El partido de ultraderecha Vox vuelve a encender el debate en España por cuenta de una controvertida propuesta: deportar a cerca de 8 millones de inmigrantes, incluidos quienes ya tienen la nacionalidad, bajo el argumento de “proteger la identidad y seguridad”.
La chispa de la polémica fueron las declaraciones de Rocío De Meer, portavoz de Políticas Sociales de Vox, en las que mencionó un proceso de “reemigración” y el derecho a “sobrevivir como pueblo”. Las respuestas condenando la propuesta no se hicieron esperar, incluyendo la del Gobierno de España que calificó los comentarios de “delirio xenófobo” y reafirmó el compromiso del país como tierra de acogida.
¿Qué dijo exactamente De Meer?
“Todos los millones de personas que han llegado recientemente y no se han adaptado a nuestras costumbres, y que en muchos casos han contribuido a aumentar la inseguridad en nuestros barrios, deberán regresar a sus países de origen”, afirmó De Meer, también diputada.
Y fue más allá: “Esto será un proceso extraordinariamente complejo de reemigración, pero nosotros apostamos por este proceso porque (...) tenemos el derecho a querer sobrevivir como pueblo”.
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, replicó estos sentimientos en su cuenta de X, afirmando que el partido pretende deportar a “todo aquel que venga a delinquir, a quien intente imponer una religión extranjera, a quien maltrate o denigre a las mujeres, a quien quiera vivir del trabajo ajeno, y a todos los menores no acompañados, porque los menores tienen que estar con sus padres”.
Aunque luego Abascal dijo no saber “cuántos” de estos inmigrantes hay, aseguró que “cuando lleguemos al gobierno, lo sabremos. Y se irán todos”. La cifra inicial de los cerca de ocho millones que planteó Vox salió de las propias declaraciones iniciales de De Meer: “Si de 47 millones de habitantes que tiene nuestro país, más o menos siete o más de siete, porque tenemos que tener en cuenta la segunda generación (de personas nacidas en España), ocho millones son personas que han venido de diferentes orígenes en un muy corto periodo de tiempo”.
Con la tormenta desatada por estos comentarios, el partido de ultraderecha y De Meer intentaron desligarse de la cifra inicial. En un vídeo publicado en redes sociales, la portavoz aseguró no saber “a cuántos hay que expulsar. No sé si uno, 100, 1.000, un millón, lo sabe el Gobierno”, uniendo filas con Abascal.
Si bien Vox está lejos de una mayoría absoluta, su ascenso en las encuestas —del 12% en 2023 al 15% en la última medición— refleja una audiencia sensible a este tipo de discursos.
Es un “delirio xenófobo”
La propuesta de Vox quedó envuelta en un torbellino de críticas provenientes del Gobierno y de diversos sectores. La Moncloa no dudó en calificarla de “delirio xenófobo”, y han lanzado un mensaje claro a quienes llegaron a España en busca de una vida digna: “No tengan miedo”.
El presidente Pedro Sánchez respondió con un mensaje en redes sociales cargado de memoria histórica: “España fue durante décadas una tierra de partida, de esfuerzo más allá de nuestras fronteras. Hoy es una tierra de acogida, y quienes llegan contribuyen con su trabajo a construir una España mejor. No olvidemos de dónde venimos para entender quiénes somos”.
Varios ministros se sumaron al rechazo. Pilar Alegría, titular de Educación, lamentó que “en España quepa un partido como Vox, pero en Vox no quepa la España plural, diversa y real que hoy somos”. Subrayó que el país fue históricamente emigrante y hoy debe ser coherente como sociedad de acogida.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, fue aún más contundente y tachó la propuesta de “vomitiva”. Además, reprochó especialmente que la repatriación masiva incluya a personas que llevan años en España en situación regular y a sus hijos españoles.
También desde el resto del espectro político llegaron reacciones cargadas de ironía y dureza. Ione Belarra, secretaria general de Podemos, respondió atacando el núcleo del discurso de Vox: “Los extranjeros que nos roban son los fondos buitre que acaparan la vivienda. Vox es el lacayo de los ricos”.
La líder de Compromís, Àgueda Micó, acusó a Santiago Abascal de copiar los métodos de la ultraderecha internacional: “Es un Trump del Temu”, ironizó, en referencia a la tienda online de productos a bajo costo.
Partido Popular mantiene postura ambivalente
Sin embargo, el Partido Popular, principal fuerza de la oposición, mantiene una postura ambivalente. Aunque ha rechazado públicamente el plan de deportaciones de Vox, no descarta una alianza futura con la formación de extrema derecha, una sombra que inquieta a amplios sectores de la sociedad española.
De hecho, el PP ya gobierna en coalición con Vox en varias comunidades autónomas y en decenas de municipios, lo que refuerza la percepción de una normalización de sus postulados.
Miguel Tellado, secretario general del PP, intentó marcar distancias con las propuestas más radicales al apelar a la aplicación rigurosa de las leyes migratorias vigentes y defender políticas “medidas” y coherentes con las directrices europeas. No obstante, su mensaje evitó condenar de forma tajante el discurso de Vox.