La Policía de Israel allanó múltiples lugares en la ciudad de Haifa, norte del país, donde operaban medios de televisión internacionales, incluido TRT Arabi, y decomisó sus equipos.
La acción se produjo a raíz de una orden del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, de extrema derecha, que instruyó a la policía y a los servicios de inteligencia impedir las emisiones de televisión internacionales, argumentando que "ponen en peligro la seguridad del estado".
En un comunicado, la policía israelí afirmó que la operación se basó en un aviso y se realizó bajo la política de "tolerancia cero" de Ben-Gvir. Los agentes allanaron una habitación de hotel en Haifa, donde supuestamente se detectaron individuos apuntando sus cámaras hacia el puerto de la ciudad.
La policía añadió que los periodistas cuyo equipo fue confiscado han sido citados a declarar.

TRT Arabi y Al-Ghad TV, cuya sede principal está en El Cairo, confirmaron que se registraron los lugares donde se encontraba su personal y se confiscaron sus equipos.
Ese mismo día, Ben-Gvir instó al servicio de inteligencia israelí, Shin Bet, a tomar medidas contra los canales internacionales.
El ministro de extrema derecha afirmó que el Ejército de Israel había emitido directrices de censura.
Ben-Gvir afirmó que los medios estaban transmitiendo imágenes de ataques con misiles, calificando el acto como "crimen". Y añadió que había dado órdenes a la policía para que interviniera.
Durante el ataque de Irán en la madrugada de este 15 de junio, un misil impactó en una refinería de petróleo en Haifa.
El incidente, transmitido en directo por Al Jazeera, cuya sede está en Qatar, generó críticas de los medios israelíes. Las operaciones en la refinería se han suspendido desde entonces debido a los daños.