Bad Bunny, cantante boricua de reguetón, se ha convertido en una voz ubicua en Latinoamérica dada la popularidad de su música. Pero ahora, con su más reciente álbum, DeBÍ TiRAR MáS FOToS (2025), también se lanzó a enseñarles a sus oyentes la historia de lucha y resistencia de Puerto Rico. Al punto que, según reportes, la Universidad de Yale –una de las instituciones más emblemáticas de la élite estadounidense– ofrece un curso del profesor latino Albert Laguna sobre el reguetonero. Según la descripción del curso, los estudiantes tendrán la oportunidad de analizar la estética y la política del artista, así como el colonialismo de EE.UU. en Puerto Rico.
Aunque no es la primera vez que se ofrece un curso universitario sobre Bad Bunny —ya que en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también se han impartido clases sobre su música—, su inclusión en una institución de la llamada Ivy League, un grupo de ocho universidades élite de Estados Unidos, representa un avance importante para la visibilidad de Puerto Rico, cuya condición como territorio no incorporado de EE.UU. suele resultar poco conocida para el público. Incluso cuando “PR”, como lo llama Bad Bunny, ha sido una colonia de Estados Unidos por 127 años.
Un disco de tradición y protesta
Bad Bunny, cuyo nombre de pila es Benito Martínez Ocasio, hizo historia con su álbum DeBÍ TiRAR MáS FOToS al romper definitivamente con los estereotipos sobre el reguetón: presentó un trabajo considerado tanto político como bailable. Las letras abordan temas cotidianos de la puertorriqueñidad, como la playa, el desamor, y la amistad, al mismo tiempo que expresan un contenido político, e incorporan géneros tradicionales de la isla como la plena y la salsa. El álbum también destaca por sus colaboraciones con artistas puertorriqueños menos conocidos, como Los Pleneros de la Cresta y Chuwi, señalando la intención de Bad Bunny de impulsar la visibilidad de los nuevos talentos locales.
Con DeBÍ TiRAR MáS FOToS, Bad Bunny apela al uso del cine y de gráficas sobre la historia de Puerto Rico para acompañar sus canciones. Lo que convierte al álbum en una clase sobre la historia de la isla bajo una mirada descolonial, pues resalta sus luchas y resistencias. De hecho, colaboró con Jorrel Meléndez-Badillo, profesor de historia de la Universidad de Wisconsin y autor de “Puerto Rico: historia de una nación”, para incluir breves relatos sobre la historia y sucesos clave puertorriqueños en los videos de cada canción en YouTube. Además, en enero pasado, el artista publicó un cortometraje sobre colonización y desplazamiento que retrata Puerto Rico en un futuro distópico, donde la población nacida en la isla se convierte en una minoría en su propio territorio. La producción se hizo en colaboración con el director puertorriqueño Ari Maniel Cruz y el actor Jacobo Morales.
De reguetonero comercial a voz política
Este desarrollo en su música y mensaje ilumina el recorrido sociopolítico de Bad Bunny. En solo seis años pasó de trabajar en un supermercado en Puerto Rico a convertirse en un ícono, llenando el estadio de los Yankees de Nueva York en dos ocasiones consecutivas, tras vender más de 100.000 entradas y acumular miles de millones de reproducciones en plataformas digitales como Spotify.
Al inicio de su carrera, su música no se diferenciaba mucho de la de otros reguetoneros de Puerto Rico como Daddy Yankee o Don Omar, con un enfoque en el materialismo, el dinero fácil y los placeres cotidianos. Sin embargo, con el tiempo, su tono se volvió más político. Con la canción "El Apagón", incluida en su álbum “Un Verano Sin Ti” (2022), Bad Bunny criticó de manera explícita lo que consideró el mal manejo del gobierno puertorriqueño durante la recuperación del huracán María, que impactó la isla con una fuerza de categoría 5 y destruyó gran parte de la infraestructura del territorio. En este sentido, la canción hace referencia a los apagones que afectan a la isla y dejan a sus residentes sin electricidad durante horas o incluso días.
La canción termina con un llamado al arraigo y al rechazo al desplazamiento de los puertorriqueños: “Yo no me quiero ir de aquí / No me quiero ir de aquí / Que se vayan ellos, que se vayan ellos”. Y luego añade: Lo que me pertenece a mí / Se lo quedan ellos / Que se vayan ellos”. Medios locales atribuyen este fenómeno de desplazamiento a la llegada de extranjeros atraídos por medidas como la Ley 22, que exime de impuestos a inversionistas que se mudan al territorio. En zonas del área metropolitana, como Río Piedras y Puerta de Tierra, este fenómeno ha impulsado movilizaciones contra la gentrificación, una realidad que se refleja en el coro de la canción: “Esta es mi playa, este es mi sol, esta es mi tierra, esta soy yo”.
