Israel dio la luz verde final a uno de los planes de asentamientos más polémicos de las últimas décadas: el proyecto E1 en Cisjordania ocupada. La iniciativa no solo busca construir más de 3.400 viviendas ilegales entre Jerusalén y el asentamiento de Maale Adumim, sino que también partiría en dos el territorio y aislaría a Jerusalén Este, poniendo en jaque cualquier posibilidad de una solución de dos Estados para Palestina.
El Comité Superior de Planificación de la Administración Civil, un organismo dependiente del Ministerio de Defensa israelí, aprobó el llamado proyecto E1, según informó este miércoles el periódico The Times of Israel.
Ahora bien, el plan, duramente cuestionado en el plano internacional, no se limita únicamente al traslado de miles de colonos: su objetivo declarado es impedir el establecimiento de un Estado palestino, tal como lo reconoció el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, de extrema derecha.
Pero ¿qué implica realmente y por qué es un obstáculo para el reconocimiento de Palestina?

Plan polémico desde sus inicios
El área conocida como E1 se ubica entre el asentamiento ilegal de Maale Adumim y Jerusalén Este ocupada. Así, el plan pretende construir más de 3.400 viviendas para colonos ilegales entre ambos puntos. La medida dividiría Cisjordania ocupada en dos, separando las ciudades del norte, Ramala y Nablus, de las del sur, Belén y Hebrón, además de aislar a Jerusalén Este.
Pero la idea no es nueva: los planes para esa construcción comenzaron en la década de 1990 con el Gobierno del entonces primer ministro Yitzhak Rabin, pero fueron congelados de manera intermitente desde 2005. El territorio abarca más de 12 kilómetros cuadrados.
Al encontrarse en un corredor estratégico del centro de Cisjordania ocupada, E1 ha sido considerado clave para los intentos de Tel Aviv por consolidar su control sobre el “Gran Israel”, y una línea roja tanto para los palestinos como para gran parte de la comunidad internacional.
El Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén, un centro de estudios israelí, sostiene que la construcción en E1 es necesaria para garantizar la seguridad de Maale Adumim y evitar que quede “aislado”. Sin embargo, analistas palestinos lo ven como parte de un proyecto político más amplio que lo que busca realmente es aislar a Jerusalén Este ocupada.

Un “golpe de gracia” para impedir la solución de dos Estados
Los palestinos destacan que Jerusalén Este ocupada es la capital de su futuro Estado, apoyándose en resoluciones internacionales que rechazan tanto la ocupación israelí de 1967 como la posterior anexión de la ciudad en 1980.
Pero el plan E1 arrasa con esta posibilidad, y lo hace con intención. El ministro de Finanzas Bezalel Smotrich celebró el avance del proyecto con palabras que no dejan dudas: “Este es un paso significativo que prácticamente borra el engaño de los dos Estados y consolida el control del pueblo judío sobre el corazón de la Tierra de Israel”.
“El Estado palestino está siendo borrado de la mesa no con lemas, sino con hechos. Cada asentamiento, cada barrio, cada vivienda es otro clavo en el ataúd de esta peligrosa idea”, agregó Smotrich.
En la misma línea, la ONG israelí Peace Now describió el plan como un “golpe de gracia” para la solución de dos Estados, advirtiendo que dividiría Cisjordania ocupada y aislaría aún más Jerusalén Este.
Según analistas, la decisión también busca enviar un mensaje político frente a los recientes anuncios de países como Reino Unido, Francia y Australia, que adelantaron su intención de reconocer al Estado palestino durante la Asamblea General de la ONU en septiembre. Pero sin territorio “no hay nada que reconocer y nadie a quien reconocer”, sostuvo de hecho Smotrich.

La ONU considera ilegal los asentamientos
La ONU y gran parte de la comunidad internacional consideran ilegales los asentamientos israelíes. El organismo ha advertido en múltiples ocasiones que la expansión de colonias ilegales amenaza la viabilidad de la solución de dos Estados.
“El secretario general (António Guterres) condena la decisión del Comité Superior de Planificación (israelí) de otorgar aprobación para más de 3.400 unidades de vivienda en la zona E1 de la Cisjordania ocupada”, dijo Stéphane Dujarric, portavoz de António Guterres.
Añadió que los asentamientos israelíes constituyen una violación del derecho internacional y contravienen directamente las resoluciones de las Naciones Unidas, y que el avance de este proyecto constituye una amenaza existencial para la solución de dos Estados.
Una medida que abre la puerta a más asentamientos
Según la Comisión Palestina contra la Colonización y el Muro, Israel ha levantado al menos 710 asentamientos y puestos militares en Cisjordania desde 1967, lo que equivale a un asentamiento cada ocho kilómetros cuadrados.
En paralelo al plan E1, el Subcomité de Asentamientos de la Administración Civil de Israel también aprobó un plan para construir 342 viviendas adicionales en el asentamiento Asahel, entre el este y el oeste de la zona de Hebrón, informó el diario Yedioth Ahronoth.
Además, el lunes se conoció que colonos ilegales instalaron un nuevo asentamiento al este de la ciudad de Duma, al sur de Nablus, según informó la Organización Al-Baydar para la Defensa de los Derechos Beduinos en un comunicado. El grupo señaló que fue establecido el viernes a solo 400 metros de la comunidad beduina Shakara y que, desde entonces, se realizaron trabajos de nivelación en el nuevo asentamiento.
Así, se evidencia que el plan E1 no es aislado, sino parte de una estrategia de expansión más amplia. Si Israel ignora las críticas internacionales por este megaproyecto, nada sugiere que detenga otros asentamientos. Por el contrario, consolida un patrón de ocupación territorial que avanza con total impunidad.
Esto ocurre incluso después de que en julio pasado la Corte Internacional de Justicia declarara ilegal la ocupación israelí del territorio palestino, y ordenara la evacuación de todos los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Cabe destacar que, además, sigue aumentando la violencia en toda la zona. Desde el inicio de la ofensiva en Gaza en octubre de 2023, al menos 1.014 palestinos han muerto y más de 7.000 han resultado heridos en Cisjordania ocupada a manos de fuerzas israelíes y colonos ilegales, según el Ministerio de Salud.
Solo en julio, colonos ilegales llevaron a cabo 466 ataques contra palestinos y sus propiedades en toda Cisjordania ocupada, que se cobraron la vida de cuatro personas y causaron el desplazamiento forzado de dos comunidades que incluyen a 50 familias palestinas, según la Comisión Palestina de Colonización y Resistencia al Muro.
