Aunque la educación es más accesible que nunca, vivimos en un mundo cada vez más interconectado y cambiante, donde la incertidumbre laboral y la IA desafían a los jóvenes a reinventarse.
”Si bien nunca ha habido tantas opciones de formación y acceso a la información como hoy, el mercado laboral cada vez es más competitivo, inestable y exige experiencia desde el primer día,” cuenta Andrés Velasco, estudiante de administración de empresas y negocios internacionales en la Universidad Panamericana de Ciudad de México, a TRT Español. “Esto genera desánimo entre muchos jóvenes”.
A pesar del desánimo que enfrentan muchos jóvenes ante un entorno incierto, algunos, como Andrés, optan por ver los desafíos como una oportunidad para evolucionar y prepararse mejor para el futuro.
El mexicano de 22 años, que trabaja para ayudar a pagar sus estudios, cree que “la clave va a estar en la capacidad de adaptación, ya que tanto la IA como la tecnología en general, pueden ser consideradas amenaza y oportunidad al mismo tiempo.”
Su opinión refleja una preocupación compartida por muchos jóvenes en el país. De acuerdo con el último reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), cuatro de cada 10 personas desempleadas en México tienen entre 20 y 29 años, lo que convierte a este grupo en el más afectado por la falta de trabajo.
Este panorama, junto con la aparición de herramientas tecnológicas que están cambiando el mercado laboral, representa un reto para estudiantes como Andrés, quien afirma: “En mi caso, si es necesario, estoy dispuesto a reinventarme”.
Nuevas oportunidades laborales
A pesar de las altas tasas de paro juvenil en numerosos países, el Foro Económico Mundial, en su Informe sobre el futuro del empleo 2025, concluye que de aquí a 2030 habrá 78 millones de nuevas oportunidades laborales.
Sin embargo, los graduados podrían enfrentarse a un panorama complicado. Algunas proyecciones estiman que la inteligencia artificial podría reemplazar hasta 300 millones de empleos a tiempo completo, lo que representaría una cuarta parte de los trabajos en Estados Unidos y Europa. Esto implicaría, por un lado, un aumento considerable en la productividad, pero también una pérdida significativa de empleos.
Aunque será necesaria una adaptación de los trabajadores, se prevé un crecimiento de capacidades tecnológicas y cognitivas tanto en el sector público como en el privado.
Los sectores con mayores cambios son aquellos donde interviene la inteligencia artificial. La ciberseguridad y el big data, por ejemplo, se han visto potenciados con profesionales expertos en tecnología o que se han adaptado a su uso.
En cambio, otros trabajadores ven cómo sus antiguos trabajos son sustituidos por microchips, como diseñadores gráficos, ingenieros o arquitectos.
Los microchips, que son un conjunto de circuitos electrónicos recogidos en una pequeña pastilla de silicio, dotan de enorme potencia y velocidad a la tecnología que necesita la inteligencia artificial (IA). Cuando esta tecnología se aplica a profesiones como las mencionadas, las tareas se pueden procesar muchísimo más rápido, lo que abre un nuevo mundo a la forma de trabajar.
La IA también se aplica a las profesiones de Humanidades
Estos avances no solo cambian las profesiones técnicas. Por ejemplo, en las salas de redacción, la IA está transformando tareas que antes realizaban humanos, como la redacción de noticias y el análisis de datos, según el informe ““Periodismo, medios y tecnología: tendencias y predicciones para 2024” del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo.
Así lo experimenta Xabier González, licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, quien pensó que acabaría dedicándose a la investigación y docencia, pero no fue así.
Sus estudios en una materia que examina de forma crítica los conceptos de la experiencia humana, la búsqueda de la verdad y la sabiduría a través del análisis y el razonamiento, parecían claves para determinar su profesión en esa línea. Pero nada de eso sucedió.