Crítica al despojo colonial
La canción en DeBÍ TiRAR MáS FOToS que plasma la problemática política por la que atraviesa Puerto Rico es “Lo que le pasó a Hawái”. La composición aborda la desposesión que siguió al huracán María, y la posterior pandemia, que por razones económicas obligó a muchos puertorriqueños a emigrar a Estados Unidos en busca de trabajo. Mientras la población local se va, ha llegado una ola de millonarios estadounidenses atraídos por beneficios fiscales y tierras baratas, un proceso de despojo que recuerda a las políticas que convirtieron al pueblo hawaiano en minoría en su propia tierra.

La letra sirve como advertencia a los puertorriqueños para no repetir la historia de Hawái, dónde colonos anglosajones despojaron a los nativos de su tierra: “Quieren quitarme el río y también la playa, quieren al barrio mío y que tus hijos se vayan. No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai, que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”.
Frente a distintos desafíos sociales globales, el coro ha resonado más allá de Puerto Rico, con latinoamericanos, que también hemos sufrido una historia colonial, y también palestinos que han utilizado la canción en videos para denunciar el despojo y el genocidio en Gaza.
Homenaje a la diáspora puertorriqueña
Otra de las canciones emblemáticas del álbum es “NuevaYol”, un ejemplo claro de cómo Martínez Ocasio incorpora elementos de la cultura boricua cómo el ritmo de la salsa, la experiencia de migración, el hip-hop, y el béisbol y los universaliza. La canción se ha convertido en la banda sonora de miles de videos en TikTok.
“NuevaYol” utiliza una parte de la clásica salsa “Un Verano en Nueva York”, del Gran Combo de Puerto Rico, y rinde homenaje a la diáspora puertorriqueña en Estados Unidos, con referencias a barrios como Brooklyn y Washington Heights, así como a figuras como el cantante Willie Colón y Toñita, la dueña de un bar puertorriqueño.
Entre sus trabajos más destacados está el video musical lanzado el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, para la canción “NuevaYol”. El video ofrece una crítica a la situación colonial de Puerto Rico y a la política migratoria del Gobierno del presidente Donald Trump. En él, la Estatua de la Libertad aparece cubierta con la bandera puertorriqueña, en referencia a una protesta de 1977 cuando independentistas puertorriqueños ocuparon la estatua.
Además, el video aprovecha la fecha para cuestionar la política antiinmigrante de Trump e incluye un mensaje ficticio en el que el presidente estadounidense dice en español: “Cometí un error, quiero pedir perdón a los inmigrantes en América, quiero decir en Estados Unidos. Sé que América es todo el continente.. Quiero decir que este país no es nada sin los inmigrantes. Este país no es nada sin los mexicanos, puertorriqueños, colombianos, venezolanos, cubanos”. Dejando a los oyentes de la radio con risas mientras que juegan dominós en la calle de Nueva York.
El impacto cultural y político
Más allá de su música, el fenómeno Bad Bunny representa una ruptura descolonial en las relaciones culturales entre el Sur y el Norte global. La popularidad sin precedente del cantante boricua en Estados Unidos, tanto entre la población hispanohablante como la población anglófona, y su apariencia en espacios culturales tan importantes dentro de la sociedad estadounidense cómo el espectáculos de “Saturday Night Live” o “The Tonight Show” ha permitido que el idioma español penetre entre espectadores que quizás nunca tendrían la oportunidad de interactuar con el idioma. Esto constituye un acto político en un país cada vez más hostil hacia los latinos y su cultura, especialmente tras el regreso del presidente de Trump a la Casa Blanca y la eliminación del español de las páginas web y las redes sociales de las agencias gubernamentales, a pesar de que cerca de 42 millones de hogares hablan español en el país.
¿Bad Bunny, un puente entre el Sur y el Norte global?
El éxito de Bad Bunny, que en Spotify acumula más de 80 millones de oyentes mensuales, demuestra que es posible criticar el colonialismo e imperialismo y, al mismo tiempo, producir música popular. Su rápido ascenso dentro de Latinoamérica y el Norte Global abre un nuevo espacio para la cultura latinoamericana y permite que podamos repensar la cultura cómo un espacio para proponer alternativas a los sistemas de opresión.
Algo que queda claro dado la rapidez en que se vendieron los boletos de su tour mundial, que no incluye a Estados Unidos, y su residencia de 30 conciertos en Puerto Rico que según algunas estadísticas podría tener un impacto económico de 200 millones de dólares para la isla. Es indudable que, a pesar de las críticas hacia el género de reguetón, la música de Bad Bunny muestra que es posible usar la música y la cultura como vínculos para crear conciencia sobre el legado del colonialismo y las desigualdades que genera.