ECONOMÍA
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Ilusión de poder: Trump apuesta por guerra arancelaria pero olvida que China controla su economía
La retórica del presidente de EE.UU. oculta una amarga realidad: China tiene un control férreo sobre la economía más grande del mundo, y la situación, con las tensiones arancelarias, sólo empeorará.
Ilusión de poder: Trump apuesta por guerra arancelaria pero olvida que China controla su economía
Desde que tomó posesión en enero para su segundo mandato, el presidente de EEUU, Donald Trump, ya ha impuesto aranceles del 20% a todas las importaciones chinas, 9 de noviembre de 2017. / AP
10 de abril de 2025

Existe un viejo dicho en los círculos diplomáticos: “La mejor arma en la geopolítica no es un misil, sino un acuerdo bien negociado”. Esta frase se cumple a la perfección en la amarga confrontación entre Estados Unidos y China.

A diferencia de lo que se cree, en esta espiral de guerra económica entre las dos superpotencias, es Beijing, y no Washington, el que parece tener todas las cartas en la mano.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, disfruta presentándose como un luchador con la misión de salvar a su país de naciones que, según él, están desangrando económicamente a su país, especialmente China. Y lo hace a través de actos de fanfarronería, retórica grosera y guerras arancelarias autodestructivas.

Sin embargo, la grandilocuencia de Trump oculta una realidad que contradice la imagen de supremacía de EE.UU. promovida por la Casa Blanca.

Si indagamos más allá de la superficie de las relaciones económicas entre EE.UU. y China, la ilusión del poder estadounidense da paso a la verdad. Una verdad que demuestra que China tiene un control firme, integral y cada vez más estricto sobre aspectos vitales de la economía de EE.UU.

El barrido silencioso de China

Con aranceles de retaliación, comercio bilateral, cadenas de suministro clave, tenencia de bonos del Tesoro de EE.UU., los BRICS, desdolarización, propiedad e influencia sobre corporaciones y universidades estadounidenses, China domina en todas estas áreas. Y lo hace sin disparar un solo misil.

A diferencia del primer mandato de Trump, la retórica de China ha respondido de manera contundente a la guerra arancelaria del 2025 de la Casa Blanca. Desde Beijing sonaron declaraciones severas: China, anunciaron, está lista para "cualquier tipo de guerra", está preparada para "luchar hasta el final", el fentanilo es una "excusa débil," y "la intimidación no nos asusta".

China respondió con represalias para golpear la economía de EE.UU. Impuso aranceles del 10% al 15% sobre 20.000 millones de dólares en importaciones agrícolas de EE.UU. También lanzó una investigación contra Google y Nvidia por violaciones antimonopolio, mientras considera acciones similares contra Intel.

Al mundo se le está llevando a debatir sobre cuán pronto los aranceles de Trump descarrilarán a China. Pero hay una confianza silenciosa en los pasillos del poder de Beijing. Esto proviene del superávit comercial definido de China sobre EE.UU., algo subestimado por los medios occidentales.

En enero, una semana antes de que Trump regresara a la Casa Blanca, China reportó un superávit comercial sin precedentes de casi 1 billón de dólares con el resto del mundo, alcanzando los 992.000 millones en 2024. El dato clave es que su superávit comercial con EE.UU. en ese año fue de 361.000 millones. No fue una buena noticia para la economía estadounidense.

En el comercio, además de quedar atrás ante China, el EE.UU. de Trump no figura ni entre los 10 países con mayor superávit comercial general.

El dominio de China en el comercio con EE.UU. viene acompañado de su determinación de diversificar su dependencia de fuentes extranjeras. El primer ministro chino Li Qiang comentó recientemente que Beijing confiaba en poder enfrentar los “choques que exceden las expectativas,” refiriéndose al impacto de la guerra arancelaria de EE.UU. en el comercio.

Es importante destacar que Li instó a los países de todo el mundo a abrir sus mercados para que puedan absorber colectivamente los choques provocados por las acciones de Trump.

Alimentos y minerales críticos

Curiosamente, China ha optado por utilizar los alimentos y la agricultura como un área para contrarrestar las provocaciones de EE.UU. Los aranceles agrícolas que Beijing ha impuesto a los productos agrícolas de EE.UU. incluyen productos frescos, algodón, granos y proteínas.

China también detuvo las importaciones de soja de empresas estadounidenses. Fue un gran golpe, ya que la soja era el principal producto agrícola de exportación de EE.UU. hacia China, con 13.000 millones de dólares en productos agrícolas comprados por China en 2024. Para diversificar, Beijing está testeando a Brasil, aliado de BRICS, como fuente de soja.

Controlar las cadenas de suministro críticas es otra área importante en la que China ha arrinconado a EE.UU. Desde minerales raros hasta productos farmacéuticos y electrónicos, China tiene un control inigualable sobre estas redes de suministro, dejando a Washington impotente y molesto.

Hoy en día, China tiene el acceso más profundo a los minerales críticos que EE.UU. y otras naciones están desesperados por conseguir. Estos minerales son de gran demanda, ya que los países los necesitan para lograr emisiones netas cero.

