Desde que Israel comenzó su reciente ofensiva contra Irán, sus ataques no se han limitado a bases militares ni a instalaciones nucleares: también han alcanzado estudios de televisión, centros educativos y edificios residenciales. Bajo los escombros ha quedado la vida de varias familias, mientras el saldo de muertos en el país supera los 200 y la cifra de heridos sobrepasa los 1.000, según los últimos balances de las autoridades.
A seis días del inicio de los bombardeos, la escalada no ha hecho más que agravarse, por lo que muchos habitantes decidieron huir de la capital iraní. Sin embargo, para otros, marcharse no es una opción.
"Escuché varias explosiones en los últimos días cerca de mi casa, en el oeste de Teherán (...) Quería salir de la ciudad, pero tengo varios gatos y no puedo abandonarlos", explica a la agencia de noticias AFP Mina, una informática de 37 años.
"Mi hermano es una persona con movilidad reducida, no puede salir de Teherán así como así", expresa por su parte una profesora contactada por AFP.
El lunes, Israel llamó a los habitantes de una zona del noreste de Teherán –donde residen aproximadamente 300.000 personas y hay tres hospitales de gran tamaño– a evacuar antes de bombardear el edificio de la radio y televisión estatal iraní. Además, las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentaron los temores de los habitantes de la capital: ese mismo día instó a evacuar toda la capital "inmediatamente". Un pedido imposible de cumplir en la práctica, ya que en la ciudad viven cerca de 9,5 millones de personas.
Este martes, las órdenes israelíes de evacuar se extendieron al sur del aeropuerto internacional de Mehrabad, en Teherán, cuando el ejército advirtió que podría comenzar ataques en esa zona.
En medio de este clima de tensión, se registró un denso tránsito de automóviles, mientras miles de personas buscaban salir de la capital de forma masiva.
Por otro lado, el martes se formaron largas filas ante panaderías y estaciones de servicio, a veces de varios kilómetros, ya que quienes se quedaron en la ciudad trataban de abastecerse de combustible y productos de primera necesidad. Justamente, temen que Israel intensifique sus ataques.
Aunque algunos pequeños comercios de barrio permanecen abiertos, los mercados y joyerías de toda la ciudad cerraron sus puertas. También el Gran Bazar permanece cerrado.
"Parece que nadie vive en esta ciudad", dijo un trabajador de un local a la agencia de noticias AP. En el segundo día del conflicto, vio cómo un misil israelí impactaba en un edificio gubernamental, haciendo volar por los aires vidrios, muebles de oficina, documentos y otros escombros que cayeron sobre la calle.
El trabajador también relató que un misil alcanzó una torre residencial, hiriendo a mujeres y niños. Equipos de rescate trabajaron para sacar a las víctimas de entre los escombros.
“Estamos en medio de algo que no hemos elegido. No fue Irán quien desencadenó esta escalada. Israel lanzó un ataque sin provocación directa, basándose en una hipótesis, en la posibilidad de que Irán estuviera tal vez planeando algo. Y eso es lo más chocante. Si hablamos de esta secuencia precisa de acontecimientos, es su iniciativa, su elección. Nosotros somos los que estamos pagando el precio”, denunció un habitante de Kermanshah, una ciudad iraní a unos 500 kilómetros de Teherán, en diálogo con la cadena de noticias RFI.
OMS expresa preocupación por las muertes de civiles
Por su parte, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación por la reciente escalada entre Israel e Irán, y advirtió sobre el impacto devastador que está teniendo en la población civil.
"La escalada de violencia entre Israel e Irán es extremadamente preocupante y está costando la vida de civiles, incluidos niños", escribió Tedros en una publicación en X este martes, alertando también sobre la cantidad de civiles heridos.
Además, advirtió sobre los posibles riesgos para la salud derivados de los bombardeos israelíes a instalaciones nucleares. "Atacar instalaciones nucleares puede tener impactos inmediatos y a largo plazo en el medioambiente y en la salud de las personas, tanto en Irán como en toda la región", advirtió Tedros.
Mientras, las víctimas siguen aumentando en ambos países, aunque la diferencia en las cifras es contundente. Las autoridades iraníes informaron que los bombardeos de Tel Aviv han matado al menos a 224 personas e hirieron a más de 1.257, según el Ministerio de Salud. En contraste, Israel que 24 personas han muerto y cientos han resultado heridas en los ataques de Teherán.
Así, mientras el mundo sigue con atención las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu; del líder supremo iraní, Alí Jamenei; y de otros líderes globales, decenas de niños, mujeres y civiles ajenos a la política sufren entre el polvo y temen entre el estruendo de los bombardeos. Millones más enfrentan una decisión imposible: dejar Teherán y buscar algún lugar más seguro en el norte del país, o quedarse, aun sabiendo que un ataque israelí podría alcanzarlo.