indica la abogada. “Es un problema de desigualdad y se necesitan modelos sostenibles de ciudad”.

Soluciones para combatir la gentrificación

La gentrificación se ha vuelto un fenómeno extendido en México, elevando rentas y desplazando a los habitantes originales. Aunque el 16 de julio la capital mexicana anunció un plan para limitar precios y ampliar la vivienda pública, su aplicación es local. Quedan pendientes medidas estructurales a escala nacional.

En este contexto, Umaña enfatiza la necesidad de políticas activas para proteger a los inquilinos y regular el mercado inmobiliario, además de proponer leyes de arraigo vecinal y una regulación estricta tanto del uso del suelo como de las plataformas de renta turística.

“Lo más importante es pensar en espacios reales de participación vecinal”, señala la académica. Pone como ejemplo a Barcelona, donde sindicatos de vivienda han logrado incidir en la protección de los habitantes y la defensa del derecho a la vivienda ante la presión del mercado.

Para Escoffié, no existe una sola solución, sino varias que deben abordarse de manera conjunta. Entre ellas, destaca la necesidad de garantizar una vivienda accesible, la creación de una ley que regule el arrendamiento de inmuebles y el desarrollo de bancos de suelo público para construir proyectos estratégicos.

Así, ambas expertas coinciden en que es necesario tomar conciencia de que existen, según sus análisis, problemas estructurales que provocan la gentrificación, y que estos no se resuelven expulsando a los extranjeros del país.

“Es un tema de actores que tienen un poder económico que fomentan el acaparamiento de los espacios y el desplazamiento de otras personas”, concluye Escoffié. “No es un tema de nacionalidad. Esto trata sobre clases y desigualdad económica”.

FUENTE:TRT Español y agencias
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