“Hemos entrado en la segunda fase de la Operación ‘Carros de Gedeón’” para cumplir los objetivos militares”, así fue cómo el jefe del Estado Mayor de Israel, Eyal Zamir, anunció formalmente el comienzo de una nueva etapa para ocupar la Ciudad de Gaza. Lo que contrasta con una reciente declaración del grupo de resistencia palestino Hamás, en la que señaló haber aceptado que se forme una administración nacional independiente de tecnócratas para gobernar el enclave, mientras espera la respuesta de Tel Aviv al acuerdo mediado desde hace casi un mes.
“Hamás sigue a la espera de la respuesta de Israel a la propuesta presentada por los mediadores el 18 de agosto, la cual fue aceptada por el grupo”, se lee en un comunicado. En ese sentido, el grupo reiteró su disposición a un acuerdo integral que incluya la liberación de todos los rehenes israelíes a cambio de un número acordado de prisioneros palestinos en poder de Tel Aviv.
Justamente, Hamás destacó que el hecho de haber aceptado una administración tecnócrata para Gaza busca abordar lo que los funcionarios israelíes han denominado la pregunta del “día después” sobre la gobernanza en el enclave: un asunto que Tel Aviv ha citado reiteradamente como justificación para prolongar la masacre de palestinos.
Además de poner fin al genocidio en Gaza, el acuerdo al que Hamás le dio luz verde contempla la retirada completa de las fuerzas israelíes, la reapertura de los pasos fronterizos para permitir que ingrese la ayuda humanitaria y el inicio de la reconstrucción del enclave.
Escalada militar
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó el comunicado de Hamás y lo calificó de “propaganda”. Una retórica que va de la mano con la escalada militar recién anunciada por Zamir en un territorio devastado por casi 23 meses de genocidio y golpeado con una hambruna impuesta que se propaga a cada minuto.
Utilizando la misma justificación que se ha repetido desde el 7 de octubre de 2023, el jefe del Estado Mayor de Israel declaró ante las tropas este miércoles que “recuperar a nuestros rehenes es tanto una misión moral como nacional”. Esta intensificación de la ofensiva se produce menos de una semana después de que el ejército israelí declarara la Ciudad de Gaza como “zona de combate peligrosa”, reflejando la creciente tensión en el terreno.
La rápida escalada de las operaciones bélicas de Israel en el enclave responden al plan de Netanyahu que el Gabinete de Seguridad de Israel aprobó el pasado 8 de agosto. El objetivo de la propuesta es reocupar gradualmente el enclave, comenzando por la Ciudad de Gaza.
Dicho plan incluye el desplazamiento de aproximadamente un millón de palestinos desde la Ciudad de Gaza hacia el sur, para luego establecer un cerco del área y ejecutar incursiones en barrios residenciales.
De hecho, como parte de estas operaciones, el ejército lanzó un gran ataque el 11 de agosto en el barrio Zeitoun, que incluyó la destrucción de viviendas con robots cargados de explosivos, fuego de artillería, disparos indiscriminados y desplazamiento forzado de la población.
El pasado 20 de agosto, Netanyahu declaró que había ordenado acelerar los planes militares para reocupar la Ciudad de Gaza, ignorando las advertencias internacionales de que esto podría provocar la destrucción total del enclave, un mayor sufrimiento para los palestinos, además de desplazamientos masivos. Pero parece que el derramamiento de sangre no ha sido suficiente para Israel.
Justamente, en el comunicado que emitió tras la declaración de Hamás, la oficina de Netanyahu afirmó que “la guerra puede terminar inmediatamente bajo las condiciones establecidas por el Gabinete (de Seguridad): la liberación de todos los rehenes, el desmantelamiento de las armas de Hamás, la desmilitarización de Gaza, el control de seguridad israelí en el enclave y el establecimiento de un gobierno civil alternativo que no eduque para el terrorismo, no envíe terrorismo y no amenace a Israel”.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también declaró este miércoles que “todos los soldados israelíes retenidos en Gaza deben ser liberados”.
El costo sobre la infancia: al menos 21.000 discapacitados por ofensiva israelí
Los casi dos años de ofensiva brutal sobre Gaza han tenido un impacto devastador en la población civil, especialmente en los niños. Un comité de las Naciones Unidas informó este miércoles que los ataques israelíes, que comenzaron el 7 de octubre de 2023, han dejado al menos a 21.000 niños discapacitados.
En total, cerca de 40.500 niños han sufrido “lesiones nuevas relacionadas con la ofensiva”, y más de la mitad de ellos quedó en condición de discapacidad, indicó el Comité de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Al revisar la situación en los territorios palestinos, la entidad señaló que las órdenes de evacuación israelíes en Gaza eran “a menudo inaccesibles” para personas con discapacidades auditivas o visuales.
Para ilustrarlo, el miembro del comité Muhannad Al Azzeh citó el caso de una madre sorda en la ciudad de Rafah que fue asesinada junto a sus hijos al no conocer las instrucciones de evacuación. “Los informes también describen a personas con discapacidades siendo forzadas a huir en condiciones inseguras y poco dignas, como arrastrarse por arena o barro sin asistencia para moverse”, agregó el comité.
