NUEVA SIRIA
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Noticias falsas, guerras en redes sociales y la batalla por la verdad en Siria
Una campaña sistemática de desinformación, impulsada por figuras influyentes como Elon Musk, enciende las tensiones en Siria, mientras el país busca olvidar la oscura herencia del régimen de Assad.
Noticias falsas, guerras en redes sociales y la batalla por la verdad en Siria
Ahmed Al-Sharaa, recién nombrado jefe del gobierno interino de Siria, enfrenta la difícil tarea de guiar al país más allá del legado de Assad (Reuters). / Reuters
8 de abril de 2025

En marzo, junto a varios colegas, nos reunimos en Estambul para participar en un taller titulado “Siria: religión en la revolución, la guerra y el desplazamiento”. Como expertos en el tema, compartimos nuestros hallazgos con una dosis sana de humildad, conscientes de que mucho de lo que creíamos saber sobre religión y revolución en Siria se forjó bajo el yugo del ya extinto régimen de Assad.  

Pese a la incertidumbre sobre el futuro de Siria, la mayoría de los participantes expresamos un cauto optimismo respecto a una posible transición tras la salida del régimen.  

Sin embargo, mientras finalizábamos nuestra estancia en Türkiye, llegaron noticias alarmantes: se habían producido enfrentamientos violentos en la costa siria. Algunos de nosotros incluso consideramos la posibilidad de que facciones del gobierno de transición hubieran actuado por cuenta propia, llevando a cabo venganzas contra la minoría alauí, la misma que instrumentalizó la familia Assad durante décadas.  

Aun así, partimos de Estambul con la convicción de que es necesario dejar que los acontecimientos se asienten antes de emitir juicios definitivos sobre esta nueva ola de violencia: quién la inició, quién carga con la mayor responsabilidad y qué significa realmente para el futuro de Siria.  

Lo único claro en ese momento fue que el gobierno interino debía implementar de inmediato un mecanismo independiente y transparente para llevar ante la justicia a los responsables de cualquier acto de venganza.  

La lucha contra la desinformación

El sectarismo en Siria no es algo definitivo. Aunque el régimen de Assad construyó deliberadamente su aparato de seguridad basado en el sectarismo y la desconfianza, las tensiones entre la mayoría sunita árabe y las diversas minorías religiosas y étnicas del país no tienen por qué definir el futuro de su vida política. Si el gobierno de transición actúa con inteligencia y responsabilidad, es posible superar las heridas del pasado.

Pero tras mi viaje a Türkiye, al regresar a la rutina y al mundo de las redes sociales, encontré una narrativa completamente distinta. Allí, uno podría pensar que una Siria dominada por el sectarismo es ya una conclusión inevitable.

Sin verificación alguna ni discreción sobre la falta de claridad ante los hechos en Siria, guerreros del internet declararon una cacería contra las minorías religiosas en ese país. Y muchos fueron más allá de la comunidad alauí, acusando al gobierno interino liderado por Ahmed al-Sharaa de llevar a cabo matanzas sistemáticas contra cristianos sirios.  

Estas afirmaciones han sido desmentidas rotundamente por la propia comunidad cristiana siria. Pastores de iglesias en Latakia, el obispo católico del país y otras entidades cristianas han negado públicamente que exista una campaña de persecución generalizada contra ellos por parte del gobierno de transición.  

No obstante, las acusaciones persisten, amplificadas por figuras influyentes de Occidente como el presentador de derecha Tucker Carlson y el empresario Elon Musk, ambos con millones de seguidores en redes sociales.

Avivando el fuego en línea: hasta los Cascos Blancos son cuestionados

Para quienes hemos dedicado más de una década al estudio especializado de Siria, este episodio no es aislado. Al contrario, forma parte de una campaña sostenida de desinformación que comenzó con las protestas de 2011.  

Incluso antes de que el término de “fake news” (noticias falsas) se volviera común tras el ascenso de Donald Trump, ya circulaban en redes teorías conspirativas que presentaban el levantamiento popular sirio como una operación encubierta de la CIA para derrocar a un supuesto “líder popular” de un Estado árabe soberano.  

A medida que las protestas en Siria continuaban, y en particular a través de campañas respaldadas por Rusia, esta desinformación se intensificó, buscando exonerar al régimen de Assad de crímenes documentados, como la masacre con armas químicas en la ciudad siria de Duma en 2018, que la comunidad internacional reconoció como un hecho probado, pero que fue calificada por estos actores como una fabulación.  

Y quizás de forma aún más engañosa, figuras como el medio Grayzone, que promueven esta narrativa, han desprestigiado los esfuerzos de los Cascos Blancos, difundiendo desinformación que socava su labor humanitaria.

Nominados al Premio Nobel de la Paz y ganadores del Premio Right Livelihood en 2016, los Cascos Blancos son una organización de emergencia humanitaria dedicada a rescatar a sobrevivientes de edificios bombardeados. Sin embargo, redes de desinformación persistentes los han calificado falsamente como agentes del grupo terrorista Al Qaeda.

Con su sello de aprobación, las redes se llenaron de acusaciones de una supuesta masacre genocida en curso contra minorías religiosas, cometida por el gobierno interino. Se afirma incluso que los grandes medios están encubriendo los hechos.  

Algunos relatos llegan al extremo de afirmar, sin evidencia alguna, que unos 7.000 cristianos han sido asesinados indiscriminadamente por las fuerzas de Ahmed al-Sharaa. Políticos estadounidenses como el senador Jim Risch e incluso el secretario de Estado Marco Rubio han dado credibilidad a estas versiones.

Sirios responden en línea

A pesar de la magnitud de estas campañas de desinformación, la sociedad civil siria y sus aliados no se han quedado de brazos cruzados.  

La etiqueta #FactCheckSyria ha sido fundamental para desmontar mentiras, identificar imágenes manipuladas y exponer publicaciones engañosas. En algunos casos, se ha demostrado que los videos que supuestamente documentan masacres contra minorías no son actuales ni siquiera de Siria, sino tomas de crímenes perpetrados por grupos pro-Assad como Hezbollah.  

En un caso particularmente absurdo, una imagen que, en apariencia, mostraba a una víctima de violencia sectaria en Siria, resultó ser una foto del padre de Elon Musk, Errol Musk.  

En realidad, los enfrentamientos en la costa involucraron principalmente a remanentes armados del régimen de Assad y a fuerzas del gobierno interino. Según la Red Siria de Derechos Humanos, se registraron asesinatos cometidos por ambas partes, incluidos civiles alauíes. Sin embargo, no hay pruebas de matanzas masivas contra alauíes ni otras minorías religiosas.  

El número de ejecuciones extrajudiciales se estima en unas 800 víctimas, y Al-Sharaa ha prometido tomar medidas para proteger a los civiles alauíes y castigar a quienes hayan cometido crímenes de venganza.

Resta ver si cumplirá su palabra. Pero como analistas responsables, nos corresponde investigar con rigor antes de emitir conclusiones prematuras, ya sea sobre los enfrentamientos recientes o sobre el rumbo del nuevo gobierno sirio.  

Mis colegas y yo, desde Estambul, optamos deliberadamente por la prudencia y la contención. Tal vez, incluso el hombre más rico del mundo podría aprender algo de eso.


FUENTE:TRT Español y agencias
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