Los vientos diplomáticos parecen girar hacia Palestina. Cada vez más países —entre ellos Reino Unido, Canadá y Francia— dicen prepararse para reconocer oficialmente el Estado palestino, en un esfuerzo que apunta a frenar la brutal ofensiva de Israel en Gaza y reactivar la solución de dos Estados. Mientras tanto, Tel Aviv enfrenta un colapso político interno y un aislamiento internacional que no deja de profundizarse.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, anunció este martes que su Gobierno reconocerá a Palestina como Estado en septiembre, antes de la Asamblea General de la ONU, a menos de que Israel tome “medidas sustanciales” para poner fin a la situación “atroz” en Gaza. Según el comunicado oficial, el reconocimiento británico también está condicionado a un alto el fuego, al compromiso de no anexar Cisjordania ocupada y a avanzar hacia la solución de dos Estados.
Este giro diplomático de Londres llega en un contexto de fuerte presión política interna. Más de 200 parlamentarios británicos firmaron una carta multipartidista instando al primer ministro a reconocer a Palestina como un Estado soberano de inmediato. El Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento previamente le había hecho un llamado al Gobierno, afirmando que el reconocimiento debe hacerse “con valentía y determinación”.
Además, Emily Thornberry, presidenta del comité, declaró que existe “una enorme frustración entre muchos ciudadanos británicos porque el gobierno ha actuado constantemente de forma tardía e insuficiente”.
En la misma línea, Canadá también ha comenzado a debatir internamente el reconocimiento de Palestina, además de si este estaría condicionado, según reportes de medios locales.
Los informes citan a una fuente anónima que este martes aseguró que aún no se ha tomado una decisión, pero que el primer ministro Mark Carney prevé tener una reunión virtual con su gabinete este miércoles para abordar la situación en Oriente Medio. Los reportes se conocieron poco después de que Carney hablara con su homólogo británico, Starmer, sobre la situación de Gaza.
La ministra de Relaciones Exteriores, Anita Anand, reafirmó el compromiso de Ottawa con una solución negociada: “A pesar de la complejidad de la situación, nuestra presencia colectiva hoy refleja un sólido apoyo internacional a una solución negociada, una que garantice la autodeterminación palestina y la seguridad israelí”, declaró.
Estos desarrollos a los dos lados del Atlántico se suman a un clima de creciente ímpetu por reconocer un Estado palestino. La semana pasada, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró que su país reconocerá a Palestina durante la Asamblea General de la ONU en septiembre. Aunque no condicionó públicamente su decisión, se enmarca en una política exterior que insiste en una solución de dos Estados.
Actualmente, 149 de los 193 Estados miembros de la ONU reconocen oficialmente a Palestina. Esta cifra ha aumentado desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza en octubre de 2023, que ha matado a más de 60.000 personas y ha dejado una devastación generalizada en el enclave palestino.

¿Qué implica este reconocimiento?
El reconocimiento del Estado de Palestina por parte de más países tiene un impacto político, simbólico y legal. Es una forma de presión diplomática que refleja el creciente aislamiento global de Israel y una advertencia clara: la comunidad internacional no aceptará la normalización de la ocupación, la anexión ni la expansión de asentamientos ilegales en territorios palestinos.
Este gesto político también busca reactivar la solución de dos Estados. Como dijo el embajador de Palestina ante la ONU, Riyad Mansour, la unidad internacional a favor del reconocimiento debe traducirse en acciones concretas que impulsen la implementación real para la existencia del Estado palestino.

