En una nueva escalada de la ofensiva contra Gaza, sometida ya durante meses a la violencia y el hambre, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Eyal Zamir, amenazó este jueves con intensificar las operaciones militares si no se libera a los rehenes israelíes en el enclave. Mientras tanto, los grupos humanitarios encienden sus alarmas por lo que llaman el “colapso total” del enclave, mientras los muertos y los heridos se multiplican con cada hora que pasa.
Durante una visita de campo a la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, el comandante Zamir, advirtió: “Continuamos con la presión operativa y estrechando el cerco sobre Hamás según sea necesario, y si no vemos avances en el regreso de los rehenes, ampliaremos nuestras actividades hacia una operación intensa y aún más significativa hasta lograr la derrota”, indicó un comunicado emitido por las fuerzas israelíes.
Las declaraciones no son aisladas. Un día antes, el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, amenazó con derrocar y retirarse del Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu si Gaza no era ocupada completamente, se establecía una administración militar y se implementaba el plan del presidente de EE.UU., Donald Trump. de trasladar a los palestinos fuera del enclave.
EE.UU. marca distancia ante polémicos comentarios de ministro israelí
Y el discurso no para ahí. Itamar Ben-Gvir, miembro de la extrema derecha dentro del gabinete de Netanyahu, aseguró en redes sociales que altos cargos republicanos de EE.UU., con quienes se reunió en la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida, expresaron su apoyo a su postura de bombardear los depósitos de ayuda humanitaria en Gaza. Una afirmación con la que Washington marcó distancia poco después.
En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, el ministro expresó: “Tuve el honor y el privilegio de reunirme con altos funcionarios del Partido Republicano en la finca de Trump en Mar-a-Lago. Expresaron su apoyo a mi postura clara sobre cómo actuar en Gaza y que los almacenes de alimentos y ayuda deben ser bombardeados para ejercer presión militar y política con el fin de traer a nuestros rehenes a casa sanos y salvos”.
Sin embargo, el Departamento de Estado de EE.UU. rechazó este jueves las declaraciones de Ben-Gvir. Y reiteró que las declaraciones del ministro israelí son una “contradicción total” con la política estadounidense.
Los comentarios de Ben-Gvir fueron realizados “a título personal” y no han sido “confirmados ni discutidos”, por funcionarios estadounidenses, destacó la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce. “Es, por supuesto, completamente contradictorio con la naturaleza de nuestro compromiso para hacer llegar alimentos y asistencia” a Gaza, subrayó Bruce.
De acuerdo con la agenda oficial de Trump, el presidente no estuvo presente en el encuentro. Un portavoz del Departamento de Estado declaró a la agencia de noticias Anadolu que no disponen de “información sobre el contenido de esa reunión privada”.
Alerta “colapso total” en Gaza por bloqueo de ayuda
Organizaciones humanitarias alertaron sobre el "colapso total" de Gaza, tras el devastador bloqueo que Israel impuso sobre la entrada de ayuda vital, el cual lleva más de 53 días. La situación en el enclave se ha deteriorado rápidamente con la reanudación de los bombardeos y la negativa a permitir el ingreso de asistencia crítica. Más de dos millones de palestinos enfrentan una grave escasez de alimentos, combustible, medicinas y agua potable.
En ese sentido, la ONU advirtió esta semana que la crisis humanitaria en Gaza ha alcanzado su punto más crítico desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023. Desde el 2 de marzo, Israel ha cerrado cruces hacia el enclave, bloqueando el ingreso de suministros vitales, pese a las reiteradas advertencias sobre hambruna y sufrimiento generalizado en el enclave devastado por la agresión.
“Existe un colapso total de la situación humanitaria”, explicó Riham Jafari, coordinadora de incidencia y comunicaciones de ActionAid Palestina, a la agencia Anadolu. Y añadió: “Hay un nivel catastrófico de inseguridad alimentaria y hambruna, que ya está afectando especialmente a mujeres embarazadas, niños y personas mayores”.
Jafari también subrayó que, al cortar la ayuda, Israel está utilizando deliberadamente el hambre como arma de guerra, una táctica que viola el derecho internacional humanitario.
“El hambre, la ayuda y los alimentos están siendo utilizados como armas de guerra, en una clara violación del derecho internacional”, denunció. “El sueño del pueblo de Gaza es conseguir un pedazo de pan o algo de comida”.
Y ese sueño se desvanece. La falta de combustible ha paralizado cocinas y panaderías, forzando a muchas a repartir alimentos crudos, como arroz sin cocer. La escasez ha disparado los precios, haciendo inaccesibles productos básicos como la harina.
En la misma linea, Shaina Low, asesora de comunicaciones del Consejo Noruego para Refugiados (NRC) en Palestina, señaló que el colapso del sistema alimentario ha llevado a que algunas personas dejen de comer por completo.
