En medio de la escalada de tensiones por los despliegues navales estadounidenses en el Caribe, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, advirtió a Estados Unidos que se mantenga alejado de las costas y el territorio venezolano.
Durante un discurso en el estado Carabobo, Rodríguez acusó al gobierno de EE.UU. de acciones hostiles por el envío de buques de guerra al mar Caribe.
Lanzó duras palabras hacia Washington, instándoles a resolver sus propios problemas y a mantenerse alejados de las costas y el territorio venezolanos.
Rodríguez advirtió que, si EE.UU. intenta atacar a la nación, Venezuela se convertiría en su "peor pesadilla".
Rechazó las afirmaciones de Washington de que el gobierno venezolano se había transformado en un “narco-estado terrorista”, calificándo a EE.UU. como “farsantes e inmorales” por sus acusaciones contra el "noble pueblo" de Simón Bolívar y Hugo Chávez.
Rodríguez describió estas acusaciones como una de "las mayores mentiras y calumnias de la historia".
“Resuelvan sus problemas y aléjense de las costas de Venezuela, aléjense del territorio de Venezuela”, concluyó.
Recompensa de EE.UU. por la captura de Maduro
El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó previamente órdenes ejecutivas que autorizan un mayor uso militar para combatir a los cárteles de la droga latinoamericanos en el lugar.
Un grupo naval compuesto por un submarino y siete buques de guerra ha sido desplegado en aguas del Caribe, frente a Venezuela, tras la directiva de Trump.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. designó al Cartel de los Soles como una organización terrorista global especialmente designada el 25 de julio, alegando que Maduro ha liderado la red de narcotráfico durante más de una década.
El gobierno estadounidense elevó la recompensa por la captura o condena del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de 25 millones a 50 millones de dólares el 8 de agosto.
Maduro declaró anteriormente, el 18 de agosto, que Venezuela defendería, liberaría, observaría y patrullaría sus mares, cielos y tierras, subrayando que nadie podía tocar los territorios de Venezuela ni los de Sudamérica.