Durante una cumbre en Nueva York, Mansour también subrayó que estos avances internacionales son esenciales para alcanzar la membresía plena en la ONU, un objetivo que Estados Unidos vetó en mayo de 2024. La mayoría de países “ahora están convencidos que, tras 80 años de la Nakba y la ocupación, ha llegado el momento de una solución natural y legal, basada en la legitimidad internacional”.
La solución de dos Estados, que se basa en el derecho internacional y cuenta con un amplio respaldo, establece que ambos “deben ser independientes, contiguos, democráticos y soberanos, reconocidos por todos y plenamente integrados en la comunidad internacional”. En pocas palabras, que un Estado palestino pueda existir, así como lo hace Israel, dentro de las fronteras reconocidas en 1967.
También está la parte humana. Para millones de palestinos desplazados, este tipo de reconocimientos reavivan la esperanza de regresar algún día a una tierra soberana y vivir en paz. No obstante, analistas y exfuncionarios palestinos advierten que el reconocimiento, por sí solo, no es suficiente. Xavier Abu Eid, exasesor de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), explicó a TRT World en 2024 que “el reconocimiento es solo un paso, no la meta”, ya que debe ir acompañado de medidas tangibles que garanticen soberanía efectiva y una paz duradera.
El reconocimiento tiene también una dimensión legal. Aceptar la existencia de un estado implica reconocer su derecho a la autodeterminación, es decir, el derecho de su pueblo a decidir su propio futuro político y a vivir en un Estado soberano. Esa soberanía contempla una población permanente, un territorio definido, un gobierno propio y la capacidad para relacionarse con otros Estados, según la Convención de Montevideo de 1933.
A lo que se suma que actualmente está abierto el caso por genocidio impulsado por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia. Además, en noviembre de 2024 la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad. El reconocimiento como Estado podría implicar el respaldo de la participación Palestina en organizaciones internacionales e iniciativas legales.
A pesar del avance diplomático, la realidad sobre el terreno en Gaza sigue siendo catastrófica. La ofensiva en Gaza, los bombardeos contra civiles, la destrucción sistemática de infraestructuras básicas, la hambruna como arma de guerra y el genocidio continúan sin freno.
Los reconocimientos estatales, por tanto, aunque significativos, no han detenido la violencia ni garantizado la soberanía real. Como advirtió Zaid Amali, director de incidencia internacional de la ONG palestina MIFTAH, en una conversación previa con TRT World, “el genocidio en Gaza sigue en curso mientras hablamos”.
Israel pierde apoyo internacional y su crisis interna se profundiza
Mientras, la opinión pública sobre Israel está cambiando radicalmente a nivel internacional. Según una nueva encuesta de Gallup, el apoyo al genocidio de Israel en Gaza ha diminuido sustancialmente entre los adultos estadounidenses, de los cuales solo alrededor de un tercio aprueba actualmente la ofensiva en el enclave. Además, el sondeo reveló que cerca de la mitad tiene una visión desfavorable sobre Netanyahu.
La encuesta fue realizada del 7 al 21 de julio, justo cuando que los informes de hambruna en Gaza desataron críticas internacionales contra la decisión de Israel de restringir la ayuda alimentaria
Asimismo, Israel también sufre de una crisis política interna cada vez más profunda. El líder de la oposición, Yair Lapid, criticó fuertemente al Gobierno de Netanyahu por llevar al país a una “catástrofe política”, en medio de la frustración por la continuada ofensiva genocida en Gaza y el fracaso en alcanzar un acuerdo para finalizarla y devolver a los rehenes.
"Este gobierno nos ha llevado a una catástrofe política. Un fracaso tras otro", escribió Lapid en X el martes.
Además, criticó al primer ministro por estar "ausente de la arena política" y calificó al ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa'ar, de "inútil", añadiendo que los ministros del gabinete "ponen en peligro a los soldados israelíes cada vez que abren la boca".
Lapid dijo en una declaración en video que Netanyahu había perdido efectivamente el control de su gobierno: "Este ya no es el Gobierno de Netanyahu", dijo Golan. "Este es el Gobierno de Smotrich y Ben-Gvir", quienes “representan la franja más extremista de la sociedad israelí", dijo.
"Están marcando la política gubernamental actual, enviando a nuestros hijos a morir en el campo de batalla, saboteando los acuerdos de liberación de rehenes y prolongando esta guerra indefinidamente".

El genocidio de Israel en Gaza
Israel ha matado a más de 60.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, en su matanza en el enclave bloqueado.
Se teme que unos 11.000 palestinos estén enterrados bajo los escombros de sus casas destruidas, según la agencia oficial de noticias palestina WAFA.
Los expertos, sin embargo, sostienen que el número real de muertos excede significativamente lo que han informado las autoridades de Gaza, que estiman que podría ser alrededor de 200.000.
A lo largo del genocidio, Israel ha reducido a ruinas la mayor parte del enclave bloqueado y prácticamente ha desplazado a toda su población.