Bogotá fue escenario este viernes de la V Cumbre de Países Amazónicos, donde los presidentes de Colombia, Brasil y Bolivia alcanzaron acuerdos históricos que instan a las ocho naciones de la cuenca amazónica a actuar con urgencia frente a la crisis climática que ya amenaza a millones de personas.
El encuentro cerró con la aprobación de la denominada ‘Declaración de Bogotá’, un frente común que los miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) presentarán en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP30), que se celebrará del 10 al 21 de noviembre en Belem do Pará, Brasil.
Entre otros compromisos, el documento insta al bloque amazónico —creado en 1978 y compuesto por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela— a “reforzar de manera urgente las acciones frente a la crisis climática”, con el objetivo de cumplir la meta del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.
“Debemos fortalecer la acción colectiva de todos los países amazónicos. No hay otro camino”, afirmó Arce, quien calificó la reunión como “muy productiva” y destacó los avances hacia “una propuesta unificada y sólida” que amplifique la voz de la sociedad y los pueblos indígenas.
Por su parte, Lula, anfitrión de la COP30, resaltó la creación de un centro internacional de cooperación policial para la Amazonia, que desde septiembre funcionará como una “flota común” destinada a reforzar la lucha contra las mayores amenazas que enfrenta el “pulmón verde del planeta”.
“Tras el calentamiento global, el mayor enemigo de la Amazonia es el narcotráfico. Mafias dedicadas al transporte de cocaína, marihuana, oro y la minería ilegal han convertido la selva en mercancía”, señaló Petro.
Además de los presidentes de Bolivia, Brasil y Colombia, asistieron la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, y los cancilleres de Perú, Elmer Schialer; Surinam, Melvin Bouva; y Venezuela, Yván Gil, entre otros.
Los altos funcionarios mantuvieron también reuniones bilaterales privadas y dialogaron con líderes indígenas, quienes exigieron que las promesas se traduzcan en acciones concretas para proteger la mayor selva tropical del mundo.
“Los mensajes de los pueblos indígenas y de la sociedad civil son un aporte fundamental para garantizar políticas públicas inclusivas, participativas y resilientes”, señaló el canciller peruano.
Voces diversas
La cumbre presidencial concluyó cuatro días de encuentros en Bogotá que reunieron a autoridades, científicos y representantes de la sociedad civil.
Un día antes, los ministros de relaciones exteriores de los ocho países de la OTCA aprobaron veinte resoluciones que abarcan desde la creación de un mecanismo financiero hasta el fortalecimiento institucional del bloque, la seguridad alimentaria, la gestión del riesgo climático y el reconocimiento de los pueblos indígenas y sus saberes ancestrales.
Ese mismo jueves, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, lideró un encuentro con jóvenes, académicos, líderes indígenas y afrodescendientes como parte de los ‘Diálogos Regionales’ del Balance Ético Global, una iniciativa de la ONU y Brasil que busca recoger la voz de la ciudadanía mundial sobre medidas éticas para enfrentar la crisis climática, que serán presentadas en la COP30.
En cuanto a la próxima cumbre climática, Lula pidió que sea “la COP de la verdad” y que no se quede en “discursos ni promesas vacías”.
Declaración de Bogotá
Con el objetivo de consolidar los compromisos asumidos en la Declaración de Belém de 2023, la Declaración de Bogotá reafirma la decisión de los países amazónicos de intensificar sus acciones climáticas y llama a avanzar hacia una transición energética justa y equitativa, así como a combatir la pobreza y la desigualdad en la región.
El texto subraya la necesidad de fortalecer medidas que garanticen el derecho al agua potable, proteger a los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (Piaci) y alerta sobre el incremento de delitos ambientales, especialmente el tráfico de fauna y flora silvestres y la minería ilegal.
Asimismo, la declaración se compromete a apoyar el lanzamiento del Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés) durante la COP30, una iniciativa de 73 países en desarrollo destinada a financiar la lucha contra la deforestación y evitar que la Amazonia alcance un punto de no retorno.
Finalmente, la declaración agradece a Ecuador por ofrecerse para convocar y organizar la VI Reunión de Presidentes de los Estados del Tratado de Cooperación Amazónica en 2027.