El cobre, el cobalto, el níquel y el litio sirven como materias primas para las baterías de vehículos eléctricos y los paneles solares. China ha tomado cuidados especiales para acorralarlos, especialmente el cobre y el cobalto extraídos en Perú y la República Democrática del Congo, el litio precioso de Argentina y el níquel de Indonesia.

De la farmacéutica a la tecnología

En el sector farmacéutico, China está dictando las reglas a EE.UU. Es un proveedor indispensable de productos farmacéuticos clave para el país, exportando productos entre 2017 y 2022 por 10.200 millones.

Además, los productores farmacéuticos estadounidenses dependen demasiado de China para obtener ganancias. En el mismo período, exportaron a China productos farmacéuticos por un valor de 9.300 millones. Pekín sabe bien lo fácil que sería cerrar el grifo para los exportadores farmacéuticos de EE.UU. mediante prohibiciones y aranceles.

China tiene ventaja sobre EE.UU. en las cadenas de suministro tecnológicas. Habiendo casi alcanzado a Estados Unidos en la tecnología de IA, como lo demuestra el éxito de DeepSeek, Beijing está persiguiendo la autosuficiencia. Quiere dejar de depender de la tecnología occidental.

En el pasado, los gigantes tecnológicos de EE.UU. como AMD, Nvidia e Intel confiaban en las exportaciones de cadenas de suministro hacia China para obtener ganancias. El año pasado, Beijing cortó eso, prohibiendo el uso de microchips de AMD e Intel en computadoras gubernamentales. También impuso restricciones similares sobre los procesadores de Nvidia.

Desafío desde BRICS

Un punto sensible para la economía de EE.UU. es el ascenso de los BRICS, en el que China juega un papel clave. La alianza comenzó con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y rápidamente ganó fuerza. El año pasado, dio la bienvenida a cuatro nuevos miembros y una docena de países asociados.

Estos desarrollos hicieron que Trump, alarmado, amenazara con aranceles del 100% a los países de los BRICS si intentaban reemplazar el dólar estadounidense por una moneda alternativa.

El grupo BRICS se mantuvo firme ante los ataques de EE.UU. Prometió ampliar su impulso por desdolarizar el comercio internacional. Dado su ascenso, podría debilitar aún más la influencia del G7, la alianza hegemónica liderada por EE.UU.

Hablando de monedas, ¿cuál es la posibilidad de que China, frente a las constantes provocaciones de la Casa Blanca, responda agresivamente vendiendo todos sus enormes bonos del tesoro de EE.UU.?

Es una pregunta incómoda que a menudo se plantea. La respuesta es que no se trata de un “si,” sino de un “cuándo” y de “cuánto.” La venta por parte de China ya comenzó en 2016.

En diciembre pasado, China redujo sus tenencias de bonos del tesoro de EE.UU. a 759.000 millones de dólares. Forma parte de la misión de Beijing de reducir sus tenencias de bonos estadounidenses, acumular oro y desvincularse de la economía de EE.UU.

La Casa Blanca aún no ha abordado este incómodo desarrollo. Pero la venta de bonos por parte de China ha dejado a los halcones económicos de Washington rascándose la cabeza, preguntándose quién financiará el enorme gasto en deuda del Gobierno de EE.UU. si Beijing se retira por completo.

De Harvard hasta la Bolsa de Valores de Chicago

El control de China sobre la economía de EE.UU. se extiende a otras áreas. Una mirada general a las inversiones chinas en industrias e instituciones de EE.UU. muestra la extensión de la penetración financiera de Beijing en territorio rival.

Las noticias sobre las intimidaciones verbales de Trump hacia China a menudo llegan a audiencias amplias. Pero esas mismas audiencias no son igualmente conscientes de que importantes empresas estadounidenses como la Bolsa de Valores de Chicago, AMC, Smithfield Foods, GE Appliances, Motorola Mobility y Legendary Entertainment Group son propiedad de inversores chinos. En 2022, se reveló que casi 5.000 empresas de propiedad china operaban en territorio estadounidense en ese momento.

Hay una influencia sustancial de China en las universidades y colegios más prestigiosos de EE.UU., especialmente en Harvard.  Entre 2013 y 2020, las entidades chinas dieron casi 1.000 millones de dólares en acuerdos y donaciones a universidades estadounidenses. Alrededor de 115 universidades recibieron beneficios financieros de fuentes chinas.

Harvard recibió donaciones por un total de 93,7 millones. Otras que se beneficiaron generosamente incluyen la Universidad del Sur de California, la Universidad de Pensilvania, la Universidad de Illinois y la Universidad Estatal de Arizona.

Cuanto más tiempo EE.UU. decida ignorar esta realidad en lugar de abordarla, más terreno podría ganar China en la economía estadounidense.

Durante Trump y después de él, EE.UU. podría seguir con su obsesión histórica de mostrar su poder militar y su megáfono diplomático. Pero al mismo tiempo, su economía pierde terreno rápidamente, silenciosamente y de manera contundente ante el dominio chino.



FUENTE:TRT World
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