Aysenur Ezgi Eygi tendría hoy 27 años y, muy probablemente, seguiría abogando por el fin de la violencia contra el pueblo palestino. Pero hace exactamente un año, el 6 de septiembre de 2024, el Ejército de Israel le arrebató la vida con un disparo en la cabeza mientras se manifestaba pacíficamente en Cisjordania ocupada.
Han pasado 365 días. Y el asesinato de esta joven actvista turca-estadounidense, que conmovió al mundo y desató múltiples denuncias, sigue impune: nadie ha sido juzgado. Durante este tiempo, ni los testimonios ni las investigaciones han logrado abrir el camino hacia la justicia.
El primer aniversario de su muerte se cumple en medio del silencio oficial y la impunidad, mientras que Israel asegura una y otra vez “que se trató de un error en medio de un enfrentamiento”. Una versión que ignora que Aysenur se encontraba en una protesta pacífica. Un relato cuestionado por los testigos, los videos, las autopsias, las incansables denuncias de la familia, del gobierno turco, de congresistas estadounidenses, y de las promesas de Israel de llevar a cabo "investigaciones internas".
Todavía no hay justicia para Eygi. Y el ciclo de la impunidad continúa: esta es la cronología de lo que ha pasado durante el último año.
Aysenur viaja a Cisjordania ocupada
El 3 de septiembre de 2024, Aysenur, nacida en Antalya, Türkiye, decidió viajar a Cisjordania ocupada. Poco antes se había graduado de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, país donde vivió desde pequeña. Ese día partió como voluntaria del Movimiento de Solidaridad Internacional para acompañar a la población palestina frente a la violencia del ejército israelí y los colonos ilegales.

6 de septiembre de 2024: el asesinato
El 6 de septiembre, soldados israelíes abrieron fuego contra una protesta pacífica en Beita, Cisjordania ocupada, según relataron los testigos. Eygi, que se encontraba allí, recibió un disparo en la cabeza y quedó gravemente herida.
Una activista italiana que presenció la escena relató que los soldados dispararon contra Aysenur mientras estaba en un campo de olivos, lejos de cualquier enfrentamiento entre manifestantes y el Ejército. “A unos 200 metros de distancia, había soldados israelíes en el techo de una casa palestina”, explicó. “El ejército israelí dispersó a la multitud usando gases lacrimógenos y luego balas reales. Nos retiramos colina abajo. Estábamos de pie en un campo de olivos”, insistió la activista. Luego, señaló: “Los soldados podían vernos claramente. Solo estábamos allí paradas, sin hacer nada”.
“De repente, escuché dos disparos. Uno de ellos impactó un objeto metálico. Mis amigos gritaron mi nombre. Aysenur estaba inconsciente bajo un árbol. Llamamos a más personas y la subimos a una ambulancia. La llevamos primero al Centro de Salud de Beita y luego al hospital en Nablus. Intentaron salvarla, pero murió”.
12 de septiembre de 2024: más videos y testimonios
Salieron a la luz imágenes y testimonios que refutan la versión de Israel sobre un “error” durante una protesta “violenta”. Un reporte del diario The Washington Post, basado en relatos de testigos e imágenes, reconstruye la cronología de los hechos. La manifestación en Beita incluyó algunas piedras lanzadas y neumáticos incendiados, pero según dijeron activistas y residentes, las fuerzas israelíes utilizaron inicialmente gas lacrimógeno y rápidamente comenzaron a disparar balas reales.
Según el reporte, los soldados apuntaron contra Aysenur unos 20 minutos después de que la protesta hubiera terminado. Un video grabado a la 1:22 p.m. muestra la carretera junto al campo de olivos y se oye un disparo. Acto seguido, un activista fuera de cámara dice en japonés: “Están disparando con armas de verdad”.
12 y 14 de septiembre: las autopsias
El 12 de septiembre, un informe forense obtenido por la agencia de noticias Anadolu confirmó que la joven de 26 años había sido asesinada a tiros. Aysenur fue trasladada al hospital en ambulancia a las 2:06 p.m. del 6 de septiembre y llegó sin signos vitales. El examen preliminar reveló “una herida de bala en el lado izquierdo de la cabeza, detrás de la oreja izquierda, con tejido cerebral que sobresalía”.
La autopsia detalló hematomas en el lado izquierdo de la frente y un traumatismo en el ojo izquierdo consistente con el impacto contra el suelo al recibir el disparo. La bala fue descrita como “fragmentada y estable, con trayectoria recta de izquierda a derecha dentro de la cavidad craneal”.
Tras el asesinato, Türkiye pidió una y otra vez que se investigue y que Israel rinda cuentas por su larga lista de crímenes impunes. De hecho, el 14 de septiembre, su cuerpo fue devuelto a Türkiye para una segunda autopsia en el Instituto de Medicina Forense de Izmir. Los resultados confirmaron una lesión en la cabeza causada por una herida de entrada de bala en la parte inferior de la oreja y determinaron que la causa de muerte fue “fractura de cráneo, hemorragia cerebral y daño en el tejido cerebral”.
Ese mismo día fue enterrada en Didim, su ciudad natal en Aydin, Türkiye.
Sin respuestas de EE.UU.
La noticia del asesinato de la activista con doble ciudadanía turca-estadounidense conmovió al mundo entero. Por un lado, Türkiye condenó y reiteró sus pedidos de justicia. “Condeno la intervención bárbara de Israel contra la protesta pacífica contra la ocupación en Cisjordania y pido la misericordia de Allah para nuestra ciudadana Aysenur Ezgi Eygi, quien perdió la vida en el ataque”, dijo el presidente Recep Tayyip Erdogan, en X, el día del ataque.
En contraste, Estados Unidos tardó en pronunciarse y, aunque el tiempo pasó, no aumentó su presión hacia Israel. El presidente de EE.UU. de ese momento, Joe Biden, demoró cuatro días en referirse al asesinato de Aysenur. Finalmente, aseguró que Tel Aviv debía profundizar la investigación para que se “rindan cuentas” por lo que consideró un “trágico error”. Su declaración siguió la versión del ejército israelí, que sostuvo que los disparos contra Aysenur fueron “indirectos y no intencionados”.
Los meses siguieron pasando y, por parte de Washington, las investigaciones no avanzaron. El 17 de diciembre de 2024, los familiares de Aysenur se reunieron con el exsecretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken y expresaron su frustración por la falta de acciones concretas. Señalaron que es “frustrante escuchar las mismas promesas” sin resultados.
En enero, la administración estadounidense cambió: asumió el presidente Donald Trump. Sin embargo, no hubo avances.

El 14 de marzo de 2025, un grupo de legisladores, entre ellos Bernie Sanders y Pramila Jayapal, envió una carta al Departamento de Estado exigiendo que Estados Unidos lidere una investigación independiente. En el documento, instaron a ejercer más presión sobre Israel para que asuma responsabilidades por la muerte de la joven.
El 20 de marzo de este año, un portavoz del Departamento de Estado afirmó que Washington sigue solicitando a Israel respuestas y “responsabilidad plena” por la muerte de Eygi. Una respuesta nada nueva.
“Instamos al Gobierno de Israel a completar una investigación rápida, exhaustiva y transparente”, dijo el portavoz, quien agregó que Washington continúa solicitando los resultados de la investigación militar completa y mayor acceso a los hallazgos.
A un año del asesinato, Israel sigue sin rendir cuentas. La vida de Aysenur Eygi Ezgi fue arrebatada y su caso sigue siendo un recordatorio de la impunidad frente a los crímenes cometidos por Tel Aviv.