“Israel debe acatar el fallo de la Corte Internacional de Justicia y cesar inmediatamente todas las actividades nuevas de asentamientos, evacuar a todos los colonos del Territorio Palestino Ocupado y reparar los daños causados por décadas de asentamientos ilegales”.
Esta declaración, que el principal funcionario de derechos humanos de la ONU hizo en marzo, resume la posición mundial sobre la política de asentamientos de Israel, la cual ha transformado –y sigue haciéndolo– el mapa de la Palestina histórica, erosionando de forma constante la tierra, los derechos y la soberanía de su pueblo.
Actualmente, la ONU, grupos de derechos israelíes y globales, así como expertos en derecho internacional coinciden en la ilegalidad de la vasta red de asentamientos y puestos avanzados, los cuales, aseguran ellos, cuenta con el respaldo del estado de Israel.
Estos asentamientos y estructuras ilegales, advierten los expertos, han fragmentado las comunidades palestinas en enclaves aislados, desplazando a innumerables familias y consolidando un sistema de control israelí y de apartheid que socava cualquier perspectiva genuina de una paz justa y duradera.
1882-1903: orígenes y la Primera Aliyá
Según registros oficiales israelíes, la Primera Aliyá, entre 1882 y 1903, trajo entre 25.000 y 30.000 inmigrantes judíos, principalmente desde Europa del Este y Yemen.
Establecieron aldeas agrícolas como Rishon LeZion, Petah Tikvah y Zikhron Ya’akov con el apoyo de movimientos sionistas tempranos, incluyendo Hovevei Zion y Bilu.
Aunque eran modestas, estas colonias agrícolas sentaron las bases institucionales e ideológicas para la política más amplia de asentamientos ilegales israelíes.
1917-1948: era del Mandato Británico y asentamientos respaldados por el Estado
Durante el Mandato Británico, la Declaración Balfour de 1917 aceleró la inmigración judía, según datos de los Archivos Nacionales Británicos.
Las segundas y terceras oleadas de Aliyá, impregnadas de ideales socialistas sionistas, construyeron el kibutzim y moshavim. Organizaciones como la Agencia Judía y el Fondo Nacional Judío coordinaron confiscaciones sistemáticas de tierras, a menudo de propietarios árabes ausentes, según la ONU.
Post-1948 y pre-1967: los asentamientos
Tras la creación de Israel en 1948, más de 700.000 palestinos fueron desplazados por la fuerza de sus tierras y hogares, en lo que ellos llaman la Nakba, “catástrofe” en árabe.
Esto llevó a que Cisjordania ocupada y Jerusalén Este quedaran bajo administración jordana hasta la Guerra de los Seis Días en 1967, según la ONU.
Durante este período, la actividad de asentamientos israelíes se limitó mayormente dentro de las fronteras posteriores a 1948, aunque la planificación a largo plazo persistió.
1967-1983: ocupación y el primer auge de asentamientos
La guerra de 1967 marcó el comienzo de la ocupación militar israelí en Cisjordania ocupada, Jerusalén Este y el enclave de Gaza.
Para 1970, se había restablecido el primer asentamiento importante de la posguerra, Kfar Etzion, según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem.
Desde 1977, bajo el gobierno del Likud, la construcción se aceleró a través de movimientos religioso-nacionalistas como Gush Emunim.
Entre 1977 y 1983, la población de colonos en Cisjordania ocupada se quintuplicó y el número de asentamientos se triplicó.
1993-2005: era de Oslo y expansión controlada
Los Acuerdos de Oslo II de 1995 dividieron a Cisjordania ocupada en las Áreas A, B y C.
El Área C, que comprende casi el 61% del territorio y alberga casi todos los asentamientos, permaneció bajo control civil y de seguridad israelí total.
A pesar de los esfuerzos de paz, el número de colonos aumentó de aproximadamente 250.000 en 1993 a alrededor de 380.000 a principios de los años 2000, según un informe de la ONU de 2001, mientras que durante este periodo también surgieron varios puestos avanzados no autorizados.