“Estamos recibiendo informes de personas que comen una vez al día o menos”, indicó. “Las cocinas que distribuyen alimentos a individuos han suspendido sus actividades desde hace algún tiempo para reunir recursos y distribuir alimentos a cocinas comunitarias”.
Según la asesora de comunicaciones, las cocinas distribuyen un millón de comidas diarias, alcanzando solo a la mitad de la población. Con las tiendas vacías y los suministros cortados, solo quedan frutas y verduras locales, pero a precios elevados.
“Se necesita todo”
La crisis alimentaria es solo una de muchas emergencias que se agravan simultáneamente en Gaza. Desde albergue, agua y combustible hasta medicinas e insumos de higiene, las necesidades humanitarias son inabarcables.
“No podemos priorizar un artículo sobre otro. Todo es necesario”, afirmó Jafari. “La gente tiene diferentes necesidades humanitarias, pero las más urgentes son refugio, comida, agua, combustible, medicina e insumos médicos, además de maquinaria pesada”.
El acceso al agua potable es crítico con la llegada del verano, ya que las comunidades dependen de fuentes contaminadas debido a la falta de combustible para las desalinizadoras. Además, se necesitan urgentemente kits de higiene, pañales, ropa y soluciones de vivienda temporales, subrayó coordinadora de incidencia y comunicaciones.
También Low advirtió sobre hospitales colapsados, con escasez de medicamentos e insumos médicos, y la reducción de combustible que limita el bombeo y transporte de agua. Las existencias están disminuyendo rápidamente en todos los sectores.
“A las personas las matan las bombas, el hambre y la falta de medicinas”
Si las condiciones siguen empeorando, Jafari teme una pérdida catastrófica de más y más vidas. “Las personas en Gaza no están siendo asesinadas solo por armas y bombardeos, sino por el hambre, la falta de medicinas y la imposibilidad de acceder a tratamiento y hospitales”.
Las mujeres embarazadas y los recién nacidos son especialmente vulnerables, con muchos bebés nacieron con bajo peso. Jafari indicó que los equipos médicos están realizando cesáreas sin anestesia, como al inicio de la ofensiva.
Además de la desnutrición, Low destacó el aumento de las enfermedades contagiosas y transmitidas por el agua. “Será aún más difícil tratar estas condiciones si no entra suficiente medicina ni suministros médicos”, añadió.
‘Un sector humanitario paralizado’
Más allá de las necesidades físicas, los trabajadores humanitarios también alertan sobre el desmantelamiento sistemático del sector. El bloqueo de Israel no solo está matando de hambre a Gaza, sino que impide que las organizaciones cumplan su labor.
“Esto no es un accidente: es una acción deliberada para impedirnos cumplir con nuestra labor”, denunció Low.
Citó la negativa de Israel a restablecer el sistema de notificación humanitaria, que antes permitía a las organizaciones coordinar con el ejército el acceso seguro a determinadas zonas.
“Vemos cómo a trabajadores humanitarios se les niega el acceso a Gaza o a otras zonas de los territorios palestinos ocupados”, dijo. “No solo a trabajadores ordinarios, también a médicos de equipos de emergencia”.
“Todo esto dificulta cada vez más que podamos hacer el trabajo que vinimos a hacer. Y son obstáculos que podrían eliminarse fácilmente… si el gobierno israelí así lo quisiera”.
Las masacres no cesan
Las bombas de Israel, mientras tanto, continúan masacrando a los palestinos en Gaza, luego de que el pasado 18 de marzo Tel Aviv rompiera el frágil alto el fuego pactado en enero.
En la madrugada de este viernes, las tropas israelíes acabaron con una familia palestina de cinco miembros tras un bombardeo sobre una tienda de desplazados en la zona de Al-Mawasi, en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, según informaron fuentes médicas.
Las víctimas, miembros de la familia Abu Taima, incluían una pareja y tres hijos de ocho, seis y cuatro años. Fueron desplazados de su hogar en el este de Jan Yunis por los ataques israelíes y se refugiaron en una tienda. El personal médico confirmó su muerte y recuperó los restos de los escombros al amanecer.
En Jan Yunis, aviones israelíes atacaron dos viviendas en Al-Manara, sin víctimas reportadas. Además, un dron israelí lanzó una bomba cerca de civiles en Abasan al-Kabira, sin heridos.
Desde octubre de 2023, Israel ha matado a casi 51.400 palestinos, la mayoría mujeres y niños, en el enclave devastado de Gaza.
La Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Gaza.
Israel también enfrenta un caso por genocidio en la Corte Internacional de Justicia por su ofensiva contra el enclave, lo que ha provocado que este sea casi inhabitable.