En Gaza, el hambre se ha convertido en un arma de exterminio masivo. Más de 100.000 niños —incluidos 40.000 bebés menores de un año— están a punto de morir por desnutrición severa y falta total de leche infantil, mientras el mundo observa en silencio. Así lo ha denunciado este sábado la Oficina de Medios del Gobierno en Gaza, que calificó la situación como una “masacre a cámara lenta” orquestada por Israel mediante el bloqueo total del enclave palestino y el cierre implacable de sus fronteras.
En medio de esta crisis sin precedentes, el Ministerio de Salud de Gaza confirmó que en las últimas 24 horas han muerto seis palestinos más, incluidos dos niños, debido al hambre. Con estas cifras, el número total de muertes por desnutrición desde octubre de 2023 asciende a 133, de las cuales 87 eran menores.
Madres obligadas a alimentar a sus bebés sólo con agua
La situación se ha vuelto insostenible para miles de familias. Las autoridades sanitarias denuncian que muchas madres, sin acceso a fórmula infantil, se ven forzadas a alimentar a sus bebés exclusivamente con agua durante días. Los hospitales y centros de salud, colapsados por los ataques, reciben cada día casos de desnutrición aguda que amenazan la vida de cientos de menores.
El jefe del Ministerio de Salud de Gaza, Munir Al-Bursh, advirtió que “la tregua humanitaria no es un momento para el silencio. Debe ser un momento para rescatar a quienes aún se aferran a la vida”. Al-Bursh urgió a permitir evacuaciones médicas inmediatas de pacientes gravemente heridos y el ingreso de suministros esenciales, como antibióticos, fórmulas infantiles y alimentos terapéuticos.
Israel, acusado de crímenes contra la humanidad
En su comunicado, la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza hizo un llamamiento a la comunidad internacional para poner fin a lo que calificó como una “campaña deliberada de exterminio contra la infancia”. Exigieron la reapertura inmediata de todos los pasos fronterizos, el levantamiento del “asedio criminal” israelí y la entrada sin condiciones de ayuda humanitaria.
“Responsabilizamos plenamente al gobierno israelí y a sus aliados internacionales por este crimen inminente contra la humanidad”, concluyó la oficina. “El silencio global es una complicidad explícita en el genocidio de los niños de Gaza”.
Una “pausa táctica” que no salva vidas
Mientras tanto, el ejército israelí anunció una “pausa táctica” en algunas zonas de Gaza “con fines humanitarios”, como Al-Mawasi, Deir el-Balah y la ciudad de Gaza. Según el comunicado, se establecerán rutas seguras para el paso de convoyes de ayuda.
No obstante, las autoridades gazatíes aseguran que estas treguas no tienen efecto si no se traducen en acciones inmediatas para salvar vidas. “Esta tregua no significa nada si no se convierte en una verdadera oportunidad para salvar vidas”, insistió Munir Al-Bursh. “Cada retraso conlleva un nuevo funeral, y cada momento de silencio cuesta la vida de un niño”.
Siguen los ataques israelíes: al menos 11 muertos más
A pesar del anuncio de la pausa, los bombardeos israelíes continuaron. Al menos 11 palestinos murieron en las últimas horas en ataques aéreos, según fuentes locales. Entre las víctimas se encuentran dos niños que murieron cuando una tienda de campaña que albergaba a desplazados fue atacada en la zona de al-Mawasi, en el oeste de Khan Younis. Otro ataque contra una vivienda en el centro de la ciudad de Gaza dejó cinco muertos y varios heridos.
Más de 59.700 muertos desde octubre de 2023
Desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023, más de 59.700 palestinos han sido asesinados, la mayoría mujeres y niños. La ofensiva ha devastado infraestructuras clave, incluidos hospitales, escuelas y sistemas de abastecimiento de agua y electricidad, sumiendo a la población en una catástrofe humanitaria sin precedentes.
En noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos en Gaza. Además, Israel enfrenta una demanda por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia por su campaña militar en el enclave.