GENOCIDIO EN GAZA
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Mientras dos millones corren riesgo de morir de hambre, en Gaza resisten cultivando sus alimentos
En Gaza sortean el hambre del bloqueo israelí, sembrando donde pueden. Una historia en primera persona de cómo convertir un jardín con restos de misiles en una plantación que alimenta a una familia.
Mientras dos millones corren riesgo de morir de hambre, en Gaza resisten cultivando sus alimentos
En noviembre de 2024, limpié un pequeño jardín de escombros y fragmentos de misiles. Recordé cuando, de niño, plantaba semillas alentado por mi familia. Foto. Abdallah Al-Naami / Otros
25 de marzo de 2025

Gaza, Palestina - El mes bendito de Ramadán es un mes de ayuno para los musulmanes de todo el mundo. Las calles de Gaza solían estar llenas de celebraciones, y los niños jugaban mientras los aromas de las especias y el pan recién horneado flotaban en el aire. 

Recuerdo la emoción que sentíamos mis hermanos y yo al ayudar a nuestra madre a preparar el plato principal para el iftar, la comida con la que rompemos el ayuno. Exprimíamos limones, poníamos la mesa y nos preparábamos para rezar al atardecer.

Siempre comenzábamos con agua y dátiles, seguidos de una sopa de lentejas amarillas y calabaza, antes de pasar al plato principal, como el maqluba, un plato tradicional palestino de arroz, carne y vegetales.

Después, la familia se reunía para compartir recuerdos, entre ellos las anécdotas de la infancia de mi padre, mientras disfrutábamos de té y qatayf, una masa rellena de queso o nueces, frita y bañada en jarabe. Más tarde, íbamos a la mezquita para el Taraweeh, una oración especial del Ramadán.

Pero este año en Gaza, bajo el bloqueo israelí, todo fue muy diferente.

La soberanía alimentaria 

Durante los 17 meses del genocidio en Gaza, Israel implementó una política para hacernos morir de hambre. Y nos obligó a los palestinos a sobrevivir comiendo alimento para animales y plantas silvestres. Mi familia, por ejemplo, tuvo que depender del pan elaborado con harina llena de insectos.

Cada día, el hambre ha hecho nuestras vidas más difíciles. Por eso, sentí que tenía que dar un pequeño paso para cambiar esto y proporcionar alimentos para al menos sustentar a mi familia.

Y es que la única esperanza radica en alcanzar la soberanía alimentaria, definir nuestro propio sistema agrícola y alimentario sin depender de ayuda externa. Un objetivo conectado a nuestra lucha como palestinos por la tierra, la identidad y la autodeterminación.

Los palestinos siempre hemos estado ligados a nuestra tierra y prácticas agrícolas. La soberanía alimentaria cobró importancia tras la Nakba de 1948, cuando 750.000 palestinos fueron desplazados por las fuerzas sionistas, y durante la posterior ocupación israelí de Cisjordania en 1967.

La pérdida del acceso a nuestra tierra natal, el agua y los recursos, y la destrucción de cultivos e infraestructura agrícola, ha hecho que la soberanía alimentaria sea un aspecto vital de nuestra resistencia contra la colonización y nuestra lucha por la autodeterminación.

Siguiendo ese legado, busqué cultivar alimentos en nuestro jardín con los mejores recursos y capacidades limitadas. Esto coincidió con el hecho de que, para junio de 2024, el genocidio de Israel había destruido el 75% de las áreas agrícolas en Gaza, algo que hacía la vida aquí aún más difícil.

De jardín de escombros y esquirlas de misiles a plantación de papas y frijoles

En noviembre de 2024, limpié un pequeño jardín de escombros y fragmentos de misiles. Recordé cuando, de niño, plantaba semillas alentado por mi familia.

Planté papas viejas germinadas, cebollas y frijoles verdes en esta ocasión.

Sabía que pasarían meses antes de que pudiera cosechar algo. No importaba: al menos durante unos minutos al día, me distraía de los horrores del genocidio israelí.

Nuestra pequeña granja me dio esperanza, algo por lo que esperar cada día. En Gaza, muchos comenzaron, al igual que yo, pequeñas granjas en sus jardines, techos y hasta frente a sus tiendas en los campos de desplazados. El objetivo era siempre el mismo: reducir la dependencia de Israel para proporcionar alimentos a sus familias.

Después de cinco meses, coseché mi primera variedad de verduras. Los frijoles verdes fueron los primeros en crecer, luego llegaron las cebollas. Cada vez que sacaba una papa del suelo, sentía que había encontrado un tesoro. Y se lo llevaba a mi madre.

No será mucho, pero ha ayudado en nuestra preparación para romper el ayuno en Ramadán. Y, lo más importante, le levantó el ánimo a mi familia.

Aunque, claro, cuando vemos al resto de nuestra familia y vecinos que atraviesan grandes dificultades para comer, el entusiasmo se desvanece.

La política del hambre y la resistencia agrícola

En Gaza, la táctica de hambre de Israel tiene un grave impacto. Más de dos millones de habitantes, según el grupo de resistencia palestino Hamás, enfrentan el riesgo de morir de hambre y sed después de que Israel negara las entregas de ayuda, incluidos alimentos, agua y medicinas

Las estimaciones de organizaciones no gubernamentales que operan en la zona indican que 345.000 palestinos viven en condiciones de hambre extrema en Gaza.

Israel no deja espacio para la autodeterminación palestina ni para la soberanía sobre la tierra. Por ello, el ejército israelí se aseguró de destruir todas las granjas, campos agrícolas, equipos, invernaderos, sistemas de riego y pozos de agua en cada incursión terrestre.

Parte de las tácticas más amplias de Israel para destruir y frenar toda la capacidad de producción agrícola local palestina consistió en prohibir la entrada de semillas, fertilizantes e insecticidas en Gaza.

La política de hambre de Israel tiene como objetivo quebrar la voluntad de los palestinos y nuestro vínculo con nuestra tierra, creando un ambiente inhabitable.

A pesar de los esfuerzos israelíes, hemos resistido plantando semillas. Nuestras raíces siguen firmes en esta tierra mientras luchamos por la autodeterminación frente al hambre. Amamos la vida, y ese amor por la vida viene de nuestro amor por esta, nuestra tierra.

FUENTE:TRT Español
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