A lo que se suma que las restricciones a la ayuda humanitaria en Gaza afectan de manera desproporcionada a la población con discapacidad, afirmó el comité. “Las personas con discapacidades enfrentaron graves interrupciones en la asistencia, dejando a muchas sin alimentos, agua potable ni saneamiento, y dependientes de otros para sobrevivir”, indicó.
Restricciones a la ayuda
Ahora bien, no son sólo los ataques. La decisión de centralizar la distribución de ayuda a través de la polémica Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por Tel Aviv y Washington, también ha dificultado considerablemente el acceso de las personas con discapacidad a la asistencia que tanto necesitan, advirtió el comité.
La GHF cuenta con cuatro puntos de distribución en todo el territorio, mientras que el sistema que la ONU implementó para estos fines tenía prácticamente unos 400. "No podemos esperar que los niños con discapacidad puedan correr e ir a los puntos de ayuda", declaró Azzeh. "Por eso, una de nuestras principales recomendaciones es que se priorice la ayuda humanitaria para los niños con discapacidad", añadió.
También hay que recordar que diversas organizaciones humanitarias, incluida la propia ONU, han denunciado estos puntos de distribución como “trampas mortales”, por cuenta de los cientos de palestinos que han sido asesinados bajo el fuego de las fuerzas israelíes cuando acudieron en busca de alimentos. Obstáculos físicos, como los escombros de los bombardeos y la pérdida de movilidad, también han impedido que las personas lleguen a los puntos de ayuda reubicados.
El informe además indicó que el 83% de las personas con discapacidad había perdido sus dispositivos de asistencia, y la mayoría no podía permitirse alternativas como carretas tiradas por burros. Por eso, el comité expresó su preocupación por el hecho de que dispositivos como sillas de ruedas, andadores, bastones, férulas y prótesis fueran considerados "artículos de doble uso" por las autoridades israelíes y, por lo tanto, no se incluyeran en los envíos de ayuda.
La cifra de muertos por la hambruna en Gaza alcanza los 367
En simultáneo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió que la grave crisis alimentaria en Gaza sigue empeorando, poniendo en riesgo a miles de niños.
La portavoz de la organización, Tess Ingram, declaró a la agencia de noticias Anadolu que las tasas de desnutrición entre los niños son extremadamente altas, y que las familias luchan por encontrar algo de comida y agua para sus hijos.
“Aproximadamente entre el 15% y el 20% de los niños evaluados están desnutridos, muy por encima de los umbrales de emergencia”, señaló Ingram, y agregó que más de 110 menores en Gaza ya han muerto por hambruna. Más de la mitad de estos fallecimientos han ocurrido este año. Ninguna zona de Gaza es segura en medio de los bombardeos continuos, y la ayuda humanitaria resulta insuficiente, afirmó la portavoz.
“En la Ciudad de Gaza, esta semana he visitado varias clínicas de desnutrición y estamos viendo tasas realmente altas de malnutrición entre los niños. Esto supera los umbrales de hambruna”, agregó. Ingram advirtió sobre el riesgo urgente para la vida de los niños y subrayó que “el mejor remedio para una hambruna es un alto el fuego. Pero, de no ser así, necesitamos abrir todos los pasos fronterizos”.
La gravedad de la situación se refleja en las cifras oficiales: el número de muertos por la hambruna en Gaza ha alcanzado los 367, incluidos 131 niños, luego de que seis personas más, entre ellas un niño, murieran en las últimas 24 horas por la hambruna forzada y la grave desnutrición provocadas por Israel, informó el miércoles el Ministerio de Salud del enclave palestino.
Los bombardeos continúan
Mientras la población lucha por sobrevivir a la escasez de alimentos, continúan los ataques de Israel sobre el enclave. Este jueves al menos 46 personas murieron en bombardeos de las fuerzas israelíes, informaron médicos y el Ministerio de Salud del enclave palestino. Entre las víctimas se encuentran mujeres, niños y una embarazada.
Los ataques impactaron viviendas residenciales y refugios de desplazados en varios barrios de la Ciudad de Gaza, incluidos Nasr, Sheikh Radwan, Al Rimal, Al Daraj y Al Shujaiya, dejando además decenas de heridos. En algunos casos, helicópteros israelíes y drones bombardearon directamente los hogares, mientras que aviones de guerra golpearon edificios residenciales y tiendas que servían de refugio a desplazados.
Entre los fallecidos se incluyen miembros de familias enteras, y varios niños resultaron heridos o muertos durante los ataques. La combinación de bombardeos continuos y la hambruna creciente agrava la situación humanitaria en el enclave.
Desde octubre de 2023, Israel ha matado a más de 63.700 palestinos en Gaza.
En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza.
Además, Israel enfrenta un caso por genocidio en la Corte Internacional de Justicia debido a su ofensiva contra el enclave.