Xabier trabaja actualmente como comunicador y periodista en una editorial, utiliza la inteligencia artificial en sus tareas y considera que es probable que muchos estudiantes de humanidades “acabemos desarrollando otras habilidades no adquiridas en los grados universitarios, ya dentro del mercado laboral, y desempeñando distintos oficios durante nuestras carreras”.
A pesar de vivir en España, que tiene la tasa de paro juvenil más alta de Europa (26,5% en 2025, según la EPA), Xabier se mantiene optimista y ve la IA como una oportunidad. Aunque al principio fue reticente, ahora piensa diferente: “Creo que es una excelente herramienta para particulares que buscan más productividad o bien más tiempo ocioso”.
“De hecho, creo que es beneficiosa tanto para empresas que buscan procesos de trabajo más eficientes, como para particulares que quizás no tienen una formación tan completa y pueden servirse de ella en diversos momentos de la carrera laboral o incluso académica”, explica a TRT Español.
Si bien es consciente de que hay jóvenes preocupados por cómo esta herramienta tecnológica puede cambiar las profesiones del futuro para las que se han preparado durante años, Xabi piensa que “la suplencia en puestos laborales no será demasiado problemática. La industrialización es un claro ejemplo de cómo los trabajos, las vocaciones y los gustos de la gente, desde una perspectiva laboral, van configurándose con los nuevos procesos”.
En la próxima década, el uso de la IA en España podría aportar entre 100.000 y 120.000 millones de euros a la economía, equivalentes al 8% del Producto Interior Bruto (PIB), según un estudio encargado por Google. Sin embargo, un retraso en su adopción podría reducir ese impacto hasta solo un 2% del PIB.
Universitarios con bajas expectativas para el futuro
Las consecuencias para los universitarios de todo el mundo son evidentes. En 2024, una encuesta de Inside Higher Ed reveló que el 57% de los estudiantes en EE.UU. tenía bajas expectativas sobre su futuro profesional tras graduarse. Esto se debe a la alta competitividad del mercado laboral, la irrupción de la IA, el contexto político y la deuda estudiantil.
Aunque muchos estudiantes usan IA, menos de la mitad confía en que aumente la productividad, y menos del 20% cree que ayudará a crear empleo.
Y si bien los universitarios están actualmente habituados al uso de herramientas de IA, expresan mayor escepticismo sobre el impacto a largo plazo de esta tecnología. De hecho, menos de la mitad de los estudiantes durante el último año confía en un aumento de la productividad de los trabajadores gracias al uso de la IA y menos de una quinta parte cree que ello vaya a ayudar a la creación de empleo.
No todas las profesiones se ven amenazadas por la IA. En Estados Unidos, Sophia Gurevich, estudiante de Educación Infantil en la Universidad de Maryland, no se siente "preocupada ni abrumada" por su llegada al mercado laboral. La futura maestra, de 21 años, considera que su profesión tiene una alta demanda.
“No creo que la IA sea una amenaza específica para mi carrera, sino más bien una oportunidad. Esta herramienta puede ayudarme a crear planes de clase, fomentar la creatividad en el aula y resolver problemas”, dice Sophia, estadounidense, en diálogo con TRT Español
Profesiones como la docencia, la construcción, la robótica y los sistemas energéticos podrían ver un aumento en la demanda gracias a la implementación de la inteligencia artificial, según la encuesta de Inside Higher Education.
Según algunas proyecciones, el 60% de los trabajos actuales requerirá una adaptación significativa debido a la inteligencia artificial, en un proceso donde la automatización formará parte del ámbito laboral en los próximos 25 años. En el corto plazo, solo en Estados Unidos, el 30% podría ser automatizado y el 60% alterado por herramientas de IA.
Pero después de tener que buscar otro rumbo, Xabier, quien terminó trabajando en el área de comunicaciones utilizando IA en su día a día, destaca que hay esperanza para los futuros profesionales. “Las nuevas tecnologías no alcanzarán cotas cercanas a las del ser humano”.