Una vez más, los mecanismos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se detienen por una sola mano levantada: la de Estados Unidos. Washington vetó este miércoles una resolución que pedía un “alto el fuego inmediato, incondicional y permanente” en Gaza, a pesar del respaldo abrumador de 14 de los 15 miembros del Consejo.
El borrador de la resolución expresaba una "grave preocupación por la catastrófica situación humanitaria, incluido el riesgo de hambruna", y recordaba a todas las partes su obligación de respetar el derecho internacional humanitario y los derechos humanos.
El texto exigía el levantamiento de todas las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, donde más de dos millones de palestinos afrontan una crisis de hambruna sin precedentes. También pedía la “liberación inmediata, digna e incondicional de todos los rehenes”.
Este proyecto fue propuesto por Eslovenia en nombre de los 10 miembros electos del Consejo —Argelia, Dinamarca, Grecia, Guyana, Panamá, Pakistán, Corea del Sur, Sierra Leona, Somalia y la propia Eslovenia— y recibió 14 votos a favor. Solo Estados Unidos votó en contra.
Un patrón de bloqueo: quinto veto de EE.UU. en Gaza
Con este, ya son cinco los vetos que EE.UU. ha impuesto a proyectos de resolución del Consejo de Seguridad que pedían un alto el fuego urgente en Gaza. Los anteriores ocurrieron en octubre y diciembre de 2023, así como en febrero y noviembre de 2024. En otras ocasiones, se abstuvo.
La jefa interina de la delegación estadounidense, Dorothy Shea, adelantó que el veto “no debería ser una sorpresa”. Aseguró que la resolución era “inaceptable por lo que dice, por lo que no dice y por la manera en que se ha impulsado”. Acusó al grupo de resistencia palestino Hamás de bloquear acuerdos y reiteró que "Israel tiene derecho a defenderse", y alegó que la ONU debería designar a Hamás como “grupo terrorista”.
"Cualquier propuesta que socave la seguridad de nuestro aliado, Israel, es un punto muerto", sentenció Shea.
Una “mancha moral” para el Consejo de Seguridad
Consecuentemente, varios miembros del Consejo de Seguridad de la ONU criticaron duramente la decisión de Estados Unidos y expresaron su frustración.
El resultado de este veto será “no solo una mancha moral en la conciencia de este Consejo, sino un momento político fatídico que resonará por generaciones”, advirtió el embajador de Pakistán ante la Naciones Unidas, Asim Ahmad.
Luego, el embajador chino ante la ONU, Fu Cong, denunció que el resultado de la votación “vuelve a dejar en evidencia que la raíz de la incapacidad del Consejo para detener el conflicto en Gaza es la obstrucción repetida de Estados Unidos”.
Desde la delegación palestina, el embajador ante la ONU, Riyad Mansour, fue contundente y exhortó al Consejo a actuar: “Todos seremos juzgados por la historia según cuánto hayamos hecho para detener este crimen contra el pueblo palestino”.
El grupo de resistencia palestino Hamás afirmó que el veto otorga “luz verde” al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para continuar con el genocidio en Gaza. En un comunicado, calificó el veto como "una postura arrogante que refleja el desprecio de EE.UU. por el derecho internacional y su rechazo total a cualquier esfuerzo internacional para detener el derramamiento de sangre del pueblo palestino".
Eslovenia, que presentó la resolución, también criticó la decisión de Washington: “Ya basta”, dijo el embajador de ese país, Samuel Zbogar. Su par francés, Jerome Bonafont, señaló que el veto impide al Consejo “asumir su responsabilidad, pese a que la mayoría parecía coincidir en una visión común”.
Solo el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, agradeció a Estados Unidos por votar contra la resolución.
La masacre en Gaza continúa
Mientras tanto, Gaza sigue siendo “algo peor que el infierno en la Tierra”. Así lo describió la presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric, en diálogo con la BBC. Una frase que resonó ya que describe de forma directa la devastación y la magnitud de la crisis humanitaria en Gaza. Spoljaric también denunció que los gobiernos no están haciendo lo suficiente para poner fin a una ofensiva que “ha despojado a los palestinos de su dignidad humana”.
Es que los palestinos mueren a diario por bombardeos israelíes a viviendas, hospitales y refugios. Además, durante meses se les ha bloqueado el acceso a comida, agua potable y medicinas. Como expresó una mujer palestina a la BBC, los gazatíes hoy son “como esqueletos caminando por la tierra”.
A pesar de todo de las votaciones en la ONU, de las denuncias de genocidio de las cortes internacionales y de la creciente condena de países a la ofensiva de Israel, los bombardeos contra el enclave no cesan.
El jueves, los ataques israelíes mataron al menos a 10 personas en Deir Al-Balah. El portavoz de la Defensa Civil de Gaza declaró que hubo diez mártires hasta el momento como resultado de los ataques israelíes desde el amanecer.
Los reportes de palestinos que perdieron la vida el miércoles también son desgarradores: al menos 48 fueron asesinados y varios resultaron heridos en ataques en distintas zonas de Gaza, según informaron fuentes médicas a la agencia de noticias Anadolu.
En Jan Yunis, un dron israelí mató a cuatro personas, incluidos dos niños, tras atacar una tienda de campaña que albergaba a desplazados. Seis personas, entre ellas un niño, murieron por bombardeos israelíes en Yabalia, en el norte de Gaza, y en Jan Yunis, según indicó una fuente médica a la agencia Anadolu.
La agencia oficial palestina WAFA, citando fuentes médicas, informó que 18 personas murieron y varias resultaron heridas tras un ataque contra una tienda de desplazados frente a una escuela en Jan Yunis. Varios niños se encontraban entre las víctimas.
Médicos confirmaron que los cuerpos de 14 víctimas fueron trasladados al Complejo Médico Nasser en Jan Yunis, mientras que otras 12 personas resultaron heridas.
En el norte de Gaza, siete civiles murieron y varios más resultaron heridos por disparos de artillería contra grupos de personas. Otra persona fue asesinada y 10 resultaron heridas —en su mayoría mujeres— durante un bombardeo en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza. Cuatro palestinos más murieron cuando fuerzas israelíes bombardearon dos viviendas en Ciudad de Gaza y Jan Yunis, según testigos y fuentes médicas.
En Yabalia, otras dos personas murieron tras un bombardeo contra un grupo de civiles. Equipos médicos también recuperaron los cuerpos de tres niños tras un bombardeo en Beit Lahia, mientras que se hallaron los cuerpos de otras dos personas en el área de Joret al-Lout, en Jan Yunis.
La artillería israelí también abrió fuego contra viviendas en la zona de Qizan al-Najjar, al sur de Jan Yunis, y en el noreste de Ciudad de Gaza, según WAFA. Hasta el momento no se han reportado víctimas en esos ataques.
Una ofensiva genocida
Desde octubre de 2023, Israel ha estado llevando a cabo un genocidio en Gaza. Más de 54.607 personas han sido asesinadas, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud en Gaza. Sin embargo, Tel Aviv ha rechazado una y otra vez los llamados internacionales a un alto el fuego y continúa su brutal ofensiva contra el enclave.
Además, la agencia oficial palestina WAFA advierte que unas 11.000 personas estarían sepultadas bajo los escombros de viviendas destruidas.
Sin embargo, expertos internacionales estiman que el número real de víctimas podría ser mucho más elevado.
En los últimos 20 meses, Israel ha reducido a escombros gran parte del enclave bloqueado y ha desplazado prácticamente a toda su población.
En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza. Israel también enfrenta un juicio por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por sus crímenes contra civiles en el enclave.