Asentamientos israelíes en Gaza antes de 2005
Israel comenzó a establecer asentamientos en Gaza a principios de la década de 1970, concentrados principalmente en el bloque Gush Katif.
En su apogeo, unos 8.000 a 9.000 colonos controlaban aproximadamente el 20% de la tierra de Gaza, a pesar de que la población palestina superaba los 1,3 millones, según un informe de la ONU de 2005.
En agosto de ese año, bajo el plan unilateral de desconexión del entonces primer ministro Ariel Sharon, Israel evacuó los 21 asentamientos en Gaza y cuatro más pequeños en Cisjordania ocupada, compensando a los colonos y demolieron sus hogares.
2020-2025: el auge de la era Netanyahu
Informes de la ONU confirmaron que en 2023 Israel aprobó un récord de 12.349 nuevas viviendas de asentamientos en Cisjordania ocupada—excluyendo Jerusalén Este ocupada— marcando la mayor expansión anual desde los Acuerdos de Oslo.
Entre finales de 2023 y principios de 2025, más de 10.300 unidades adicionales estaban en construcción, manteniendo una tasa de crecimiento sin precedentes, de acuerdo a lo que mostraron los informes.
Según varios grupos israelíes y medios locales como el Canal 12, este auge forma parte de un boom más amplio bajo el actual gobierno de extrema derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu. Al punto que se ha autorizado un aumento de casi el 40% en asentamientos oficialmente reconocidos —de 128 a 178— en poco más de dos años.
En el mismo periodo, el gobierno aprobó 41.709 unidades habitacionales en asentamientos, superando el total aprobado en los seis años anteriores, de 2017 a 2022.
Análisis independientes del International Crisis Group y el grupo israelí Peace Now, que citan cifras de la ONU, estimaron que la población total de colonos ilegales israelíes en los territorios palestinos ocupados alcanzó entre 730.000 y 737.000 en 2024-2025, incluyendo aproximadamente 500.000 en Cisjordania ocupada y alrededor de 220.000 en Jerusalén Este.
Paralelamente a esta expansión demográfica, datos del Canal 12 muestran una fuerte proliferación de puestos avanzados, con 214 puestos ilegales registrados a finales de 2024.
Al menos 66 de estos se establecieron durante la brutal ofensiva actual de Israel contra Gaza, representando un aumento de casi el 300% respecto a los dos años anteriores. Muchos de estos nuevos puestos están en vastas granjas de pastoreo, cubriendo casi 800 kilómetros cuadrados, principalmente en las zonas central y oriental de Cisjordania ocupada.
El monitoreo nacional israelí, incluyendo datos de Peace Now, confirma que para mediados de 2025 había 224 puestos avanzados no autorizados, incluyendo puestos agrícolas, 28 de los cuales fueron legalizados retroactivamente bajo políticas gubernamentales.
El Gobierno de Netanyahu también otorgó estatus municipal independiente a 13 asentamientos por primera vez.
Informes institucionales de la ONU y palestinos señalan además que estas expansiones de asentamientos y puestos avanzados, combinadas con la construcción de carreteras, confiscaciones estratégicas de tierras —incluyendo 24.000 dunums declarados recientemente “tierra estatal”— y récords de demolición de estructuras palestinas, están consolidando el control israelí sobre vastas áreas de Cisjordania ocupada y socavando cualquier perspectiva realista de un Estado palestino contiguo.
La Corte Internacional de Justicia y el Consejo de Seguridad de la ONU han reiterado que los asentamientos israelíes son ilegales y violan el Artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra.
Israel discrepa en esta interpretación, insistiendo en que la tierra está “disputada” y no ocupada. En julio de 2025, el ministro de Justicia, Yariv Levin, y el ministro de Defensa, Israel Katz, declararon que “ahora es el momento” de anexar formalmente Cisjordania ocupada, presentando la medida como la culminación de años de planificación política.