POLÍTICA
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Los BRICS tendrán una cumbre clave en Río: ¿qué los acerca y qué los aleja antes de este encuentro?
El grupo ampliado de los BRICS mostró una unidad inusual en cuanto al proteccionismo comercial y la diversificación monetaria, pero no logró consenso sobre la reforma del Consejo de Seguridad, revelando las dificultades de una coalición más amplia.
Los BRICS tendrán una cumbre clave en Río: ¿qué los acerca y qué los aleja antes de este encuentro?
Como presidente de turno de los BRICS en 2025, Brasil es el anfitrión de la ronda de reuniones de este año, (AP). / AP
hace 4 horas

La reciente reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los BRICS, celebrada en Río de Janeiro en abril pasado, representó un momento clave para las crecientes ambiciones del bloque, aunque también dejó en evidencia los límites del consenso en un foro cada vez más concurrido. Si bien las conversaciones llevaron a posiciones alineadas en algunos frentes, otros quedaron visiblemente sin resolver, destacando los desafíos que persisten de cara a la cumbre de líderes de julio, también programada en Brasil.

Desde su creación en 2009, los BRICS han crecido notablemente en cuanto a su alcance e influencia. La reunión en Río, que incluyó a 10 miembros plenos y trece “países socios”, reflejó tanto el creciente peso geopolítico del grupo como las complejidades diplomáticas que conlleva su expansión.

Como era de esperarse, la ampliación del grupo de países miembros condujo a discusiones más amplias y complejas. No todas las propuestas presentadas durante el encuentro lograron el apoyo unánime de los participantes.

No obstante, se alcanzó consenso en dos puntos clave de la agenda.

El enfoque central del encuentro fueron las nuevas barreras comerciales establecidas por el Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Todos los países participantes condenaron de forma colectiva el “proteccionismo comercial” estadounidense, una expresión utilizada diplomáticamente para evitar una crítica directa a Trump, aunque sus políticas eran claramente el objetivo.

El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil y actual presidente de los BRICS, Mauro Vieira, subrayó la “firme oposición” del bloque a las medidas proteccionistas. Destacó el “consenso absoluto” en torno a los “conflictos comerciales y los aranceles”. La declaración de Brasil reflejó las preocupaciones de los ministros de Exteriores sobre “el potencial de una economía global fragmentada”, posicionando a los BRICS como defensores del multilateralismo frente a las amenazas externas.

Se trató de una preocupación compartida que permitió a países con perfiles económicos muy distintos hablar bajo una sola voz. El lenguaje fue cuidadosamente neutral, pero su significado era claro: los BRICS se están posicionando como contrapeso al unilateralismo que caracteriza cada vez más la política comercial occidental.

Otro tema que ganó espacio entre los participantes fue el impulso al uso de monedas locales en el comercio bilateral. El grupo reafirmó su interés en las transacciones que dejen de lado al dólar, adoptando un enfoque cauteloso respecto a una salida rápida de la divisa estadounidense.

Durante la cumbre celebrada en Rusia el año pasado, los líderes del grupo abordaron la importancia de promover estas operaciones. La reacción de Trump fue inmediata: amenazó con imponer aranceles del 100% si los BRICS se alejaban del dólar, lo que podría poner en riesgo su dominio en los pagos internacionales.

Sin embargo, más allá de la retórica, no hubo señales concretas de cambios estructurales inminentes.

Esa cautela refleja una realidad contundente. A pesar del creciente interés por buscar alternativas, el 75% del comercio global aún se realiza en dólares. En 2023, la ONU informó que, del volumen total de comercio mundial equivalente a 32 billones de dólares, 24 billones fueron transacciones en la divisa estadounidense.

El peso económico creciente de China podría alterar eventualmente esa ecuación. Hacia finales de 2024, se proyectaba que el PIB chino alcanzaría los 18.570 billones de dólares, mientras que el de EE.UU. se situaba en 29 billones. Pero por ahora, el deseo político de reducir la dependencia del dólar va por delante de las alternativas prácticas.

Además, el recuerdo del congelamiento de 330.000 millones de dólares en activos rusos en dólares y euros en 2022 causó daños severos, potencialmente devastadores, a la reputación de las “monedas fuertes” y al sistema SWIFT. Esta medida evidenció las consecuencias negativas de usar las divisas occidentales como arma política.

Ese congelamiento impulsó la creciente cautela de los miembros BRICS ante la posibilidad de que se repitan sanciones impuestas bajo presión política estadounidense. En abril de 2022, funcionarios del Ministerio de Finanzas de China y otros entes reguladores se reunieron con bancos nacionales y extranjeros para discutir posibles represalias frente a sanciones estadounidenses.

Entre las medidas planteadas figuraban el fortalecimiento de la producción nacional de bienes estratégicos como los semiconductores, reforzar la dependencia económica de otras naciones respecto a China para reducir su inclinación a respaldar regímenes de sanciones, y disminuir la dependencia del dólar mediante la diversificación de activos.

Los países del BRICS continuarán explorando un sistema de pagos alternativo al dólar. No obstante, el ritmo de sus acciones concretas dependerá en gran medida de las decisiones que tome el gobierno estadounidense.

Una oportunidad, no un avance decisivo

Las dificultades para alcanzar consensos se han vuelto más complejas, especialmente con la incorporación de nuevos miembros en 2024, cada uno con sus propias posturas en temas globales. Si bien la expansión puede aumentar la influencia, también complica la toma de decisiones.

La señal más clara surgió en las discusiones sobre la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.

De manera significativa, la propuesta para admitir a Brasil e India como miembros permanentes del consejo obtuvo el respaldo unánime de todos los asistentes. Antes del encuentro, muchos se preguntaban si China apoyaría la candidatura de India, dado el historial de tensiones bilaterales. A pesar de eso, China decidió respaldar la candidatura india, mostrando voluntad política. Un gesto que no pasará desapercibido para Nueva Delhi.

No obstante, el grupo se abstuvo de emitir una declaración conjunta.

Según reportes, Egipto y Etiopía rechazaron cierto lenguaje. Los nuevos miembros africanos no respaldaron una resolución que identificaba a Sudáfrica como el candidato preferido de los BRICS para un Consejo de Seguridad reformado. Sin embargo, se sugirió que aún podría alcanzarse un acuerdo antes de julio, coincidiendo con la cumbre de líderes en Río.

El hecho de que no se haya emitido una declaración conjunta, solo un “comunicado del presidente”, de menor jerarquía, es revelador.

Aunque el bloque alza cada vez más la voz en asuntos comerciales y financieros, el impulso hacia una reforma institucional real parece postergado.

Aun así, el respaldo colectivo a las candidaturas de Brasil e India como actores con mayor peso en el sistema internacional, en particular en el Consejo de Seguridad, indica una conciencia compartida de que el orden posterior a 1945 necesita una revisión.

La próxima cumbre de los BRICS, programada para el 6 y 7 de julio en Río, será la verdadera prueba. Hasta entonces, queda un largo camino para alinear las posturas internas. ¿Podrá el bloque conciliar sus diversos intereses regionales para presentar una propuesta coherente de reforma del Consejo de Seguridad? ¿Y avanzará hacia una infraestructura financiera no occidental o seguirá tomando pasos con cautela?

Los desarrollos recientes marcan un progreso alentador hacia un BRICS ampliado, pero será el encuentro del próximo mes el que determine si el grupo está listo para dejar de ser solo un foro de discusión.


FUENTE:TRT Español y agencias
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