En un giro abrupto de su posición sobre la guerra de Rusia y Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Washington reanudará el envío de armas a Kiev, apenas días después de haber detenido algunas entregas clave para la defensa de ese país. La decisión llega en un momento crítico para Ucrania, que enfrenta una escalada de ataques aéreos de Moscú y una creciente presión en el frente de batalla.
“Vamos a enviar más armas. Tenemos que hacerlo. Ellos (Ucrania) tienen que ser capaces defenderse. Están siendo golpeados muy fuerte ahora”, declaró Trump a la prensa este lunes, durante una cena en la Casa Blanca junto al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. “Vamos a enviar más armas, principalmente defensivas”, añadió.
También mencionó al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y dijo que estaba “decepcionado” con él por no haber terminado la guerra. “No estoy contento con eso”, enfatizó.
El cambio de postura de Trump se da luego de que el Pentágono confirmara la semana pasada que retendría los envíos de misiles antiaéreos, artillería guiada de precisión y otros equipos debido a preocupaciones sobre la disminución de los inventarios estadounidenses.
Presión ucraniana y advertencias desde Kiev
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, confirmó que, tras una llamada con Trump el pasado viernes, acordaron fortalecer la capacidad de defensa aérea del país frente a los bombardeos intensificados por parte de Rusia. “La defensa aérea es lo principal para proteger la vida”, escribió Zelenskyy en Telegram.
Kiev le había pedido a Washington más misiles Patriot y sistemas de defensa para proteger sus ciudades. La suspensión temporal de entregas por parte de EE.UU. fue recibida con preocupación por Ucrania, que advirtió que la decisión podría debilitar su capacidad de respuesta ante los avances rusos.
Alemania por su parte indicó que está en conversaciones para adquirir sistemas Patriot destinados a Ucrania con el fin de suplir la brecha ocasionada por el retraso estadounidense.
Intensificación de ataques rusos
En los últimos días, Rusia ha incrementado de manera significativa sus ataques aéreos. Según datos proporcionados por Zelenskyy el lunes, en sólo una semana Moscú ha lanzado más de 1.270 drones, 39 misiles y cerca de 1.000 bombas planeadoras contra territorio ucraniano. La ofensiva ha cobrado la vida de al menos 11 civiles y ha dejado más de 80 heridos, incluidos siete niños, según autoridades locales.
Entre las regiones más golpeadas se encuentran Járkov, Odesa, Donetsk, Sumy y la capital Kiev, donde los restos de drones derribados provocaron daños en varios distritos. En Donetsk, al menos siete personas murieron y nueve resultaron heridas, mientras que en Sumy se reportaron dos muertos y dos heridos por ataques con drones de corto alcance.
Además, los bombardeos rusos han apuntado de manera repetida contra centros de movilización militar en un aparente intento de obstaculizar los esfuerzos de reclutamiento del ejército ucraniano.
La política de “Estados Unidos primero”
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que la suspensión inicial de las entregas a Ucrania fue parte de una revisión global del envío de armas y asistencia militar a todos los países. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, habría ordenado este análisis para asegurar que toda ayuda militar esté alineada con los intereses estratégicos de Washington bajo la doctrina de “Estados Unidos primero”.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, confirmó que, por orden directa de Trump, las entregas se reanudarán para garantizar que “los ucranianos puedan defenderse mientras trabajamos por una paz duradera y el cese de la violencia”.
Mientras la administración Trump afirma que su prioridad es lograr una salida rápida al conflicto, el panorama en el terreno sigue deteriorándose. La combinación de una ofensiva aérea intensificada, presión en múltiples frentes y una situación compleja, mantiene a Ucrania dependiendo fuertemente del respaldo occidental.